El 2025 dejó más lluvias en la Zona Núcleo: ¿por qué el balance es "altamente positivo"?

Tan eficiente fue el comportamiento de las precipitaciones a lo largo de 2025 que solo enero, junio y diciembre quedaron por debajo de las medias históricas. El informe de la BCR

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Con 260 mm por encima de 2024, el año 2025 cierra con un promedio de 1222 mm. Sin embargo, diciembre se despide con valores levemente por debajo de los normales y con un comportamiento pluvial desordenado. 

Fuera de la región núcleo, particularmente en el norte argentino y el NEA, las precipitaciones de diciembre duplicaron e incluso triplicaron los valores normales, el caso más extremo fue Corrientes, con 530 mm en el mes, 3,5 veces por encima del promedio histórico.

“El 2025 se despide con un balance pluvial altamente positivo. Tanto el invierno como la primavera aportaron precipitaciones superadoras de los valores considerados normales estacionales. Las lluvias que se desarrollaron a lo largo del semestre se destacaron por su abundancia y recurrencia", señaló el consultor Elorriaga. 

Balance pluvial altamente positivo en region núcleo

Tanto el invierno como la primavera aportaron precipitaciones superadoras de los valores normales estacionales, que oscilan  entre 800 y 1200 milímetros (teniendo en cuanta los ultimos 30 años), con un gradiente bien definido de oeste a este.

Durante 2025, ese patrón espacial se mantuvo, pero con un rasgo distintivo: la media anual alcanzó los 1222 mm, y superó inclusive el límite superior del rango histórico. El dato no se explica solo por el volumen total acumulado. El 90% de las estaciones meteorológicas de la Red BCR–GEA registró lluvias superiores a las de 2024, lo que dejó un excedente interanual promedio del 21%, equivalente a 260 milímetros más que el año previo.

Tan eficiente fue el comportamiento de las precipitaciones a lo largo de 2025 que solo enero, junio y diciembre quedaron por debajo de las medias históricas. En el resto de los meses, los acumulados superaron los registros estadísticos, e incluso en algunos casos los duplicaron o triplicaron. Hubo ejemplos contundentes -  solo por citar algunos ejemplos - en agosto, Pergamino acumuló 180 mm, y en noviembre, Bell Ville registró 172 mm, en un contexto en el que el área comenzaba a convivir con un enfriamiento del Pacífico ecuatorial compatible con La Niña.

Donde más llovió es en el sureste de region núcleo. Rojas sumó 729 mm más que en 2024; Junín ,722 mm; Pergamino, 633 mm y Baradero 565 mm. Un verdadero giro de 180 grados para una región que había comenzado el año con una sequía severa con fuertes pérdidas productivas en particular sobre el  maíz temprano. Solo tres estaciones de las 36 que tiene la red, quedaron levemente por debajo de los registros del año pasado: Noetinger, Idiazábal y Hernando, en el sudeste cordobés, con déficits de 4%, 1% y 8%, respectivamente.

Diciembre termina con menos lluvias que lo normal

Luego de cinco meses consecutivos con precipitaciones por encima de la media, diciembre quebró la racha y cerró con un acumulado promedio de 80 mm en la región núcleo, por debajo de los 110 mm que marca el valor histórico para el mes.

La irregularidad de las lluvias dejó amplios sectores con registros deficitarios, como en el norte bonaerense, donde Lincoln acumuló 47 mm; Baradero, 51 mm y Pergamino, 54 mm en todo el mes. Un comportamiento similar se observó en una parte del sudeste cordobés, con solo 40 mm en Bengolea y 52 mm en Noetinger. También hubo áreas del sudeste de Córdoba y del centro-sur santafesino que lograron superar la media, destacándose Pozo del Molle con 161 mm, Hernando con 125 mm, Laboulaye y Rosario con 122 mm, Classon con 118 mm e Irigoyen con 117 mm.

"Este patrón errático de precipitaciones es típico de los meses de verano, cuando predominan las lluvias convectivas, caracterizadas por su alta variabilidad espacial, gran intensidad, corta duración y marcada localización"

Humedad ajustada en los suelos regionales

Si bien las lluvias del sábado 20 y domingo 21 de diciembre resultaron claves para apuntalar el periodo crítico del maíz y para el desarrollo de la soja, la marcada aleatoriedad de los eventos de la última semana, combinada con una ola de calor con temperaturas máximas superiores a 30 °C, comenzó a reflejarse en el estado hídrico de los suelos. Las reservas de agua al primer metro de profundidad (considerando el consumo de una pradera permanente) están de regulares a escasas. 

El escenario es muy similar al de fines de 2024, cuando diciembre también concluyó con déficits hídricos y más del 50% del área mostraba condiciones entre escasas y de sequía.

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