Con el avance de las nuevas tecnologías el negocio del videoclub se vio opacado por la proliferación de las plataformas de streaming y el cambio de hábito en los consumidores. Los comercios físicos dedicados exclusivamente al alquiler de películas se perdieron y son muy pocos los que aún siguen en pie.

En Rosario solo dos resistían la embestida y con el anuncio de cierre de Premier videoclub, la Videoteca queda como único referente del sector. En diálogo con Ecos365, su titular cuenta cómo funciona el local y qué servicios debieron incorporar para reconvertirse.

Con 40 años de historia en sus espaldas, la Videoteca funciona de lunes a lunes en su local ubicado en Entre Ríos y Cochabamba. Los únicos días que no abre son el 25 de diciembre y el 1° de Año. Su actual dueño, Fabián Del Pozo, hace 30 años que le dedica su vida al negocio. Primero fue empleado, luego fue socio y tras el fallecimiento del fundador, Carlos Perrone en 2016, quedó al frente. Es decir que conoce más que nadie cómo es el funcionamiento de su videoclub.

“Desde el día uno, la tarea nuestra es ser el nexo entre una película y el cliente. Saber vincular las consultas y brindar una atención personalizada. Ese es un servicio insustituible que nos diferencia de cualquier plataforma”, explica a Ecos365 su titular, al tiempo que lamenta el cierre de sus colegas y piensa lo difícil que se tornaría un futuro en donde también puedan desaparecer las disquerías o en un caso extremo las bibliotecas.

En la actualidad, Videoteca cuenta con más de 25 mil títulos diferentes para alquiler y venta. Muchos de ellos no se consiguen en Internet, por eso es tan importante el valor de su catálogo. Vale remarcar que el lugar, en pos de acercar el cine a la comodidad del hogar, además ofrece la opción de delivery y un buzón para las devoluciones las 24 horas disponible.

No obstante, su alcance va más allá de brindarle los últimos estrenos a sus socios o aquellas perlas difíciles de conseguir. El videoclub antes de la pandemia realizaba eventos con música en vivo. A su vez, tiene una importante función como proveedor de instituciones tales como el Centro Cultural Cine Lumiere, Casa Arijón, El Cairo, universidades, colegios y otros centros educativos.

“Somos un vehículo cultural. Trabajamos con mucha pasión y paciencia para tratar de cumplir con todos los clientes. Es por esto que sumamos un servicio técnico para la reparación de equipos y la digitalización de material analógico”, describe Del Pozo en referencia a que es mucha la demanda por traspasar a nuevos formatos material valioso que de otra forma se perdería.

El show debe continuar

El cierre del videoclub Premiere fue una decisión impulsada por motivos económicos, según confió a Ecos365 Silvia Bozzi, su titular. “El alquiler subió y no me cerraban los números. Tampoco era una opción mudarme porque sería extender la agonía. Todo tiene un ciclo y tengo otros proyectos”, afirmó.

Además, agregó que muchas de las películas de Premier y la función social que el lugar cumplía van a continuar en un nuevo espacio. Se trata de un centro cultural que se está por abrir con la posibilidad de realizar encuentros y debates.

Si bien la noticia sorprendió a propios y a ajenos, desde hace dos meses la referente del videoclub está en contacto con muchos de los socios para ofrecerles sus películas preferidas y así ir desocupando aquel local de calle Santa Fe al 1600. 

De esta forma, la última vez que Premier abrirá sus puertas para el público será este sábado 24 de septiembre con un festejo para quienes estuvieron acompañando el proyecto a lo largo de sus 37 años de trayectoria. “Como la película All That Jazz o el Show debe continuar. Mientras tanto, el Instagram de Premier seguirá funcionando y estaré en contacto siempre para ofrecer una película a quien lo necesite”, cierra Bozzi.