Las estrategias de freelancers rosarinos para cobrar en dólares y eludir el cepo

Las empresas locales denuncian competencia desleal, el Gobierno amenaza con sanciones más duras pero cada vez hay más alternativas para traer los dólares a precio blue

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Se estima que en Argentina hay más de un millón de freelancers, la mitad de ellos profesionales, que en un porcentaje creciente trabajan para el exterior. La posibilidad de cobrar en moneda dura, con cifras imposibles de conseguir en el mercado local, y de participar de proyectos de escala global, resultan sumamente tentadores para los jóvenes. Y aunque los vinculados a carreras asociadas a la industria del conocimiento cuentan con una ventaja por la enorme demanda existente, quienes se enrolan en otros rubros también encuentran oportunidades en el mundo a través de internet. Cada vez con más énfasis, las cámaras empresarias locales exigen medidas para frenar este éxodo virtual de trabajadores, pero por más controles que se impongan, la tarea por ahora resulta una misión imposible.

Lo que las compañías con sede nacional argumentan es que se encuentran en desigualdad de condiciones, ya que mientras se las obliga a liquidar sus ventas al exterior al valor oficial, los profesionales cobran de afuera honorarios a valor dólar blue. La diferencia alienta a que cada vez más den el salto, incrementando la falta de mano obra calificada para puestos clave. Sólo en Rosario, falta cubrirse 500 puestos del sector IT, según estimaciones del Polo Tecnológico. El control, consideran desde las firmas, podría venir por el lado de los ingresos, obligando a los trabajadores a liquidar las divisas, es decir, a resignar un 45% de sus cobros del exterior. Si bien el Gobierno se ha empecinado en sumar obstáculos, hay tantas opciones al alcance de la mano para saltearlos que prácticamente no atrapa a nadie.

Freelancers rosarinos comentaron a Ecos365 cuáles son los mecanismos para poder ingresar los dólares que se ganan minimizando las pérdidas y sin dejar huellas que permitan rastrearlos. Un dato que da cuenta de lo acentuado de la tendencia: ninguno de los consultados conoce a algún colega que trabaje con la vía “legal”, que implica facturarle a una empresa de afuera, hacer el giro a una cuenta bancaria local, afrontar las deducciones y la pesificación a la cotización oficial. Y encima después encontrarse con el tope máximo de u$s200 mensuales si quieren acceder al dólar billete.

Menú de opciones

La primera opción a mano para no caer en las garras del Banco Central y la Afip consiste en trabajar sin facturar, cobrando los dólares en una cuenta bancaria del exterior. Originalmente se usaba mucho una de algún banco de Uruguay, y si bien sigue siendo una alternativa con adeptos, algunos operativos judiciales en la materia llevaron a muchos a perderle confianza, lo mismo que la versión de hacerlo con entidades europeas. Por eso la variante hoy más elegida es la de una cuenta bancaria en Estados Unidos, con quien es más difícil cruzar información respecto a terceros países.

La segunda opción es la de abrir una cuenta en alguna plataforma de pagos como PayPal o Payoneer, que conectan empresas con freelancers de manera sencilla. El uso de esta última crece velozmente, y ya trabaja con empresas de la talla de Airbnb, Amazon, Google y Upwork, gigantes del comercio electrónico como Rakuten, Walmart y Wish.com, y mercados freelance como Fiverr8 y Envato. Funciona con una tarjeta MasterCard que puede ser utilizada para pagos en línea, en cajeros automáticos o en algunos comercios. Si bien el envío de dinero entre cuentas Payoneer no tiene costo, se deben pagar comisiones por pasar fondos de un banco o tarjeta de crédito a una cuenta Payoneer y viceversa. También hay cargos por mantenimiento mensual y anual. Una alternativa es Transferwise.

Cómo conseguir el billete físico

Hasta ahí, los dólares están pero en formato digital. ¿Cómo hacerse del billete? Si bien algunas plataformas te dan tarjetas de débito, en este punto hay que tener en cuenta que ir al cajero y sacar plata acarrea el pago de una importante comisión por la conversión y lo que se reciba será a tipo de cambio oficial. En cambio si se saca la plata en un cajero automático del país en el que se tiene la cuenta, lo que se debe pagar es mínimo. Por eso no son pocos los que deciden hacer viajes cada tanto a Estados Unidos, si la cuenta la tienen allí, retirar el dinero del cajero, pasear por el gigante del norte, y traerse los dólares al país.

