Claves del día: dólar en el techo de la banda, industria paralizada y un mensaje incómodo desde Washington

A tres ruedas de las elecciones, las reservas del BCRA se hunden, el dólar se dispara, los bonos se desploman y EE.UU. advierte que comprará poca carne por la aftosa. El Financial Times siembra más dudas sobre el plan de desinflación de Milei

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A tres ruedas de las elecciones del 26 de octubre, la economía argentina enfrenta su semana más tensa del año. El dólar oficial mayorista rozó los $1.490, el minorista superó los $1.500 y la brecha con el contado con liquidación ya bordea los $1.600, en un mercado que vuelve a mostrar pánico preelectoral.

Las reservas netas del Banco Central se ubican otra vez en terreno negativo —alrededor de US$ 11.000 millones—, el mismo nivel que dejó Alberto Fernández al final de su mandato. A pesar del reciente swap con Estados Unidos por US$ 20.000 millones, la liquidación de divisas del agro sigue siendo mínima y el drenaje diario no cede.

En paralelo, los ADRs y los bonos soberanos argentinos registraron caídas generalizadas en Wall Street. El riesgo país volvió a trepar, y los fondos de inversión internacionales ya descuentan un escenario de mayor volatilidad hasta el recambio legislativo.

Desde Londres, el Financial Times lanzó una crítica directa al Gobierno: calificó como “improbable” que el plan de desinflación de Javier Milei logre estabilizar la economía. Según el diario británico, la estrategia basada en el anclaje cambiario y el ajuste fiscal extremo enfrenta un límite político y social difícil de sostener sin apoyo interno.

A nivel local, los datos industriales no ayudan. Un informe de expectativas empresarias reveló que el 96% de las compañías descarta crear empleo antes de fin de año. La caída de la producción y la falta de crédito golpean de lleno al sector fabril, que encadena meses de contracción y opera con la menor capacidad instalada desde 2020.

Mientras tanto, desde Washington llegó un golpe inesperado al frente exportador: el gobierno estadounidense anunció que comprará “poca carne argentina” y advirtió sobre riesgos vinculados a la fiebre aftosa, una enfermedad erradicada en el país hace años. El mensaje fue interpretado por el sector como una señal política, más que sanitaria, justo en plena negociación por nuevas cuotas de exportación.

El cóctel es explosivo: reservas vacías, dólar caliente, industria paralizada y advertencias externas que ponen en duda la hoja de ruta del Gobierno. A días del voto, los mercados ya descuentan que cualquier desenlace electoral dejará una herencia económica extremadamente frágil.

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