Claves del día: el plan "llegar" de Caputo y Bausili para frenar al dólar, bajar tasas y contener los mercados

Encajes al límite, futuros intervenidos y un billón extra en deuda para apagar incendios. En paralelo, la Bolsa local y Wall Street en verde, mientras el mercado inmobiliario rosarino muestra contrastes: ladrillos en alza y oficinas desplomadas. Todo atado con alambre

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El mercado financiero argentino vivió este jueves algo parecido a una tregua. Después de semanas de tensión, la licitación de deuda del miércoles marcó un giro: el ministro Luis Caputo logró rolear todo el vencimiento y captar $1 billón extra gracias a canjes con organismos públicos. Esa señal permitió la primera baja en tasas de plazos fijos en siete semanas.

El BCRA informó que la tasa minorista a 30 días se ubicó en 45% anual en promedio, con picos del 55%, mientras que la Tamar para depósitos mayores a $1.000 millones cayó del 87% al 81%. “No es demasiado, pero es una señal tranquilizadora”, confesó un funcionario cercano a Finanzas.

Dólares que se desploman

La novedad vino acompañada de un fenómeno inesperado: todos los dólares bajaron en la misma jornada. El dólar oficial cerró en $1.349,44 (-$21,35), el blue en $1.350 (-$15), el MEP en $1.346,42 (-$19,58) y el contado con liqui en $1.347,09 (-$23,10). La brecha entre oficial y paralelo se achicó al 0%, un hecho inédito en meses.

Los inversores se volcaron al carry trade, con bancos pagando entre 3,5% y 5% mensual, mientras las consultoras estiman que agosto cerrará con una inflación de 2,1% a 2,2%.

Bonos, Bolsa y Wall Street en sintonía

El alivio también se vio en los bonos CER, que subieron gracias a tasas de vencimiento exuberantes (inflación más 38%). Sin embargo, los bonos dolarizados flojos volvieron a empujar el riesgo país, que trepó tres unidades hasta 853.

La Bolsa de Buenos Aires repuntó 1,2% con $103.553 millones operados, mientras los ADR argentinos en Nueva York treparon hasta 6,7% con Bioceres, YPF, Edenor y Mercado Libre entre los destacados. La buena onda no fue solo local: Wall Street cerró con récords después de que Nvidia presentara un balance soñado y el PBI de EE.UU. del segundo trimestre fuera revisado al alza a 3,3% anual. La señal: la Fed tendría margen para bajar tasas del 4,5% al 4,25% en septiembre.

El plan electoral

Pero debajo de la espuma, late un plan de emergencia. Caputo y el presidente del BCRA, Santiago Bausili, lanzaron lo que en el mercado llaman un “mini plan” de dos meses: intervenir fuerte en dólar futuro, jugar con encajes bancarios y sostener las licitaciones de deuda a cualquier precio.

Ya hubo cuatro subas de encajes en 40 días, y según la consultora 1816 podrían llegar a 60% antes de octubre, un nivel inédito desde la época de Carlos Menem. Los vencimientos en pesos suman $21 billones (casi 3% del PBI), y el BCRA ya tomó posiciones en futuros equivalentes a US$ 6.000 millones. El contrato más sensible es noviembre, posterior a las elecciones, donde el Gobierno busca sostener expectativas de estabilidad.

Rosario, entre ladrillos firmes y oficinas en caída

En paralelo, el mercado inmobiliario de Rosario muestra su propio espejo de contrastes. Según el relevamiento de la Universidad de San Andrés y Mercado Libre, casas y departamentos sostienen subas interanuales de 1,9% y 9,6% respectivamente. El Centro y el Oeste lideran con alzas de hasta 13,7%. Pero las oficinas caen 1% interanual y en Rosario Norte se desploman 24,4%, arrastradas por el teletrabajo, el auge de coworkings y la migración a zonas más baratas.

En alquileres, la oferta se disparó tras la derogación de la Ley de Alquileres: publicaciones de casas subieron 23,4% y departamentos 94,5%. Los precios, mientras tanto, avanzaron 10,3% en casas y 3,4% en departamentos.

El trasfondo político y la mecha encendida

El respiro financiero convive con riesgos crecientes: reservas en baja, actividad estancada, inflación que podría estar reprimida y un mercado de futuros al rojo vivo. La oposición busca golpes políticos para erosionar al Gobierno, mientras el oficialismo apuesta todo a que el dólar no toque los $1.400 antes de octubre.

“Todo está atado con alambre”, reconocen operadores que siguen de cerca tanto a Wall Street como al puerto de Rosario, donde los granos bajaron en contramano de Chicago. En medio de la volatilidad global la Argentina vuelve a ensayar un equilibrio precario. Un paso en falso podría convertir la calma en tormenta.

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