Moda sustentable: una industria que busca ganar rentabilidad, cuidando el medioambiente

Aparecen nuevos modos de producción y consumo, pero especialistas afirman que hacen falta pasos “clave” para que la moda sostenible baje costos y crezca a gran escala

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La industria de la moda es la segunda más contaminante del mundo. Se estima que el 8% de los gases de efecto invernadero proviene de la producción de ropa y calzado, que tan solo es superada por los desechos del sector petroquímico. De acuerdo con un informe de la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo, cada año se tiran al mar medio millón de toneladas de microfibra, lo que equivale a tres millones de barriles de petróleo.

Pero en los últimos años, esta industria le dio lugar a otra forma de pensar el diseño y la producción de la moda. Una mirada sostenible que busca generar una fabricación responsable en términos sociales y ambientales y reducir, a partir de diversas técnicas, la cantidad de emisiones de GEI (Gases de Efecto Invernadero) que liberan las prendas durante todo su ciclo de fabricación.

Montaña de ropa descartable en el desierto de Atacama, Chile. (Martín Bernetti/ AFP)
 

Cada vez hay más diseñadores apostando por técnicas de reciclaje y conceptos como el de la economía circular (un modelo en el que las materias primas se mantienen más tiempo en los ciclos productivos) a la hora de elaborar sus prendas y accesorios. Sin embargo, especialista coinciden en que a esta industria todavía le falta dar pasos clave en materia legislativa y de inversión para lograr mayor rentabilidad y poder crecer a gran escala.

El foco está puesto en que pueda volverse una opción competitiva frente a la moda convencional y, sobre todo, combatir el mandato del "fast fashion" que impera hoy en el mundo de las marcas. Hablamos de la fabricación de grandes volúmenes de ropa y accesorios en función de tendencias efímeras y de una supuesta necesidad de innovación constante.

Esquema de premios y castigos

El doctor Pablo Arino forma parte del cuerpo docente de la Diplomatura en derecho de la Moda que se dicta en la UCA Derecho RosarioEn esta se vuelca a enseñar todo lo referido a la parte ambiental y laboral de la industria.

En diálogo con Ecos365, aseguró que la moda sostenible no es rentable dentro del escenario normativo imperante en el país, pero que bien podría serlo a futuro. Siguiendo esta línea, indicó que hace falta un esquema de incentivos y castigos estatales que impulse a las empresas a perseguir la sustentabilidad como objetivo. Esto, teniendo en cuenta que se trata de un camino a largo plazo, que requiere de inversión, de tiempo y capital humano y donde los beneficios no aparecen de forma inmediata.

"El precio final de un producto está compuesto por variables como la inversión en materia prima, la logística y la mano de obra. Lo que tiene que existir es una ley que adicione al precio del producto la disposición final del mismo, que aquellos que usan materiales altamente contaminantes se vean encarecidos", explicó Arino, y agregó que "ese castigo" a la hora de elevar su valor frente al consumidor, es una manera de fomentar el consumo de mercaderías con procesos sustentables detrás.

En Rosario proliferan las marcas de ropa low cost y venta al por mayor.
 

Según Arino, esta idea está planteada en el concepto de "responsabilidad extendida del productor", que consiste en el deber de cada uno de los productores de responsabilizarse objetivamente por la gestión integral y su financiamiento, respecto a los insumos puestos por ellos en el mercado y que luego devienen en residuos.

"Pretender que tan solo por el cambio de consciencia el consumidor decida gastar más en productos verdes, es pecar de ingenuos".

En este sentido, hizo referencia al fallido proyecto de ley de Envases que se presentó el año pasado en la Cámara de Diputados de la Nación y cuya sanción no logró prosperar. El mismo planteaba la responsabilidad de la empresa que pone un envase en el circuito de consumo, fijando que pagara una tasa de hasta el 3% del valor del producto, dependiendo el nivel de reciclaje del material usado (a mayor capacidad menor costo de la tasa).

Por otra parte, señaló que el aparato publicitario con sus campañas de educación en este tema, apunta siempre a los consumidores (y no a los empresarios). Según detalló, lo que buscan es crear una "supuesta consciencia ambiental" que si no es acompañada con otro tipo de medidas "nunca va a poder extenderse e interpelar a nuevos sectores".

"Pretender que tan solo por el cambio de consciencia el consumidor decida gastar más en productos verdes, es pecar de ingenuos. Es muy habitual que determinada capa social elija comprar prendas baratas y esas prendas, según la ONU, se usa en promedio siete veces antes de ser descartada porque su calidad no es buena, generando un esquema de consumo rápido y grandes cantidades de residuo", detalló Arino.

Más créditos verdes

El crédito verde es un financiamiento dirigido exclusivamente a actividades sostenibles. Algunos bancos en Argentina innovaron con líneas de este tipo apuntadas principalmente a pymes que quisieran contribuir una oferta de productos más amigable con el medioambiente. Sin embargo, son escasas en comparación con otros países donde las políticas ligadas a promover la sustentabilidad están más presentes como las regiones nórdicas y algunos de la Unión Europea (UE).

