Mientras los fiscales estudian qué delitos endilgarles a la banda de Los Cerrajeros, algunas de sus víctimas relevaron cómo operaban. El grupo, que perpetró 44 entraderas y cuyos principales miembros fueron detenidos, ataban a sus víctimas y en algunos casos los sometían a torturas. También los amenazaban con secuestrar o mutilar a otros parientes. Nunca dispararon sus armas.
Según fuentes cercanas a la investigación, la banda desbaratada el domingo llevó a cabo 44 entraderas. Estaban organizados y eran violentos. De acuerdo al testimonio de algunas víctimas, usaban lo que encontraban en las viviendas para inmovilizar a sus habitantes: cordones de zapatillos o pañuelos. Usaban las medias como guantes para no dejar rastros.
Aunque nunca gatillaron ni un tiro, sometían a sus víctimas a torturas físicas y psicológicas. A fos mujeres las quemaron con una plancha, a una en el pecho, a otra en una pierna. Amenazaban también con secuestrar a parientes, principalmente hijos; y montaban una escena de terror: simulaban querer cortarles un dedo a algún ser querido de la víctima.
El Ministerio de Seguridad estimó que robaron entre 2 y 3 millones. Los seis integrantes principales fueron detenidos pero aún buscaban a otros.



