¿El fin del sueño de Bukele? El Salvador negocia la venta de su billetera de Bitcoin bajo la presión del FMI

Te traemos las noticias más destacadas del sector: Mientras JPMorgan tokeniza fondos en Ethereum y revoluciona la banca de Estados Unidos, el experimento salvadoreño flaquea. Descubrí por qué los bancos tradicionales ahora mandan en el ecosistema

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Estamos cerrando un 2025 que ha sido verdaderamente vertiginoso para quienes seguimos de cerca el pulso de las finanzas globales desde esta parte del mundo. No se trata simplemente de un cambio de calendario, sino de una transformación estructural en la médula del sistema bancario estadounidense que nos obliga a recalibrar nuestras estrategias.

¿Alguna vez imaginaron que los bancos más conservadores del planeta estarían reconstruyendo su infraestructura sobre libros de contabilidad distribuidos? Lo que estamos viendo es que las entidades han dejado de lado los experimentos periféricos para enfocarse en la tokenización de productos financieros tradicionales, un movimiento que redefine la custodia y el pago mayorista.

Esta tendencia no es un capricho tecnológico, sino una respuesta a la necesidad de mayor eficiencia en la liquidación de activos. En lugar de apostar por activos digitales volátiles, la banca tradicional está priorizando versiones tokenizadas de depósitos y fondos de inversión que ya cuentan con un respaldo institucional sólido.

¿Por qué es esto fundamental para cualquier visión de negocios seria? Porque estamos presenciando el nacimiento de una infraestructura financiera que funciona las 24 horas del día, los 365 días del año. La tecnología blockchain ya no es una opción de nicho, sino el nuevo estándar de la gestión bancaria.

La reinvención del sistema y la era de la infraestructura invisible

La gran noticia es que los bancos no están buscando competir directamente con las criptomonedas nativas en este momento. Su verdadero objetivo es reconstruir la infraestructura financiera central, modernizando servicios críticos como la custodia, los depósitos y la administración de fondos para que operen on-chain de forma nativa.

Este enfoque permite que los activos tradicionales, como las participaciones en fondos de inversión, se representen como tokens digitales. Lo más interesante es que este avance ocurre dentro de los marcos regulatorios actuales, lo que brinda una seguridad jurídica que hasta hace poco parecía inalcanzable en el mundo digital.

¿Cómo impacta esto en la operativa diaria de una organización? Pensemos en el sistema JPM Coin de JPMorgan, que ya permite a clientes institucionales realizar transferencias de depósitos tokenizados en tiempo real. Ya no dependemos de horarios bancarios rígidos ni de procesos de clearing que tardan días en completarse.

Entidades de la talla de Citi también han avanzado con servicios que integran contratos inteligentes en la gestión de efectivo. Este nivel de automatización en la financiación del comercio internacional es una solución concreta para reducir costos operativos y eliminar intermediarios innecesarios en las transacciones de gran escala.

Tokenización de activos: el puente real entre el efectivo y la eficiencia digital

La innovación no se detiene en los depósitos, sino que está llegando a los productos de inversión con una fuerza imparable. Recientemente, el lanzamiento del fondo My OnChain Net Yield Fund (MONY) de JPMorgan marcó un hito al ser el primer fondo de mercado monetario tokenizado en la red de Ethereum.

¿Qué significa esto en la práctica? Significa que ahora es posible vincular instrumentos que generan rendimiento con efectivo tokenizado dentro de estructuras regulatorias establecidas. Es la validación de que las blockchains públicas pueden utilizarse de manera segura si se aplican los modelos de cumplimiento adecuados.

En mi experiencia analizando mercados, este tipo de productos son los que terminan ganando la confianza del capital institucional. Al eliminar la fricción entre el dinero tradicional y la red blockchain, se abre un abanico de posibilidades para la gestión de tesorería corporativa que antes eran impensadas.

Incluso gigantes de la custodia como BNY Mellon llevan años adaptando sus plataformas para permitir que clientes seleccionados mantengan activos como Bitcoin y Ether. Esto demuestra que la custodia de activos digitales se está integrando como una extensión natural de las funciones bancarias tradicionales, garantizando la seguridad del inversor.

Tensiones globales y el nuevo tablero de ajedrez cripto institucional

Mientras Estados Unidos acelera su integración bancaria, el panorama global presenta contrastes que merecen ser analizados con frialdad. El caso de El Salvador es emblemático, ya que el gobierno de Bukele estaría negociando la venta de su billetera estatal Chivo como parte de las condiciones impuestas por el FMI.

¿Estamos ante el fin de la utopía del Bitcoin como moneda nacional? Esta situación nos recuerda que, más allá de la ideología, la estabilidad macroeconómica y los compromisos internacionales juegan un rol determinante. Preservar el valor del capital requiere de una estrategia que trascienda la volatilidad del contexto político.

Por otro lado, la Reserva Federal de Estados Unidos ha iniciado una consulta pública sobre la creación de una "cuenta maestra reducida". Esta iniciativa es fundamental porque permitiría que empresas fintech y de criptomonedas accedan directamente al Banco Central, eliminando las barreras burocráticas que hoy frenan la innovación financiera.

No podemos ignorar lo que sucede con nuestros vecinos, donde la actividad cripto en Brasil aumentó un impresionante 43% durante 2025. Con inversiones promedio que superan los mil dólares por usuario, el mercado regional demuestra una madurez que debería servirnos de espejo para detectar oportunidades de expansión.

Incluso frente a caídas temporales del mercado, los grandes jugadores como BlackRock mantienen su dominio. Su ETF de Bitcoin, el IBIT, se posicionó entre los mejores instrumentos de inversión del año en términos de entradas netas, demostrando que el interés institucional es de largo plazo y no se deja espantar por rojos momentáneos.

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