Inteligencia artificial: más allá de Google y Microsoft, en qué trabajan las empresas de Rosario

Los gigantes decidieron apostar fuerte por la IA. Ignacio Sanseovich, presidente del Polo Tecnológico Rosario, cuenta los productos que se están desarrollando en la región. Los desafíos

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Los desarrollos tecnológicos basados en inteligencia artificial cobraron notoriedad en las últimas semanas por la decisión de inversiones millonarias por parte de gigantes como Google y Microsoft. Así como en otras partes del mundo muchas empresas vienen trabajando en el tema, hay en la región de Rosario varias empresas que investigan y desarrollan productos que contienen inteligencia artificial. En esta entrevista con Ignacio Sanseovich, presidente del Polo Tecnológico de Rosario, cuenta qué se está haciendo en la región y el potencial existente para estar en la nueva ola de la economía global.

 
-¿Dónde estamos en la región parados con lo que tiene que ver con Inteligencia Artificial (IA)?

-En el último tiempo se hizo más público y más mediatizado el aspecto vinculado a la IA con implementaciones un poco más cercanas a los usuarios tradicionales. La realidad es que es un campo en el que se viene trabajando desde hace un montón de tiempo a nivel mundial. En el ámbito local, hay muchísimas empresas que vienen trabajando aspectos de IA aplicado más a la robótica por ejemplo. Empresas que utilizan un software que tiene la capacidad de ir aprendiendo. Son algoritmos que tienen la capacidad de entrenarse y luego desde ahí empiezan a realizar acciones específicas. Acá en la región tenemos aplicaciones vinculadas al campo del procesamiento de imágenes a través de IA para detectar determinadas cuestiones e interpretación del lenguaje natural. En la región hay muy buenos avances al respecto.

-En el tratamiento de imágenes ¿El que lo impulsa es el agro o algún otro sector relacionado a otro tipo de contenidos?

-Tenés de todo. El agro es quizás una implementación de negocios muy cercana a nosotros y todo lo que implica aplicar tecnología en el campo marca un camino a seguir. El procesamiento de imágenes para la detección de malezas; el procesamiento de imágenes para analizar variabilidad en términos de siembra y cosecha. Después hay otras verticales de negocios que también la utilizan. Esos famosos procesos de onboarding digital, para darte de alta en una determinada plataforma y esa alta se da a través de un reconocimiento facial. Para poder hacer eso se necesita trabajar algoritmos que tengan la capacidad de poder leer gestos, rasgos físicos de una cara y desde ahí poder hacer una biometría que permita dar acceso o no. Después existen modelos que se entrenan a través de grandes bancos de imágenes y a partir de ahí se toman determinadas decisiones para transformarlas en textos, para poder analizar si la imagen tiene determinado objeto o no. A nivel seguridad también se utiliza muchísimo para detectar patrones de conducta violenta o posibles acciones específicas en términos de activar algún protocolo de seguridad de acuerdo a lo que se ve en la imagen o en un video.

-Siempre se habló de la exportación de horas de ingeniería, como de proyectos. En este campo de la IA ¿Hay oportunidades o es una escala superior a lo que tiene que ver hace uno años vender horas de ingeniería?

-Hay muchas oportunidades en este campo. Es un perfil que no es tan fácil de conseguir muchas veces porque el conocimiento previo tiene que tener algunas cuestiones específicas más allá de la base vinculada a un perfil técnico. Tiene que conocer sobre aspectos de programación, informática y del sistema tradicional, también en este caso hay lenguajes de programación y tecnologías específicas del campo de la IA. Con la Universidad Nacional de Rosario (UNR) dentro del polo armamos una carrera que es una tecnicatura en IA, es la primera en una universidad pública del país. Ahí se estudian cuestiones programáticas; implementaciones como las que mencionamos; robótica; el software que tiene esa capacidad de aprender y patrones de comportamiento. La tecnología va cambiando mucho en cortos espacios de tiempo. Entonces aprovechar estas oportunidades vinculadas a la inteligencia artificial son interesantes, sin perder de vista lo nuevo que pueda llegar a venir.

-¿En un año o dos se puede llegar a estar conociendo novedades de distintas empresas de la región con lo que tiene que ver con IA?

