Agricultura de precisión: seguridad alimentaria y nuevas tecnologías

Rosario en los últimos años es objeto de atención del mundo científico y de la escena biotecnológica por empresas como Bioceres, Moolec Science , Bioheuris y Santa Rosa Semillas, entre otras

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En los últimos años la ciudad de Rosario ha sido objeto de especial atención en el mundo científico y en particular en la escena biotecnológica de la mano de empresas de reconocida solvencia científica como ser Bioceres, Moolec Science (de reciente cotización en el Nasdaq alcanzando la posición de Unicornio), Bioheuris, Santa Rosa Semillas, entre otras con menor difusión, debido a sus avances y logros científicos en sus específicos campos de investigación y desarrollo.

Las precitadas empresas tienen algo en común y es que intentan dar respuesta a una necesidad cada vez más acuciante en el mundo entero y es la satisfacción de una necesidad básica como es la alimentación, resultando su indeseada contracara la falta de alimentos a escala global, que provoca un creciente estado de hambre en numerosas regiones del mundo, disparando una señal de alarma que debe despertar a los todos los grupos de interés, tanto estatales como privados, a fin de evitar un escenario de catástrofe alimentaria. Si bien los peores escenarios previstos por Paul R. Ehrlich y Anne H. Ehrlich, en su libro “The Population Bomb”, no se han cumplido, el hambre en vastos sectores del planeta es una innegable realidad.

Las causas del hambre, que está lejos de ser un juego y que constituye una pesadilla a nivel global, reconoce diversas causas que van desde el uso irracional y no sustentable de los recursos naturales, el cambio climático, la modificación de los ecosistemas, la desertificación de importantes áreas de territorio antes cultivable, una población creciente, un incremento sostenido de la longevidad de las personas y probablemente una distribución ineficiente de los alimentos en el mundo, lo que provoca que la huella de la humanidad en el ecosistema sea cada vez más profunda e indeleble.

El estado de situación descripto, que enfrenta actual y agresivamente a la humanidad, la compele a sacar sus mejores armas, la razón y su propia condición humana a fin de superar con éxito los problemas crecientes en relación al hambre y sus consecuencias asociadas como ser: enfermedades, desnutrición, migraciones forzadas, abandono de territorios, etc.

La FAO (Organización de las Naciones Unidas Para la Alimentación y la Agricultura) define el hambre como “una sensación física incómoda o dolorosa, causada por un consumo insuficiente de energía alimentaria. Se vuelve crónica cuando la persona no consume una cantidad suficiente de calorías (energía alimentaria) de forma regular para llevar una vida normal, activa y saludable” (https://www.fao.org/hunger/es/), es decir el hambre condiciona en sentido negativo el desarrollo humano, por ello hace posible que una persona se suba a una balsa de plástico o al neumático de un auto y enfrente a la inmensidad del mar y los tiburones; en este punto la persona se encuentra ante un problema de inseguridad alimentaria permanente o crónico y sin horizonte de salida.

El hambre lamentablemente también puede ser cuantificado “históricamente, el número de personas que padecen hambre en el mundo es entre 702 y 828 millones calculado utilizando el método de Prevalencia de subalimentación.

Los datos en torno al hambre en el mundo aportados por Universidades y particulares que investigan su causas nos indican que no se puede perder más tiempo en el inicio de acciones concretas que permitan revertir esta situación, ya que cada 4 segundos una persona muere de hambre en el mundo (https://www.dw.com/es/cada-4-segundos-un-ser-humano-muere-dehambre-en-el-mundo/a-63184747) y este antecedente objetivo es un número superior a la cantidad de muertes cada 4 segundos que dejó como espantoso saldo de vidas la Primera Guerra Mundial, es decir, la humanidad se encuentra en un estado de guerra permanente contra el hambre.

El Derecho a la Alimentación

La alimentación además de ser una necesidad básica y de orden natural (todos los seres vivos necesitan nutrirse), es un Derecho y podríamos afirmar, sin temor a equivocarnos, que es un Derecho Humano básico en tanto es esencial para poder sostener la existencia humana, por lo cual en el orden de prelación de los derechos humanos entiendo que luego del derecho a la vida, podría seguir el derecho a la alimentación como aquel que la hace posible, vale destacar que hasta las personas privadas de su libertad y prisioneros de guerra tienen derecho a la alimentación.

