Abrió su negocio de cervezas y le sumó un toque medieval a la propuesta

Fabricaba cerveza artesanal y por la pandemia tuvo que cerrarla. Ahora redobló la apuesta con un negocio con bar incluido y ambientado en otra época

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Andrés Miotti está detrás de Beowulf, una cerveteca que abrió sus puertas en la zona norte de Rosario, más precisamente en la calle José C Paz 1992, y está ambientada con un estilo medieval que le otorga un sello distintivo. El negocio comercializa variedad de marcas de esta clásica bebida y ofrece a sus clientes la posibilidad de degustar algunas allí mismo, ya que cuenta con mesas y sillas preparadas para la ocasión.

Pero no es la primera vez del emprendedor detrás de un proyecto de este tipo. Tal como contó a Ecos365, antes de que el boom de la cerveza artesanal explotara ya se había lanzado a explorar este nicho. Incluso llegó a tener una fábrica propia, la cual tuvo que cerrar a principios de la pandemia debido a problemas logísticos y el encarecimiento de ciertos insumos. Sin embargo, motivado por volver a tener algo propio, un mes atrás se animó a inaugurar su nueva propuesta.

"Me quedó todo el conocimiento, los contactos, amigos cerveceros, trato con fábricas y pensé que podía hacer algo con todo eso. Además, noté un par de indicadores que me resultaron interesantes, como por ejemplo, el hecho de que en Rosario se empezó a mover mucho el mercado de las cervezas en latas y que la artesanal pasó a estar casi al mismo precio que las enlatadas, cuando siempre habían sido un poco más caras, así que decidí ir por ese lado", señaló Miotti.

Puertas adentro

Dentro de Beowulf las personas pueden encontrarse con gran cantidad de marcas nacionales e importadas. Entre los fabricantes artesanales de la ciudad se encuentran estilos de: Ánfora, Fenicia, Hopfen, Buenos Vientos y Volk. Eso sí, el emprendedor aclaró que no trabaja las etiquetas de grandes compañías de cervezas industriales ya que la idea era darle lugar a otros jugadores.

"Las estanterías exhiben muchas latas de cervezas distintas y de lugares como Buenos Aires, Mendoza, Bariloche, etc. También tengo opciones de cerveza tirada para que la gente pueda venir y tomar una pinta, acompañada de algunos snacks sencillos dado que no tengo cocina", explicó el comerciante.

En cuanto al toque medieval que buscó darle, comentó que ya de por sí el local es antiguo y data del año 1900 por lo que tiene un estilo colonial, con techos altos y ladrillos expuestos. A su vez, le sumó algunos elementos de esa época y todas las estanterías cuentan con barras y elementos en madera, más una araña con un diseño similar a las que se usaban en el medioevo y la espada de esgrima como estrella del lugar.

"Después con un muralista muy talentoso dibujamos un mural con unos dragones que tienen todos unos nudos alrededor y ayuda a crear esa ilusión de espacio antiguo", consideró el emprendedor y contó que justo a su lado se encuentra ubicada una vinoteca, cuyos dueños manifestaron agrado por su propuesta y por la posibilidad de complementar ambas ofertas en la zona.

"A futuro la idea es sumar más merchandising de cerveza para que la gente pueda comprar y hacer regalos. También está la posibilidad de dar cursos especiales a distintos grupos. Tengo cervezas de Mendoza estacionadas en barrica que vienen en botellas similares a las del champagne y hay que darle toda una explicación a los consumidores de su sabor y presentación, puede ser interesante pensar en un taller o charla con degustación a futuro", afirmó.

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