-Creo que sí. Hoy por hoy tenés casos muy específicos, en empresas concretas de la ciudad que su foco de negocio no es solamente aplicar IA, pero para sus productos y sus servicios tienen, en algún eslabón de la cadena productiva, algo que tiene que ver con la IA. Desde software netamente, desde algún algoritmo que aprende determinado comportamiento y desde ahí acciona o dispositivos que utilizan esta tecnología. Lo que puede suceder con el paso del tiempo es que esta tecnología cada vez más accesible e intuitiva va a permitir que sea más masiva. En la medida en que es más fácil de implementar también es más fácil de usar y más escalable. En unos meses o muy poquitos años, esta tendencia tecnológica empieza a paquetizarse en pequeños productos muy sencillos de poder incorporar a un software tradicional y que van a marcar una diferencia concreta seguro.

-Para el que no conoce, qué están haciendo en IA en el Polo Tecnológico.

-Tenemos un grupo de trabajo investigando aspectos vinculados a esta tendencia de la IA. Hay subespecializaciones. Trabajamos bastante con lo que tiene que ver con procesamiento de imágenes e interpretación del lenguaje natural. En algunas plataformas del agro, en un caso y con la parte legal en otro caso. Estamos trabajando en una implementación que tenga la capacidad a través del uso de la IA de recomendar aspectos normativos que tiene que cumplir una organización de acuerdo al tipo de negocio que tiene. En el caso del procesamiento de imágenes trabajamos con mapas georreferenciados donde a estas capas se les aplican algoritmos de procesamientos de esas imágenes para detectar determinadas cosas: malezas, sectores con mayor sequía, distribución de semillas.

-¿Eso se lo están pidiendo empresas o instituciones?

-Lo venimos trabajando con empresas privadas. Hemos tenido también algunos trabajos que tienen que ver con el mantenimiento de plantas de energía solar, para ver el estado en el que se encuentran los paneles solares. La diversidad de implementaciones es amplia.

-¿Qué cosas te están sorprendiendo sobre este tema?

-Hay noticias todo el tiempo que a uno le llaman mucho la atención. Hoy se habla del uso de IA cruzado con los aspectos de las ciencias de la vida y de la salud. Ahí podemos tener un impacto muy grande, hoy se ven algunas iniciativas muy interesantes. Desde pieles; regeneración de determinadas lesiones; asistencia en operaciones que cada vez son más complejas y que son asistidas por robot que obviamente tienen inteligencia artificial; detección temprana de posibles enfermedades que se hace con algoritmos que están entrenados. Después en el uso cotidiano, el chat GPT, que muestra unos resultados muy llamativos. Sigue teniendo aspectos tecnológicos no tan inteligentes, pero se ve una evolución enorme. No hace mucho tiempo los chatbot eran muy básicos en sus respuestas, poco precisos, poco originales, muchas veces contestaban muy mal y hoy todo eso evolucionó muchísimo. Se habla también como una reconversión de los buscadores tradicionales, es decir que no busquemos estáticamente, sino que eso sea cada vez más dinámico. Con lo cual los aspectos vinculados a la educación se van a ver transformados. Hoy el aprendizaje podría ser tranquilamente a través del chat CGT o uno similar, donde uno pregunta cosas que desconoce y tenés del otro lado una especie de profesor virtual 7 por 24. Hace algunos años atrás nos parecía de ciencia ficción y hoy lo estamos viviendo.

-Lo que estaba ahí hace muchos años ahora parece dispararse en velocidad. Para cerrar, aparece el tema de la ética.

-La tecnología va mucho más rápido que los aspectos legales y regulatorios. Entonces muchas veces empezamos a encontrar grandes avances tecnológicos que por detrás no tienen un sustento seguro, preciso y sin grises sobre qué se puede y qué no se puede y eso se va construyendo con el uso cada vez más cotidiano de la tecnología. Con respecto a la IA los aspectos del buen uso o el mal uso no están muy definidos. Es algo para continuar trabajando y reglamentándolo, haciendo un uso adecuado. Sino queda claro el marco regulatorio empiezan a venir los cuestionamientos de que si el avance tecnológico en este campo es positivo o no. Y la verdad no podemos poner en discusión si es o no positivo un avance que puede tener un impacto tan real, inmediato y tangible como este.

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