El ordenamiento jurídico Argentino tiene también una prelación normativa, de donde la Constitución Nacional (CN) y los Tratados Internacionales suscriptos por el País de conformidad con el artículo 75 inc. 22, se encuentran en la cúspide de la pirámide normativa y las normas de menor rango no deben ignorar dicha posición y su regulación debe someterse a la manda constitucional sin desvirtuar su espíritu (art. 28 CN).

La CN ya en su Preámbulo hace referencia explícita al “bienestar general” el cual claramente no puede excluir o mejor aún debe incluir la alimentación, ya que el hambre causa dolor y una adecuada alimentación es una condición necesaria para sostener el derecho a la vida y sus potencialidades. Si bien no podemos considerarlo como un derecho explícito en la constitución nacional, es necesario aclarar (sin querer entrar en tecnicismos) que el art. 33 de la CN expresa que “Las declaraciones, derechos y garantías que enumera la Constitución no serán entendidos como negación de otros derechos y garantías no enumerados”.

Analizando los Pactos Internacionales (que tienen rango constitucional) encontramos que el Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales (DESC), dispone en el artículo 11, en el inciso 1° el derecho a la alimentación y en el inciso 2° el derecho de toda persona a estar protegida contra el hambre, a la vez que indica acciones concretas (aplicables a todos los estados firmantes del Tratado) para:

a.- “Mejorar los métodos de producción, conservación y distribución de alimentos mediante la plena utilización de los conocimientos técnicos y científicos”, entre otras acciones cuyo análisis excede el marco del presente escrito. Lo expuesto en los párrafos precedentes da cuenta de que la ley máxima tiene previsiones concretas en torno al hambre y la alimentación, para lo cual se debe establecer un conjunto de acciones concretas que no tengan únicamente un carácter paliativo, sino que tiendan erradicar su existencia promoviendo el desarrollo de tecnologías que permitan producir más y mejores alimentos, con la obligación adicional que establece el art. 41de la CN que dispone que las actividades productivas deben satisfacer las necesidades actuales sin comprometer a las generaciones futuras y respetando la diversidad biológica.

Organismos Genéticamente Modificados (OGM)

La ciencia es un importante auxilio para superar los desafíos que se le presentan a la humanidad, el hambre como despiadada negativa del derecho a la alimentación, constituye un nuevo hito que la humanidad debe superar.

El imperativo utilizado no es solo por razones terminológicas o filosóficas (Imperativo Kantiano) sino por estrictas razones legales, el Pacto Internacional D.E.S.C. dispone mejorar los métodos de producción de alimentos mediante la plena utilización de los conocimientos científicos y técnicos, el cumplimiento de dicha obligación legal no solo depende de lo que puedan hacer las empresas y científicos para generar avances agronómicos o en la producción de alimentos, sino que también se relaciona con un aspecto central necesario para el despliegue efectivo de las tecnologías que esta dado por el marco regulatorio dictado por el propio estado.

Un marco regulatorio denso, complejo y desacoplado a nivel internacional, es posible que genere un ingreso más tardío de las nuevas tecnologías o sus resultados (OGM o sus derivados alimenticios) al mercado y por ende también se ralenticen las posibles soluciones al problema del hambre en el mundo.

Los avances científicos, en el desarrollo de nuevas tecnologías, surgen de la mano de investigaciones conducidas por empresas y tienen por resultado, a modo de ejemplo, el gen HB4 (fue descubierto en Argentina por un equipo liderado por la Dra. Raquel Chan de la Universidad del Litoral y el Conicet y trata de la primera tecnología de tolerancia al estrés hídrico aplicada a este tipo de cultivos en el mundo), el cual es un ponderable avance respecto de las situaciones stress hídrico, como las que sufre la argentina y en particular la provincia de Santa Fe, que lleva adelante Bioceres, o la posibilidad de crear alimentos a base de plantas (como lo son las investigaciones realizadas por Moolec Science empresa que pretende recurrir a la “agricultura molecular” para usar a las propias plantas como biorreactores con el fin de escalar la producción de proteínas) o aquellas investigaciones promovidas por Bioheuris utilizando como herramientas principales a la evolución dirigida de proteínas y a la edición génica, insertando selectiva y precisamente determinados genes de un organismo, para un manejo de malezas más sustentable y eficiente, disminuyendo el uso de herbicidas y evitando las competencia que generan las malezas en el uso del suelo, nutrientes y agua.

