Desde que publicó la carta de la que hoy habla toda la Argentina, Tomás Hodgers, el rugber rosarino que sostuvo que el deporte que practica debe hacerse cargo del crimen de Fernando Báez Sosa, recibió centenares de llamados y mensajes. Pero no todos aceptan la autocrítica que plantea: “Mucha gente me ha hablado diciéndome que no somos todos así, incluso jugadores de rugby importantes”, contó al programa A diario, de Radio 2, desde Miami, donde está de vacaciones.

“Es bastante obvio que no fuimos todos los jugadores fichados a pegarle en el piso a Fernando. La gente que me dice eso no va al fondo de la cuestión”, lamenta el jugador de Atlético del Rosario.

Tomás explicó que había escrito la carta, en la que asume “sí, fuimos nosotros”, con la idea de abrir la autocrítica y el debate con los compañeros de su club, pero que su padre la leyó y le sugirió publicarla.

El rosarino cree que esconder los casos de rugbiers que tienen actitudes violentas fuera de la cancha –en su carta hizo una larga enumeración de casos, incluido el de un rosarino que filmado por su novia mientras le pegaba– es una política que toman muchos clubes “para que no se manchen los valores que pregonamos”. Y llamó la atención: “Debería ser al revés. El mundo del rugby debería ser el primero en denunciar estas cosas en lugar de esconder”.

Grupos homogéneos

Tal como lo hizo en su carta, el deportista remarcó “los hechos de violencia relacionados con rugbiers son muchos y eso lleva a mirar para adentro. No tengo claro por qué, pero pasa”. Y luego arriesgó una hipótesis: “Los grupos de rugby son muy homogéneos, se pierde el individuo. Dicen lo mismo, comen lo mismo”.

“Evidentemente los valores que pregonamos no los estamos transmitiendo bien a a los más chicos. Hay mucha hipocresía y está bueno empezar a cambiar. Si querés transmitir todo esto, hagámoslo de verdad”, insistió.

Y apuntó tanto a los clubes como las uniones, incluida la UAR, muy criticada por haber mencionado el caso de Báez Sosa no como un asesinato sino como un “fallecimiento”: “Dejemos de hacer como que nada pasó y tomemos nuestra cuota de responsabilidad, sin mirar para otro lado”.

Tomás dijo que va a seguir jugando al rugby en Atlético del Rosario, club del que destacó que sí lo ha formado para no ser violento. “Es un club hermoso, hay cosas que el rugby hace muy bien y es parte importante de mi formación”, mencionó. Y agregó que le falta un año para terminar la Facultad de Derecho.