Tiene 22 años y lidera un proyecto de escuelas tecnológicas en barrios vulnerables

“Por primera vez podemos ofrecer a los chicos una salida laboral que compita económicamente con lo que deja la droga”, dijo Juani Solans, al frente de la iniciativa que comenzará a funcionar en marzo en Rosario

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Juani Solans tiene 22 años y está a dos materias de recibirse de Administrador de Empresas. Pese a su juventud, ya lidera una fundación que busca abrir una decena de escuelas tecnológicas en barrios vulnerables de todo el país. La primera cortará cintas en marzo de 2022 en Cabín 9, y enseñará a sus alumnos robótica y programación, entre otras disciplinas de amplia, rápida y muy buena salida laboral. “Por primera vez podemos ofrecerle a los chicos una opción que económicamente compite con lo que deja la droga”, manifestó el joven.

Solans es director de Promoción Educativa, una fundación que junto a la firma Acive Learning puso en marcha un proyecto con el que se buscan cambiar radicalmente las condiciones de vida de chicos de bajos recursos, capacitándolos en herramientas muy demandas en la actualidad, con nulo o muy bajo costo para los padres.

Juani Solans
Juani Solans, el joven detrás del proyecto

“Esta firma quiere abrir 100 nuevas escuelas, pero diez de ellas en barrios vulnerables, y decidimos empezar por Rosario”, indicó a Ecos365. Para eso se armó un bachillerato que además del contenido regular, tiene especialidades de lectoescritura y robótica en la primaria, y de testing, programación, diseño web y marketing digital en la secundaria. “Queremos que los pibes de barrios vulnerables no queden por fuera del mercado laboral y desarrollen habilidades que le permitirán hacer un cambio de vida muy importante”, explicó.

El puntapié se dará en Cabín 9 y la sede será el edificio “Cuatro Vientos”, construido diez años atrás con fondos del Gobierno alemán. Ya se avanzó con el armado y presentación de toda la estructura curricular actualizada que debió ser aprobada por la Provincia, y actualmente se están contratando directivos y docentes. “Tomamos como modelo el implementado en la Escuela Guadalupe en Buenos Aires, que logró una tasa de egreso escolar del 98%, cuando el promedio es del 37%”, apuntó Solans y agregó que tienen la expectativa puesta en comenzar en marzo con 250 alumnos, entre primaria y secundaria. Por lo pronto ya hay más de cien anotados.

La escuela tecnológica que comenzará a funcionar en Cabín 9

“La idea es centrarnos en chicos de Cabín 9, pero también podrán venir de otros barrios que por ciertas cuestiones se les complique acceder a este tipo de educación en sus zonas”, señaló y consultado respecto al financiamiento, respondió que en principio están pensando en una matrícula de $2.500 y una cuota mínima en torno a los $1.700. Pero además le están dando forma a un sistema de padrinazgos para que la mayoría pueda acceder a algún tipo de beca total o al menos parcial. “En el Gran Rosario construiremos la primera de estas escuelas, ajustando lo que creamos necesario, y luego replicaremos el modelo en otras ciudades”, manifestó.

Por otro lado, el joven trabaja junto a un amigo en la creación de una plataforma de programación, también apuntada a chicos y jóvenes de barrios vulnerables, para que –una vez que esté lista- en un periodo de entre seis y nueve meses puedan capacitarse de manera asincrónica. “Los alumnos estarán becarlos y buscaremos conseguirles trabajo como juniors en alguna tecnológica cuando terminen con el proceso de formación”, expresó Solans.

La escuela tecnológica que comenzará a funcionar en Cabín 9

Quienes quieran participar de esta capacitación no necesariamente deberán tener terminada la escuela secundaria, pero sí tendrán que residir en Rosario y superar un proceso de admisión que constará de diversas etapas. “Buscamos a gente que tenga madera y compromiso de llevar adelante esta formación que le requerirá tres horas diarias en cualquier momento del día, pero que le permitirá acceder rápidamente a buenos trabajos”, describió.

El joven resaltó que en los primeros contactos para estos proyectos se encontraron con chicos de barrio con mucho talento y ganas, y consideró imprescindible avanzar en formaciones como las que están proponiendo para aprovechar esas capacidades y transformar la realidad. “Hasta este boom tecnológico, nunca habíamos tenido salidas laborales que pudieran pagar lo que gana un chico vendiendo droga. Por la inestabilidad con la que viven, a estos jóvenes se les complica seguir una carrera universitaria, pero sí pueden capacitarse de otra forma y los vamos a acompañar con profesionales para que no se caigan y terminen el proceso”, adelantó. Las expectativas están puestas en que una vez que las primeras camadas consigan trabajo, surja un efecto contagio y más chicos de barrio se entusiasmen en seguir ese mismo camino.

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