Las empresas señaladas integran, junto con otras, el Cluster Biotecnológico de Rosario y son solo un ejemplo del resultado del esfuerzo que científicos, empresarios, universidades locales, integrando competencias y habilidades pueden hacer para imponerse sobre un desafío de carácter global, que puede colocar a la ciudad, la provincia y el país en el mapa mundial como líderes Biotecnológicos.

En el punto también es destacable la unidad de vinculación tecnológica de la Universidad Nacional de Rosario.

La creciente demanda de alimentos, debido a un aumento exponencial en la población y de mejores alimentos pone en evidencia que las técnicas de mejoramiento tradicionales, que ya implican una intervención del hombre en el manejo de la naturaleza, no son suficientes para superar el desafío de la alimentación de 10.000 millones de seres humanos en un futuro próximo.

Lamentablemente los OGM, no tienen buena fama o han sido precedidos de una marcada falta comunicación o mala comunicación al público, por ello cuando se manifiesta de que un gen ha sido sometido a un proceso de mutagénesis para alterar alguno de sus rasgos, el común de la gente piensa en una película terror, Hulk o más recientemente la serie The last of us. Un GMO u OGM (Organismo Genéticamente Modificado), es muy complejo de producir y tal sea vez un poco más simple de definir, en forma sencilla podemos decir que es un organismo que ha sido objeto de modificación o alteración a escala genética mediante el uso de alguna de las herramientas tecnológicas que dispone el estado actual de la ciencia o por la introducción de un gen foráneo en un individuo a través de métodos de manipulación genética.

Es necesario aclarar que todo OGM no es transgénico; la transgénesis implica incorporar en la cadena de ADN de una planta o un animal un gen determinado (transgen) de otra especie, con el fin de aportarle nuevas características o suprimir alguna de ellas, de modo que el organismo original luego de la transgénesis no va a ser idéntico, sino que producto de la transgénesis va a ser modificado.

La transgénesis podríamos decir que es una tecnología eficaz, pero en la actualidad se disponen de tecnología más evolucionadas que se denominan New Breading Tecniques o Nuevas técnicas de Mejoramiento entre las cuales se encuentran las tecnolgías TALENs Transcription Activator-Like Effector Nucleases (TALENs) y CRIPER-Cas (Clustered Regularly Interspaced Short PalindromicRepeats with a CRISPR-Associated Protein (CRISPR-Cas), esta última es quizás la más resonante o conocida por su difusión en los medios de comunicación.

La Edición Génica puede realizarse mediante el uso de una tecnología denominada CRISPR-Cas, entre otras disponibles, la cual en primer lugar no implica la introgresión de un gen externo al organismo que se pretende editar, y si conlleva activar o desactivar alguna letra del gen editado de modo tal que una vez efectuado el proceso resulta imposible distinguir el organismo editado de otro organismo (individuo) no editado de la misma especie.

Las técnicas señaladas, más otras que surgirán en el futuro, se encuentran en una fase denominada “ingeniería genética” donde las mutaciones (palabra ya cargada de un contenido negativo desde un punto de vista lego, su equivalente “benévolo” sería alteración) genéticas son dirigidas, es decir, se sabe lo que hace, se tiene precisión quirúrgica sobre que gen se quiere alterar. Así los organismos editados no son necesariamente transgénicos, efectúo esta salvedad por que dicha situación debería generar un diferente nivel regulatorio para los alimentos derivados de organismos editados en función de la propia tecnología o procedimiento de alteración genética y del derecho a la alimentación.

No obstante lo expuesto, dado el muy reciente desarrollo de estas Nuevas Tecnologías, las excluye de aquellas que tienen un historial de uso seguro, el cual no se encuentra definido, pero plantea una clara diferencia con otras tecnologías menos avanzadas, como lo son los rayos x, gamma, radiaciones nucleares de protones, que inducen mutaciones genéticas en los organismos sin conocer con precisión cuales serán sus resultados, esperando ver en el “campo” cual es su evolución, pese a ello estas tecnologías sí tienen un track record que les permite adquirir el status de tecnología segura y evitar de este modo la regulación como OGM o según la legislación quedar exentas de la aplicación de las normas que regulan los OGM.

