La economía argentina arranca otra semana bajo una intensa presión financiera, con varios frentes críticos que se entrecruzan: reservas debilitadas, bonos en caída, negociaciones con EE.UU., una ley social postergada, y la agenda presidencial reordenada en medio de compromisos internacionales.
Préstamo con EE.UU.: monto, condiciones y urgencia
El Gobierno nacional negocia con el Tesoro de Estados Unidos un préstamo país-país de aproximadamente USD 30.000 millones para pagar vencimientos de deuda próximos y reforzar las reservas del Banco Central.
Esa cifra no está confirmada, y algunos reportes señalan que el primer desembolso —si se concreta— no superaría los USD 3.000 millones.
El instrumento que se evalúa es el Exchange Stabilization Fund (Fondo de Estabilización del Tesoro, ESF), extraordinario dentro de la política financiera estadounidense.
Las condiciones serían exigentes: permitir la flotación cambiaria, limitar el uso de las reservas del Banco Central para intervenciones de tipo cambiario, posiblemente cumplir metas fiscales más rígidas y transparencia respecto al uso del crédito.
La urgencia se entiende mejor si se considera que Argentina enfrenta vencimientos importantes en 2025 y 2026 que deben afrontarse sin margen para nuevas crisis monetarias.
Posposición de viaje y reuniones: señales políticas en tiempos de crisis
El presidente Javier Milei tenía previsto volar a Estados Unidos este domingo, pero postergó su viaje al lunes. La decisión implicó la suspensión o reprogramación de su reunión con Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI, originalmente prevista para el lunes.
El motivo oficial es que Milei prefirió concentrarse primero en la política doméstica: reunirse con su gabinete y con la mesa política nacional. También se señala que la demora busca observar cómo arrancan los mercados locales ante los anuncios financieros y fiscales recientes.
Contexto general: mercados, reservas y esquema cambiario bajo fuego
Mientras tanto, los mercados están en alerta por la caída de bonos argentinos y por un dólar sin tregua, lo que obliga al Banco Central a usar reservas (ya fuertemente mermadas) para contener tensiones.
El esquema cambiario aparece como uno de los puntos más delicados de las negociaciones con EE.UU., ya que los acreedores y los mercados exigen señales creíbles de que el peso se dejará fluctuar, y que no habrá nuevas intervenciones oficiales que degraden aún más el valor de reservas.
Ley de emergencia en discapacidad: promulgada, pero sin aplicación inmediata
El Congreso rechazó el veto de Milei y sancionó la Ley de Emergencia en Discapacidad (Ley 27.793), declarada vigente hasta el 31 de diciembre de 2026 inclusive, con posibilidad de prorrogarse por otro año.
Pero, aunque ya esté promulgada, el Ejecutivo decidió postergar su aplicación/reglamentación hasta que el Congreso precise de dónde saldrán los fondos para financiarla.
Los motivos fiscales pesan: cualquier ley que autorice gasto no previsto debe indicar la fuente de recursos conforme al artículo 38 de la Ley de Administración Financiera.
Esta norma implica desafíos sociales urgentes —pensiones, prestaciones ―pero también un costo presupuestario que el gobierno no quiere asumir sin certezas sobre partidas, recortes u otras reasignaciones.
Riesgos, críticas y balance político
También hay críticos que ven en la demora del viaje, la postergación de la reglamentación y el crédito estadounidense una apuesta arriesgada, tanto en lo económico como en lo simbólico: depender de financiamiento externo bajo condiciones elevadas mientras se posterga una ayuda social que ya fue aprobada genera malestar político y social.
En resumen, Argentina entra en una fase decisiva: cada movimiento —la cifra del crédito, su instrumentación, las condiciones, el manejo del presupuesto social y la apertura cambiaria— puede inclinar la balanza entre un respiro momentáneo o una recaída más grave.

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