El uso de efluentes porcinos aumenta el rinde de soja y mejora el suelo: los detalles

Un trabajo experimental del INTA, que se realizó en la provincia de Córdoba, evaluó el aporte de purines porcinos aplicados con equipos de riego durante el periodo de barbecho

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En una investigación aplicada que combina ciencia y manejo productivo, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y la Cámara de Productores Porcinos de Córdoba (CAPPCOR) confirmaron que el uso de efluentes porcinos como enmienda orgánica puede aumentar hasta en 1.900 kg/ha el rendimiento de soja, además de mejorar propiedades físicas y químicas del suelo tras ocho campañas consecutivas de ensayos. 

El trabajo experimental se realizó en la provincia de Córdoba, donde se evaluó el aporte de purines porcinos aplicados con equipos de riego durante el periodo de barbecho. Las parcelas que recibieron efluentes mostraron un salto de rendimiento en soja respecto de las parcelas testigo (sin aplicación): desde 2.646 kg/ha hasta 4.574 kg/ha en los tratamientos combinados con fertilización fosfatada. 

Más allá de los resultados productivos, el estudio registró mejoras sostenidas en la fertilidad del suelo. Tras ocho años de aplicaciones, el contenido de materia orgánica aumentó cerca de un punto porcentual, y también se observaron incrementos de aproximadamente 35 ppm en fósforo y un aporte significativo de zinc, micronutriente clave para el desarrollo de la soja.

Los investigadores también destacaron cambios favorables en las propiedades físicas del suelo, como una menor resistencia a la penetración, mejor densidad aparente y estabilidad de agregados, lo que implica una mayor capacidad de exploración del sistema radicular y mejores condiciones para el crecimiento de la planta. 

Aunque los resultados son positivos, los técnicos subrayan que el manejo debe basarse en un balance de nutrientes, ajustando las dosis de efluentes de acuerdo con los análisis de suelo, la composición de los residuos y las necesidades del cultivo específico. Esta estrategia permite aprovechar los beneficios sin generar desequilibrios nutricionales. 

Si bien en soja el efecto adicional de la fertilización fosfatada con efluentes fue evidente, en maíz los ensayos mostraron que la aplicación de efluente sin adición mineral fue la opción más eficiente desde lo económico. Esto indica que la respuesta puede variar según el cultivo y las condiciones de suelo.

La experiencia se desarrolló en un sitio experimental de Despeñaderos (Córdoba), en el establecimiento Porcal de la empresa Dos Ríos, que cuenta con sistemas de tratamiento de purines con lagunas de estabilización y aplicaciones controladas en campo durante el barbecho. 

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