La Cámara de Apelaciones ratificó la condena a 48 años de prisión para Luis María Escobar, el locutor de San Nicolás acusado de 18 violaciones en Rosario cometidas entre 2014 y 2016, contra chicas de entre 14 y 25 años. El agresor había apelado la sentencia que, finalmente, este miércoles fue sostenida por los jueces Georgina Depetris, Javier Beltramone y Bibiana Alonso.

La fiscal de la causa, Carla Cerliani, confirmó en A Diario (Radio 2) la resolución de la cámara. “Por unanimidad ratificaron en segunda instancia la condena”, dijo y remarcó que fueron 6 jueces en total que coincidieron en la pena, “la más alta de Santa Fe”. “Había pruebas sobradas”, remarcó y aseguró que están muy conformes con la ratificación.

A su turno, Nora, la mamá de una de las víctimas, expresó muy emocionada: “Estoy feliz y muy agradecida a la fiscal. Fue una resolución brillante, tiene que servir para toda la población, para que las víctimas no se achiquen y denuncien”.

“Hay que denunciar, aunque duela”, advirtió y aseguró que a las jóvenes sometidas “se les paró la vida”. Sin embargo, aseguró que la condena les genera “una sensación de alivio”.

Los 48 años de prisión efectiva son por los delitos de abuso sexual con acceso carnal agravado por el uso de arma de fuego (9 hechos), abuso sexual con acceso carnal (3 hechos), abuso sexual gravemente ultrajante agravado por el empleo de arma de fuego, abuso sexual simple agravado por el uso de arma de fuego (2 hechos), abuso sexual simple (2 hechos) y tentativa abuso sexual con acceso carnal agravado por el uso de arma de fuego, resultando absuelto de una acusación de amenazas simples.

El acusado está casado, tiene tres hijos y residía con su familia en la ciudad bonaerense de San Nicolás, hasta que fue detenido en agosto del año pasado.

Lo arrestaron por un caso de abuso de una adolescente de 14 años y una vez en prisión fue acusado por otros 17 hechos, cuyas víctimas fueron mujeres de entre 14 y 25 años, indicaron fuentes del MPA.

Siempre con el mismo modus operandi: ataviado de uniforme, se hacía pasar por policía y simulaba requisas antidrogas para llevar a sus víctimas a diferentes lugares y violarlas.