Desayuno con hoja de ruta y calendario productivo. En el 61° Coloquio de IDEA, la Mesa Agrobioindustrial reunió a CEOs de toda la cadena y dejaron varias definiciones fuertes. Entre ellas que la campaña de trigo viene firme, con una de las mejores perspectivas de los últimos años, y la gruesa asoma con más superficie de maíz y buen giro en girasol, empujada por mejores perfiles hídricos y un productor que volvió a la agronomía pura. Pero podría ser números muy superiores si se adoptan medidas concretas para mejorar la competividad del sector, dado que los márgenes para más de un actor son negativos.
Los ejecutivos del campo argentino que estuvieron en un encuentro que mezcló coyuntura, innovación y política de largo plazo. Estuvieron presentes Juan Farinati (Bayer), Juan Lariguet (Corteva), Marcos Bradley (Syngenta), Gustavo Portis (BASF), Mariano Bosch y Diego del Carril (Adecoagro), Ignacio Lartirigoyen y Luis Colmegna (Lartirigoyen), Rubén Dicun (Nuseed), Agustín Dranosky (Grupo Benetton), Federico Lufft (Milicic), Gustavo Armendary (Tempra), Manuel Uribelarrea (MSU) y Eduardo Gómez Narr (CN Grupo).
Trigo: piso alto y ánimo de tecnología. Los ejecutivos describieron un escenario de trigo muy bien plantado, con lotes que “se ven” y un rendimiento esperado alto si el clima acompaña el último tramo. Esto disparó demanda de insumos de mayor valor y decisiones “más cortas”: comprar lo justo y cuando hace falta, priorizando eficiencia en aplicaciones y manejo.
Gruesa: más maíz, decisiones cerca del lote. Para la campaña gruesa, proyectan crecimiento de área en maíz y un buen dinamismo en girasol. El productor invierte en tecnología, pero evita el “stockeo financiero” de otros años: rinde con menos insumos y timing de compra ajustado al calendario de siembra. La IA ya pisa el lote: aplicaciones selectivas que distinguen cultivo/maleza en tiempo real, recomendadores agronómicos y diseño de moléculas con predicción (menos azar, más ciencia).
El cuello de botella es de hormigón y riel. El otro gran tema del desayuno fue infraestructura. Tres números que ordenan la discusión: 2.700 km de autopistas, unos 80.000 km de rutas y 620.000 km de caminos de tierra. Con esa red, un flete desde el NOA puede borrar la ventaja del mejor maíz. La obra pública está frenada y la apuesta oficial va por asociaciones público-privadas.
Se mencionó la participación privada en cargas (caso Belgrano Cargas) como vía de eficiencia: más tonelada-kilómetro en tren = menos costo por camión. Las inundaciones recientes mostraron el costo de no invertir: 900 mil hectáreas anegadas en Buenos Aires terminaron afectando 4 millones por falta de piso y accesos.
Reglas para invertir a 10 años. El ABC: institucionalidad, seguridad jurídica y previsibilidad. En un sector de ciclos largos (10-15 años para un híbrido o una molécula), la inversión exige horizonte. Sin propiedad intelectual moderna en soja —cuatro décadas de atraso— la ganancia genética se estanca; en maíz, la brecha se cierra con tecnología ya disponible si hay reglas estables.
Carbono y biocombustibles que pagan. La certificación de huella ya mejora el precio al productor (mencionaron millones de hectáreas en esquemas activos). Piden subir cortes de biocombustibles: menos emisiones, más demanda para lo que Argentina produce y monetización en mercados de carbono.
Abrirse para vender valor, no peso bruto. La foto externa sigue siendo mezquina: Argentina tiene acuerdos con apenas 8% del PIB mundial (Chile llega al 60%). El pedido: cerrar Mercosur–UE, trabajar con EE.UU. y Asia y destrabar trabas absurdas (aranceles al arroz, límites a subproductos cárnicos). La tesis: transformar maíz en carne, cerdo o etanol para bajar la mochila logística y subir precio de exportación.
Del barro a la nube… con camino seguro. Starlink mejoró la conectividad rural y la IA ya acelera productividad; pero sin rutas, accesos y trenes, esa eficiencia no llega al puerto. Por eso, el pliego que bajaron a IDEA hilvana campaña 2024/25 con política pública: menos impuestos distorsivos, PI real, logística dura y apertura comercial.
La frase que quedó flotando: “Podemos tener trigo récord y una gruesa expansiva, pero si el camión no entra y el tren no sale, el rinde se pierde en el flete. Reglas estables y caminos transitables: ese es el insumo que hoy más falta".

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