"Que el precio de una prenda o accesorio hecho con materiales reciclados sea costoso se debe a que en Argentina aún conlleva un proceso artesanal, en vías de desarrollo", señaló Adrián Osuna, emprendedor textil que trabaja en un ambicioso proyecto para montar una planta para el reciclaje de telas en Rosario. Hoy, el principal impedimento es económico, aunque no pierde las esperanzas de conseguir los fondos y el apoyo necesario para ponerla en marcha.

Según cifras de la ONU, la cantidad de residuos reciclados en el país llega a apenas un 6%,
 

"En la actualidad, el hilo reciclado que se consigue es más caro porque el proceso industrial que lleva detrás es más largo y complejo. No es lo mismo descargar algodón virgen para producir hilo que descargar varios géneros de tela para fabricarlo, esto último es más difícil y por ende más caro en término económicos, pero en términos sociales es sin dudas más eficiente", señaló Osuna.

Por su parte, Arino consideró que al ser un proceso al que todavía le falta industrialización, muchas prendas recicladas hoy son de inferior calidad a las que se realizan con fibras textiles y sintéticas y que hay una gran necesidad de mejorar su desarrollo para poder pensar en una producción a escala que sea durable y logre satisfacer las necesidades de los consumidores.

"Hay empresarios que deciden emprender caminos de reutilización de productos para lo cuales se necesita grandes volúmenes de inversión. Es importante que existan créditos estatales de fomento, créditos blandos pensados para las industrias nacionales. Lo que hay hoy en el mercado son créditos internacionales que posee cláusulas verdes de control y certificaciones ambientales muy costosas para las empresas de Argentina", destacó el abogado.

Generar alianzas

El mercado de reciclaje de prendas y accesorios no deja de ser explorado por distintas marcas y emprendedores de la ciudad. Un caso que destaca es el de Quier, marca rosarina que viene rompiendo parámetros en la confección de indumentaria a partir de procesos sustentables y conceptos como el de la moldería "zero waste", que permite aprovechar todos los materiales que intervienen en el armado de una prenda, generando la menor cantidad de desperdicio de tela al momento del corte.

"Lo que a mí me sobra es útil para otro o lo que a nosotros nos hace falta a la vez le sobra a un productor textil". 

Con casi quince años en el ámbito de la moda, su propuesta de valor se enfoca en la reutilización de sobrantes textiles y en reducir al máximo posible la generación de desechos. Es la familia de Querede, oriunda de Pergamino y dueña de una empresa de ropa, quienes actualmente las proveen de una gran variedad de sobrantes de telas que son los que reutilizan para crear sus diseños.

Vestido QUIER fabricado a partir del reciclaje de telas.
 

Para Osuna, la posibilidad de establecer alianzas es un punto clave a la hora de trabajar la sustentabilidad. En su caso, contó que emprender de manera asociativa le permitió abaratar costos y reducir la contaminación "porque lo que a mí me sobra es útil para otro o lo que a nosotros nos hace falta a la vez le sobra a un productor textil". 

Contó que uno de sus proyectos hoy implica fabricar hilo reciclado a partir de residuos textiles y que un desafío que debieron afrontar es el costo en logística que implica el traslado de esas telas.

"Nosotros estamos encontrando la forma de reducir costos por medio del transporte que realizan ciertos municipios. Nos anexamos con el traslado de materia prima de la comunidad de San Justo, ellos nos transportan sin cargo grandes volúmenes de tela vieja que nosotros después vamos a procesar porque también les sirve liberarse de ese desecho", indicó el emprendedor textil

A su vez contó que esa materia prima es recepcionada en la ciudad por una ONG que busca crear nuevos puestos de trabajo con oficios que no están consolidados aún en el mercado laboral. De este modo, la entidad se encarga de capacitar a personas en trabajos como selección y división de telas para su posterior reciclado, saberes que Osuna y su equipo requieren a la hora de llevarlo a cabo.

"En Argentina, así como tenemos inflación monetaria tenemos inflación normativa".

Sobre este punto, Arino hizo mención a la llamada Ley de Residuos Peligrosos vigente en Argentina. Explicó que por estar bajo esta nominación, ciertos residuos "no pueden formar parte de la cadena de producción en carácter de insumo o materia prima de otro producto". Nombró el caso de una empresa del cordón industrial que hoy genera grandes cantidades de un residuo que serviría para la fabricación de insumos químicos para pisos, pero que está impedida de cederlos por dicha traba normativa.

"Ahí tiene que haber un cambio en la legislación porque sino no se puede pensar en otro destino para ese contaminante. En Argentina, así como tenemos inflación monetaria tenemos inflación normativa, en materia ambiental tenés leyes provinciales, nacionales, normas municipales, muchas regulaciones para una misma materia y otras que deben ser revisadas a fin de generar cambios positivos que se traduzcan en un uso más eficiente de los recursos y en el cuidado del medioambiente", concluyó.

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