Esteban Lindor Alvarado sumó su tercera condena este viernes al recibir la pena de prisión perpetua por liderar una asociación ilícita, por instigar un crimen en noviembre de 2018, por planificar ataques a tiros contra edificios judiciales, y por maniobras de lavado de activos. Las dos sentencias anteriores fueron por robo de autos.

La primera sentencia que tuvo Alvarado fue por el robo de un Fiat Duna en Cochabamba al 800, frente a una plaza, en barrio Abasto. Fue detenido por Infantería el 28 de diciembre de 2007 y por ese hecho recibió la pena de tres años de prisión de ejecución condicional.

Fue por el mismo delito que años después cayó por la Justicia de San Isidro. El fiscal Patricio Ferrari, de aquella localidad, comenzó a investigar a una organización que robaba autos en Buenos Aires y posteriormente los desguazaba en Rosario.

Alvarado, en esa investigación, era ubicado por los apodos de “Rengo” o “Chuchino”. El fiscal luego definió que esa asociación ilícita se llamaba “La banda de los rosarinos” y que Esteban tenía peso dentro de la misma. Incluso, al detectar diálogos que eran alusivos a la comisión de múltiples delitos violentos, remitió copia de CD’s a la Justicia de Santa Fe, aunque no se avanzó con ese material.

Por la causa de San Isidro, en 2013 a Esteban Alvarado le dieron seis años y medio de prisión que cumplió en 2018. Dicha sentencia la cumplió primero en el penal de Campana y después en el de Urdampilleta. Se presume que fue allí que comenzó a generar un “emporio de empresas” que terminaron siendo las hoy condenadas por la Justicia de Santa Fe, según indicaron los fiscales Luis Schiappa Pietra y Matías Edery.

Este viernes, “El Esteban” recibió prisión perpetua en un veredicto unánime de los jueces Alejandro Negroni, María Isabel Más Varela y Patricia Bilotta. Consideraron que instigó el crimen de Lucio Maldonado en noviembre de 2018; que planificó ataques a tiros en diciembre de 2018 contra el Centro de Justicia Penal y Tribunales provinciales; que instigó la amenaza y balacera contra el domicilio de una empleada de la unidad fiscal que lo investigaba; y como jefe de una asociación ilícita que, entre otros delitos, lavó dinero obtenido de forma ilícita.

La investigación de los fiscales Schiappa Pietra y Edery llevó tres años. Y el juicio duró desde el 21 de febrero hasta este 3 de junio. Sin embargo, el tránsito por los tribunales de Alvarado no termina acá. Desde mediados de marzo comenzó a ser juzgado por el Tribunal Oral Federal N° 2 de Rosario por narcotráfico.

Lo que se sospecha es que Alvarado era dueño de un cargamento de 493 kilos de marihuana que fue secuestrado en un operativo de control el 24 de noviembre de 2017 en General Roca, provincia de Río Negro.

Además, la semana pasada se conoció que la Justicia federal también activó una investigación por lavado que lo alcanza a él y a su ex pareja Rosa Capuano, que acaba de recibir prisión domiciliaria por esa causa.