Autos de gama alta, impecables y climatizados, estricto cumplimiento de horarios y choferes elegantemente vestidos eran algunas de las características que solían tener los remises varios años atrás, que lo posicionaban como un servicio de nivel del cual queda poco o nada. Hoy los coches son estándar, muchas veces no están en óptimas condiciones y en ciertos horarios es imposible conseguir uno. La brusca caída del poder adquisitivo de la población, y la pérdida de rentabilidad del sector llevaron a que prácticamente hoy el remís en Rosario sea un taxi algo más caro y que no levanta gente por la calle.

La Cámara de Remises acordó con la Municipalidad de Rosario la reglamentación de la nueva ordenanza para el sector, por la cual se sumarán 150 unidades a la calle, se estableció la posibilidad de transferir las licencias y pagar los $400 mil que cuestan en 36 cuotas, entre otros puntos. Si bien empresarios del rubro celebran la medida y la consideran un avance, dudan de que logre revertir por completo la crisis que atraviesa el sector.

Algunos números

Actualmente debería haber en Rosario 520 remises, y con la nueva norma 670. Sin embargo a duras penas suman 200, y a la noche ese total se reduce al 10%: sólo circulan unos 20, confiaron fuentes del rubro. Las razones se explican por la inseguridad, la falta de choferes y el magro ingreso que reporta un negocio que antiguamente podía resultar atractivo.

Se estima que en bruto, un remís puede recaudar $240 mil mensuales, con un trabajo diario de 12 horas. El 35% se lo lleva el salario del chofer, entre un 15% y un 20% los aportes sociales y los impuestos, un 20% las agencias de radiollamado, entre un 15% y un 20% el combustible. “Con el 20% que te queda tenés que pagar cubiertas que estamos obligados a cambiar cada 60 mil kilómetros, batería, seguro, mecánico”, dijo a Ecos365 un referente del rubro. “Lo que te queda es mínimo, y ni hablar si tenés algún choque”, agregó.

Si bien reconocen que el 30% promedio de aumento otorgado permite paliar parte del desfasaje producido por la suba de costos, consideran que todavía persiste un atraso, aunque admiten que los salarios de la población en muchos casos no han acompañado los números de la inflación. La reactivación de la movida nocturna y la ordenanza de alcoholemia cero son los dos principales motores con los que podrían reactivar.