La rigurosidad de los controles efectuados, por razones de Bioseguridad, no ha implicado un menor número de OGM en el mercado, ya que han superado los test impuestos por las regulaciones estatales más de 2.000 productos que se encuentran disponibles en las góndolas de los supermercados, estos en gran proporción provienen del uso de esas técnicas menos avanzadas para lograr mutaciones genéticas inducidas, no obstante el peso regulatorio ha implicado un retraso en la incorporación de los resultados de los avances tecnológicos y un mayor esfuerzo económico.

Desde un punto bioético el interés que sustente el uso de estas tecnologías no debería ser solo el particular de quienes las desarrollan o utilizan en procesos productivos, sino que tiene que tener un horizonte más amplio que incluya, la alimentación saludable para sectores de la población mundial que hoy pasan hambre, la conservación del medio ambiente y la biodiversidad, a la vez que deben ser seguros para su consumo y para el medio ambiente, en estos casos la no utilización de la biotecnología parece no ajustarse a un comportamiento ético.

Las razones del Control de los OGM

En general las críticas que han sufrido los OGM son relativas a la seguridad para las personas, su impacto en el medio ambiente (bioseguridad) o las consecuencias económicas para los agricultores. Desde que se efectuaron dichas afirmaciones hay mucho tiempo transcurrido, lo que hace tiempo era ciencia ficción hoy es ciencia aplicada, por ello se puede afirmar que luego de decenas de años de estudios cada vez son más las voces calificadas que opinan que no se han encontrado resultados concluyentes que indiquen que los cultivos transgénicos, los OGM no transgénicos y sus derivados alimenticios puedan constituir un riesgo para la salud o el medio ambiente, como lo expresa el bioquímico ganador del Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1993, Richard J. Roberts, “la desinformación sobre la ciencia, especialmente sobre los cultivos modificados genéticamente, debe disiparse y debe adoptarse (esta tecnología) ya que está respaldada por la ciencia”, opinan en el mismo sentido los 160 premios Nobel que apoyan la iniciativa (https://www.supportprecisionagriculture.org/).

En Argentina la Resolución 763/2011 del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca establece un triple control de los OGM:

1.- La evaluación de riesgo, el diseño de las medidas de bioseguridad y del manejo de riesgos, en las distintas fases de evaluación, se encontrará a cargo de la COMISION NACIONAL ASESORA DE BIOTECNOLOGIA AGROPECUARIA (CONABIA),

2.- La evaluación de aptitud alimentaria para el caso de alimentos derivados de, o que consistan en, el ORGANISMO GENETICAMENTE MODIFICADO (OGM) para el consumo humano y/o animal estará a cargo de la Dirección de Calidad Agroalimentaria dependiente del SENASA y

3.- El análisis de los impactos en la producción y comercialización que pudieran derivarse de la autorización comercial de un ORGANISMO VEGETAL GENETICAMENTE MODIFICADO (OVGM) estará a cargo de la Dirección de Mercados Agrícolas, dependiente de la Dirección Nacional de Transformación y Comercialización de Productos Agrícolas y Forestales de la SUBSECRETARIA DE AGRICULTURA de la SECRETARIA DE AGRICULTURA, GANADERIA Y PESCA.

La situación actual plantea de algún modo una interacción de intereses que es necesario ponderar, Seguridad/decisión de consumo, en relación con el derecho a la alimentación/ derecho a la vida, desde mi punto de vista careciendo de sustento científico, objetivo y comprobable del perjuicio, hasta el momento meramente invocado, respecto de los OGM, no es causal suficiente para incrementar el nivel regulatorio y alongar los test de seguridad previos al lanzamiento o liberación de los OGM (ya sean estos plantas o animales) o sus derivados alimenticios, en tanto existe una necesidad actual y concreta con una gran capacidad de daño que hay que solucionar como lo es la inseguridad alimentaria de vastos sectores de la población mundial, a la vez que implica un freno a actividades científicos productivas que permiten un crecimiento sostenido de la actividad económica de la región y el país.

Lo expresado no implica ir en detrimento de los análisis de bioseguridad, los cuales son necesarios en este caso como en cualquier otro que se lance un producto o tecnología al mercado, sino respecto de la expansión regulatoria que en algunos casos puede asfixiar el progreso biotecnológico.

