El mercado local sigue enfrascado en la incertidumbre financiera y política, y arrastrando distorsiones por el dólar agro y las postergaciones de exportaciones. Así lo analiza Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral.
“Entramos en los últimos días del programa de incremento exportador 70/30, que permite que los exportadores puedan liquidar el 30% de sus divisas en el mercado de contado con liquidación. El mix entre oficial y libre genera un tipo de cambio de alrededor de 520$/USD, es decir casi un 50% más que el oficial. Este “extra” lo dispone el exportador, y con él puede pagar un precio mayor al mercado interno”, comienza Romano.
En esa línea, el especialista de la Universidad Austral señala que los precios en pesos divididos por el tipo de cambio oficial generan valores fuera de serie para los granos. “El problema es que el productor que cobre esos pesos tendría que poder aplicarlos al pago de algo, o dolarizarlos, ya que necesitará el capital de trabajo después para enfrentar la siembra de maíz y soja, pago de alquileres, transporte y encarar el nuevo ciclo. Todos estos gastos son en dólares”, añade.
Sin embargo, Romano recuerda que las distintas plataformas vigentes plantean dudas en cuanto al tipo de cambio: “Si tendremos un tipo de cambio desdoblado, y en ese caso cuál tendrán las liquidaciones del agro y el pago de sus insumos y deudas. Esto hace que redolarizarse equivocando el tipo de cambio al cual se enfrente más adelante -más allá de que supone un costo y un riesgo de incobrabilidad dependiendo del instrumento- puede salir muy bien o muy mal. Ante esto muchos productores prefieren no vender. El problema es que la cosecha de trigo comenzó, y existe la posibilidad de entrar con el régimen que genera un valor más alto”, detalla.
En cuanto a la cosecha nueva, Romano explica que los precios de todos los granos están por encima de la capacidad teórica de pago, y generando una rentabilidad “interesante”. “En condiciones normales recomendaríamos avanzar en ventas. El problema es que de extenderse el 70/30 que comentamos antes, y asumiendo incluso una brecha menor (80%), los precios resultantes serían incluso mayores a los que vemos hoy. Nuevamente la incertidumbre política y financiera traban las decisiones”, analiza.
La recomendación del profesor de la sede Rosario de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Austral es la de asegurar una rentabilidad y el recupero del capital variable que se pone en juego en la actividad. “Vender para cerrar las relaciones insumo producto, comprando CALL local en caso de que ese porcentaje sea alto, parece lo más razonable”, asegura.
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