En el marco de la edición 2019 de Salón Internacional del Ambiente Rosario (Siar) se llevará a cabo un panel que implica estrategias integradas para evitar el cambio climático, donde expone Rubén Stamati, titular de Stamati SRL, acerca de los beneficios ambientales de las terrazas verdes.

La empresa Stamati, entre otros rubros, se dedica al diseño y ejecución de terrazas verdes y jardines verticales. Un techo verde es un sistema artificial que ofrece un espacio verde natural, creado por la adición de plantas a un medio de cultivo compuesto por capas que cumplen distintas funciones (irrigación, drenaje, barrera para las raíces, etc.). Este sistema se instala en los tejados de edificios o casas, los que quedan parcial o totalmente cubiertos de vegetación.

Desde el punto de vista económico tiene como ventaja una reducción en el aislamiento térmico, que implica consumo de gas o energía eléctrica para “aclimatar el ambiente que está inmediatamente después de la terraza”.

“A tarifas como las actuales, esto pasa a ser una variable que se tiene en cuenta”, explicó Rubén Stamati.

“El consumo energético es diario y las habitaciones debajo de los espacios verdes tienen temperaturas confortables a menor costo”, agregó.

A nivel estatal, favorece el hecho de aletargar el flujo de agua ya que lo retiene luego de lluvias copiosas e implicaría menor trabajo sobre los desagües pluviales. En lo particular también es una forma de cumplir con los requerimientos de aletargamiento de agua a través de tanques que requieren las construcciones en la actualidad.

“Cada vez son más las empresas constructoras que en sus edificios incorporan de forma colectiva terrazas y azoteas”, sostuvo Stamati y agregó que “también se da a nivel individual en balcones-terraza”.

Según Stamati, este tipo de inversiones “verdes” son un “nuevo valor agregado”, al momento de adquirir un inmueble “así como antes lo eran las cocheras o piletas”.

Stamati aseguró que los costos de la inversión no son necesariamente para un segmento premium porque para construcciones de índole social sólo implicaría a la última unidad y se prorratearía en el costo de todo el complejo, dándole habitabilidad. “Es una de las pocas cosas que se pueden implementar en construcciones ya realizadas hace mucho tiempo atrás”, sostuvo.

En cambio, si se hace en el balcón de un departamento para usufructo propio tiene un protagonismo de “alta gama”, que no sucede si se lo piensa como un espacio común.

El costo de una terraza verde es difícil de estimar porque la ecuación tiene presente la accesibilidad y logística al momento de pensar el diseño y la ejecución. “A veces en planta baja en un centro de manzana es mucho más complejo que en un edificio de 20 pisos”, sostuvo Stamati.

El precio parte desde los $ 4.000 por metro cuadrado: “es una vez y media lo que vale un porcelanato”, estimó el titular de la firma y agregó que “la impermeabilización dura no menos de 50 años, mientras que una impermeabilización normal se hace cada 5 años”.

“Normalmente se paga en cuotas algo que se usa en el momento. En el caso de las terrazas es inverso, se paga algo que se va a usar en cuotas”, sostuvo. En cuanto al mantenimiento, indicó que “sólo hay que cortar el césped y poner compost”.

Stamati comentó que tiene clientes en Rosario, pero también en Buenos Aires y por parte de empresas constructoras (en el segmento de alta gama y media gama), así como también particulares e instituciones. Por ejemplo, mencionó al Colegio de Ingenieros Civiles de Rosario, el gobierno de CABA, la Universidad del Litoral y la Universidad Nacional de Rosario. “Es un método de ahorro energético y de confort”, finalizó.