Santafesinos hallaron en micro vegetales la fórmula para ahorrar agua durante el cultivo

Se la jugaron con un proyecto para cultivar en el hogar de forma rápida y bajo un sistema ecológico que ahorra recursos clave como el agua. Historia y planes en carpeta

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Eric Acosta, Guillermo Urisini y Eric Riera son tres amigos santafesinos que decidieron embarcarse en la aventura de emprender un proyecto juntos. Fanáticos de las huertas y las plantas dieron vida a Microvegetales SF, una iniciativa que propone la utilización de un sistema ecológico hidropónico y reciclable para la producción de mini vegetales.

Se trata de plantas comestibles que concentran todo el sabor de sus ejemplares adultas. Según explicó Acosta a Ecos365, tienen un mayor contenido de nutrientes, gran calidad y una inmensa variedad de colores y texturas por lo que son muy vistosas para usarse como decoración en los platos de alta cocina.

Los jóvenes decidieron posar su atención en ellos no solo por sus propiedades alimenticias sino también por su facilidad para ser cultivados dentro de hogares y en espacios pequeños. En este sentido, vieron en la hidroponia el método para favorecer su crecimiento reduciendo el impacto ambiental que generan otros procesos más convencionales, basados en la utilización de agroquímicos y en la explotación del suelo.

Remolacha cultivada por hidroponia.

 

"La hidroponía viene de las palabras 'hidro', que significa agua y 'ponia', que significa trabajo, e implica el cultivo de hortalizas sin la utilización de suelo. Este se puede dar en un medio físico como las macetas, a través de soluciones que reemplazan los nutrientes del suelo, o en un medio fluido, con un sistema flotante donde las raíces de las plantas están embebidas en el agua y a esta se la nutre de distintos componentes", contó Riera a Ecos365.

¿Por qué permite ahorrar agua?

Tanto Riera como Ursini estudiaron la Licenciatura en Biodiversidad en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la UNL, mientras que Acosta se recibió de Licenciado en Nutrición. A partir de la unión de sus conocimientos decidieron embarcarse en la producción de microvegetales a gran escala sirviéndose de la agricultura hidropónica. 

"Una de sus ventajas es que al recibir tantos nutrientes crecen más rápido pero en espacios reducidos no adquieren un gran tamaño, por eso hablamos de microvegetales".

Según detalló Riera, este sistema permite acelerar el ciclo de crecimiento de los vegetales a la vez que ahorra recursos clave con el agua. Se debe a que es un medio que le facilita a la planta soporte, oxigenación y sobre todo retención de la humedad y puede ser regada con una solución nutritiva diluida en agua, pero requiriendo mucho menos de la que se utiliza en otro tipo de procesos.

"Se deposita el sustrato orgánico, se lo humedece y se realiza el trasplante del cultivo o se hace germinar la semilla. Una de sus ventajas es que al recibir tantos nutrientes crecen más rápido pero en espacios reducidos no adquieren un gran tamaño, por eso hablamos de microvegetales", explicó el emprendedor y agregó que en su caso, iniciaron este camino cultivando rúcula, rabanito y remolacha, a las que luego incorporaron el maíz, la alfafa y el girasol.

 

A su vez precisó que es un sistema fácilmente adaptable a los hogares ya que no se precisa de tierra ni de un espacio muy amplio para llevarlo adelante. Sin embargo destacó que en el caso de tratarse de proyectos ambiciosos donde se busca producir en grandes volúmenes, suelen hacerse en invernaderos o cámaras de cultivo, con lo cual se evitan fluctuaciones externas como el clima y brinda la posibilidad de obtener distintas variedades fuera de época.

Salir al mercado

Acosta contó que hoy en día los microvegetales no representan un mercado en auge en el Argentina aunque si son muy consumidos en otros países como Estados Unidos donde se los conoce como "microgreens". Aun así, consideró que su interés viene escalando con los años, sobre todo en restaurantes gourmet que los utilizan para decorar platos y en dietéticas, las cuales les dan gran valor a sus propiedades. 

"Nuestro objetivo principal es arrancar con la producción y luego salir a venderlos a chefs, tiendas de alimentos saludables y a personas que busquen consumir vegetales orgánicos. Tenemos en claro que necesitamos conseguir financiamiento para construir una cámara de cultivo, los conocimientos de cómo se arma los tenemos pero aún nos falta el incentivo económico", confesó Riera.

La idea de los socios es presentarse en distintos programas de emprendedores que contemplan ayudas económicas como premio, aunque también lo piensan por el lado de conseguir visibilidad y lograr contactos estratégicos que puedan interesarse por el proyecto.

Ya acumulan antecedentes en competencias de este tipo como por ejemplo Las Jornadas Internacionales de Jóvenes Emprendedores donde quedaron seleccionados para participar de la categoría "Idea Proyecto". También se presentaron en la convocatoria UNL Potencia, donde pasaron a la etapa de pre incubación y podrían llegar a ser elegidos para iniciar su incubación dentro del programa.

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