Hasta u$s10 mil se pueden transportar sin problemas por vía aérea, una suma que a un argentino le permite vivir sin problemas por varios meses, y con lo que se ahorra del pago de comisiones termina afrontando buena parte del costo de los pasajes. Además, con la sumatoria de viajes va acumulando millas y descuentos. Algunos aprovechan también para comprar tecnología que revenden al llegar al país, usando los cupos libres de impuestos, o incluso pagándolo en los casos que el precio final sigue resultando favorable para el mercado local. No hay que olvidar que se trata de trabajadores que cumplen tareas remotas, por lo que pueden seguir operativos desde cualquier lugar del mundo, lo que facilita enormemente los viajes.

Pero si prefieren quedarse en Argentina, una forma de conseguir los dólares es a través de una cueva. En este caso, se habla con algún operador encargado de unir partes: el que quiere traer dólares y quien los quiere sacar del país. Al primero le dan los datos de una cuenta del exterior, y con la cuenta del Banco de Estados Unidos o la plataforma elegida hace el giro y quien lo recibe paga en dólares físicos la suma en cuestión. El cuevero que hace de intermediario cobra una comisión que promedia el 3%, pero que a veces puede bajar hasta el 1,5% o subir hasta el 5%, dependiendo el monto, la demanda y la relación que tenga con los clientes. La operación no está exenta de riesgos, y en la city porteña se han producido algunos allanamientos que no terminaron bien para las partes, en Rosario los casos de este tipo han sido mucho menores.

La alternativa de las criptomonedas

Cobrar en criptomonedas es otra posibilidad. Estas ingresan en un exchange (punto de encuentro donde se realizan los intercambios entre criptomonedas o estas y dinero físico) extranjero, de ahí se envían las mismas a un exchange local, desde el cual podés vender y transferirte pesos a tu cuenta casi sin límites. El temor es que uno de estos puntos desaparezca y se quede con la plata, por eso la mayoría opta por dejarlo poco tiempo en ese lugar. Atentos a esto, la plataforma digital nacida en Argentina, Buenbit, empezó a pagar altas comisiones en dólares a quien deje allí sus ingresos, habilitando una nueva alternativa de ahorro. En materia cripto, esta fintech trabaja por ahora sólo con Bitcoin (BTC), Ether (ETH) y DAI.

Muchas compañías que reclutan talentos de otros países utilizan la plataforma Deel, que permite sumar profesionales al equipo desde cualquier parte del mundo, con la seguridad de que los contratos cumplen con los requisitos legales de cada país y se automatizan los pagos. De este modo, los empleados o contratistas pueden retirar sus pagos en más de 120 monedas, en criptomonedas, tarjetas débito, bancos o billeteras online, entre otras opciones. Y en el caso de los argentinos, de ahí pasan el dinero a una platafomra como Buenbit (cobra baja comisión) u otra similar.

Por último está la etapa del blanqueo del dinero. Para eso hay que ser monotributista o responsable inscripto y facturarle a alguna empresa un servicio de presunta consultoría. A esta le sirve para ingresar dólares (los suelen tomar al precio blue) y deducir gastos impositivos, mientras que el “proveedor” recibe en su cuenta los pesos en cuestión. Luego, si correspondiera, debe hacer frente a Ingresos Brutos y Ganancias.

Atrápame si puedes

Si bien esta son algunas de las aplicaciones más usadas en la actualidad, existen muchas más, y el salto entre unas y otras es tan rápido como la evolución de la propia tecnología con la que trabajan estos profesionales. Por caso, un exchange que se venía usando mucho era Binance, pero como empezó a pedir muchos requisitos para cumplir con las exigencias oficiales fue perdiendo confianza y adeptos. Mientras, cada tanto el Gobierno agita las banderas de controles más exhaustivos, advirtiendo que la multa inicial en caso de que agarren a alguien en falta por no liquidar divisas asciende a diez veces el monto, y que en caso de reincidencia se lo puede condenar hasta a cuatro años de cárcel.

Pero lo cierto es que maniobras a la fecha son muy difíciles de rastrear, e incluso hasta el momento no existe un intercambio automático de información entre el Banco Central, que controla el tema de las divisas, y la AFIP, que es quien está al tanto de la facturación del freelancer que exporta sus servicios al exterior.

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