El mercado argentino volvió a encender todas las alarmas este jueves, en una jornada marcada por la política, la volatilidad cambiaria y un anuncio siderúrgico de peso.
El epicentro lo generaron los vetos de Javier Milei. El Presidente ratificó su decisión de bloquear las leyes votadas en el Congreso sobre los Aportes del Tesoro Nacional (ATN), el financiamiento universitario y los fondos para el Garrahan.
En la City, los dólares rozaron el techo de la banda: el dólar oficial cerró en $1.445,43, el dólar blue trepó a $1.410, el dólar MEP a $1.438 y el contado con liquidación (CCL) a $1.440,08. El Banco Central (BCRA), sin intervenir en el mercado de cambios, perdió otros US$34 millones.
La foto de los activos financieros fue dividida. Los bonos argentinos, sostenidos por apuestas de riesgo y el rollover del 91% logrado por el Tesoro, subieron en promedio un 0,6%. En cambio, la Bolsa de Buenos Aires cayó 1,2%, con precios en dólares que no se veían desde abril de 2024, y los ADR argentinos en Wall Street retrocedieron entre 1% y 6%.
El ruido se amplificó en paralelo al debate global. En Estados Unidos, los precios recalentados alimentan la expectativa de que la Reserva Federal (Fed) anuncie el próximo miércoles su primera baja de tasas del año. Un escenario donde el dólar baja en el mundo, pero en Argentina sigue en plena efervescencia.
El frente productivo sumó otro capítulo. En Chicago, las cotizaciones de los granos registraron mejoras: en Rosario subieron el girasol, el trigo y la soja, mientras que el maíz mostró bajas.
En tanto, el Banco Central avanza con cambios regulatorios que entusiasman a los bancos: planea una flexibilización de encajes, dejando de contabilizarlos de forma diaria para pasar a un promedio móvil de tres días. La medida busca aliviar tensiones de liquidez tras semanas de tasas de interés más bajas.
La contracara positiva llegó desde la industria pesada. Sidersa, líder en soluciones de acero, cerró un acuerdo con ICBC Argentina por US$100 millones para financiar el proyecto siderúrgico anunciado el 31 de julio. Es una de las operaciones más relevantes de la última década para el sector y tendrá impacto directo en la estructura productiva y la competitividad regional.
En resumen: un jueves de contrastes.

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