Cuando hago referencia a la seguridad alimentaria no guarda relación únicamente con una mayor cantidad o rinde de alimentos frente a una misma cantidad de recursos o menor cantidad (caso del gen HB4), sino también de mejores alimentos, con una expresión más pronunciada de sus características más deseadas o con incorporación de otras características de las cuales carece, por caso el arroz dorado, el cual contiene una mayor cantidad de betacaroteno (El arroz dorado es una variedad de arroz – transgénico- que ha sido modificado genéticamente para incluir dos genes (del maíz y de una bacteria del suelo) para completar la vía de los carotenoides y expresar el betacaroteno) el cual se encuentra presente normalmente en la zanahoria.

Desde el punto de vista de la protección de los agricultores vale destacar que el proceso para poder lanzar al mercado un OGM puede ser de 10 a 15 años e irrogar un costo de U$S 100.000.000, debido no solo a las inversiones en investigación y desarrollo sino también a los altos costos derivados de los estudios y análisis previos que deben ser llevados a cabo para lograr la liberación al mercado del OGM, lo que a posteriori tendrá un impacto sobre el precio del producto final.

A su vez el elevado coste derivado de los estudios, investigaciones y análisis previos requeridos por el marco regulatorio, opera como filtro indeseado expulsando del mercado a pequeñas emprendimientos o empresas, por falta de recursos financieros para afrontar sus investigaciones, lo que a la postre termina concentrando el mercado en manos de pocos agentes económicos.

Afortunadamente en la ciudad de Rosario, gracias a la inagotable energía y capacidad de sus emprendedores y a un ecosistema emprendedor desarrollado, se ha dado un fenómeno de empresas locales sostenidas, al menos en sus etapas tempranas, por capitales locales evitando la fuga o pérdida de conocimiento científico que es, indudablemente, el principal Activo a proteger e impulsar.

En cuanto hace a la protección de los derechos de los consumidores y respecto al derecho a la información (que demanda el art. 4 ley 24.240), en cuanto los alimentos derivados de OGM son portadores de “características esenciales de los bienes comercializados” este puede respetarse informando que el producto que se promociona es derivado de organismos genéticamente modificados a fin de que forme su decisión de consumo con pleno conocimiento del origen o de características esenciales del producto.

Ello independientemente de que el bien adquirido sea totalmente inocuo o inclusive con mejores características que un organismo similar que no haya sido objeto de intervención en su composición genética. Esta información que requiere el consumidor, que alguna vez fue o es considerada como un “problema comercial o de marketing”, lo es en parte por la falta de comunicación respecto de los procesos de obtención de los OGM, de sus cualidades y por el desconocimiento que tiene gran parte de la población de que ya consumen de manera más o menos habitual alimentos derivados de OGM sin haber sido afectada su salud.

Todo avance científico supone algún tipo de riesgo que es necesario administrar y controlar, no existe actividad inocua, los riesgos son cuantificables y objetivos muchas veces otras no, en tanto que la percepción del riesgo es una cuestión subjetiva, que depende en gran parte del escenario en el cual se analiza.

En este sentido se han aceptado riesgos importantes frente a peligros concretos y actuales y otras veces se han evitado riesgos menores en situaciones donde el peligro o el problema a solucionar no es de gran magnitud o importancia. En definitiva a la pregunta de qué riesgo es aceptable?

La respuesta varía según quien lo analice (empresa-consumidorestado, etc) depende de la subjetividad del agente como así también de los mecanismos, procedimientos e instrumentos de control que se disponen en un momento determinado y no menos importante de la consideración del problema que determinada tecnología viene a solucionar.

En la actualidad se dispone de muchas tecnologías, procesos tempranos y que aportan a la bioseguridad, impedir, restringir o limitar el crecimiento y las aplicaciones derivadas del uso de biotecnología en forma desmesurada y sin bases objetivas, la falta de apoyo a los sectores privados y públicos que promueven la innovación y el desarrollo en el campo biotecnológico son el primer paso para no superar los desafíos que genera la creciente demanda de alimentos en el mundo.

(*) Abogado, Profesor Adjunto de la Cátedra de Derecho de la Empresa y el Mercado de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario.

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