Al igual que los contratos de alquiler de vivienda, los de cocheras particulares también deberán ser Registro de Locaciones de Inmueble (RELI) de la AFIP. Agentes inmobiliarios advierten que esto quitará rentabilidad a un negocio que ya de por sí tiene un margen ínfimo, y a su vez elevará los costos para los locatarios.

El impacto de la reglamentación de la Ley de Alquileres se sintió primero en las viviendas, pero también arrastró a las cocheras, que de por sí no abundan en Rosario. Los usos y costumbres de este último mercado llevaban a que en gran medida se manejara de palabra, sin contrato y con arreglos directos entre los particulares o con una inmobiliaria de por medio.

“El mercado del alquiler de cocheras es ágil, dinámico, sin plazos previos ni determinados como en viviendas o locales comerciales, sin indemnización ni nada por el estilo. Se paga el periodo que se usa porque así lo marca la práctica y no un contrato, pero esta medida vino a alterar todo”, señaló José Ellena, referente de la Cámara de Empresas Inmobiliarias de Rosario (Cadeiros).

Consideró que la disposición repercutirá negativamente de un lado y otro. Es que la elaboración de contratos y su presentación ante AFIP implicará un gasto extra para la contratación de abogados y mayor carga impositiva. “Ya de por sí las cocheras no son unidad rentable en absoluto, y si encima se le agrega esto, la situación se va a complicar todavía más”, manifestó y agregó que las consecuencias podrían ser una suba de precios de los alquileres y/o una salida del mercado locativo para su puesta en venta.

Ya de por sí las cocheras no son unidad rentable en absoluto, y si encima se le agrega esto, la situación se va a complicar todavía más”

El problema es que ya de por sí las cocheras particulares en alquiler no abundan, porque al comercializarse generalmente con los departamentos, las suele poner en alquiler aquel que se mudó y le quedó ese inmueble para el vehículo disponible, que claramente es una minoría. Quienes compraron la cochera porque buscaban una rápida capitalización, o aquellos que tenían dos autos y se quedaron con uno, habilitándose un espacio que ponen a la renta, completan la oferta habitual.

“En general, son pocos, y con estas medidas puede que haya todavía menos. Si hacés los números, comprar una cochera te puede costar unos u$s15 mil o u$s16 mil, y su alquiler en el centro promedia los $3.500, a lo que le tenés que descontar expensas e impuestos como cualquier inmueble”, graficó Ellena en diálogo con Ecos365. Con las constantes y brutales devaluaciones, dejó de ser negocio invertir en este nicho, y la pandemia complicó todavía más el panorama, ya que producto del home office, quitó demanda de aquel que buscaba uno de estos espacios para dejar el auto por cuestiones laborales.

“El negocio de alquiler de cocheras cayó enormemente en su rentabilidad, sobre todo aquel que es temporal, pero también el de largo plazo”, indicó Andrés Gariboldi, presidente de la Cámara de Corredores Inmobiliarios de Rosario (Cocir). “La gente sigue moviéndose mucho menos que antes de la pandemia, y esto en el centro se ve”, agregó.

Además destacó que en su mayoría las cocheras están ligadas a departamentos, por lo que suele haber un sólo contrato de por medio. “En unidades individuales de cochera, el contrato suele ser escaso por esto, pero si pactás locación de largo plazo, ahí sí tenés que hacerlo e informarlo a la AFIP, y claro que tiene una repercusión en el costo final”, apuntó. Otros agentes inmobiliarios consultados consideraron que los contratos podrían aparecer si el alquiler es a una empresa, pero difícilmente ocurra lo mismo entre particulares. "Sería muy difícil y poco provechoso para la AFIP ponerse a controlar eso", indicaron.

Otros que están estudiando el impacto que ocasionará esta reglamentación de AFIP, que comienza a regir el 1° de marzo son los integrantes de la Cámara de Estaciones de Servicios, Garages y Afines de Rosaro (Cesgar), que nuclea a los dueños de playas de estacionamiento. Todavía no está del todo claro si los alcanza de alguna forma o no la regulación.