En una jornada con sabor amargo para los activos argentinos, el Gobierno lanzó nuevas medidas para reforzar las reservas del Banco Central y secar pesos, mientras el dólar blue volvió a escalar $30 hasta los $1.210, en un mercado que ya no reacciona ni con deuda fresca ni con señales de ajuste.
El anuncio del BCRA incluyó dos instrumentos: una nueva operación de repo con bancos internacionales por USD 2.000 millones, el doble que la conseguida en enero, y la posibilidad de que las entidades financieras suscriban títulos en dólares (Bopreal, Bonte y otros) contra sus posiciones en moneda extranjera. El objetivo: recomponer reservas netas, hoy golpeadas pese al ingreso de divisas del agro.
Al mismo tiempo, se lanzó la Serie 4 del Bopreal, destinada a regularizar deudas comerciales y transferencias de dividendos al exterior, en un intento de descomprimir la presión cambiaria de las empresas.
Pero el mercado no respondió como se esperaba. La Bolsa porteña cayó 2,1% y los ADR argentinos retrocedieron en bloque entre 1% y 4% en Wall Street. Los bonos soberanos subieron apenas 0,3% y el riesgo país sigue clavado en 688 puntos básicos, muy por encima del umbral (450 pb) que el equipo económico necesita perforar para acceder al crédito internacional voluntario.
Mientras tanto, el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, prepara el menú de la licitación del viernes, con una meta de financiamiento de $2,15 billones. Se especula con una nueva emisión del Bonte 2030, esta vez con una tasa más baja (27% anual) ante la baja de la inflación, aunque aún en niveles altos.
En paralelo, la industria mostró un rebote del 2,2% en abril respecto a marzo, pero sigue en números rojos interanuales: una caída del 14,2%, la segunda peor desde agosto 2023. Los sectores más golpeados: maquinaria y equipo, automotriz y siderurgia.
A nivel global, los mercados se movieron con cautela por las conversaciones entre Estados Unidos y China en Londres sobre los aranceles, en una semana en la que también se intensificaron las tensiones geopolíticas entre Rusia y Ucrania, lo que impulsó el precio del petróleo al alza (+1%). Los granos, en cambio, tuvieron una mala jornada en Chicago y Rosario.
La gran incógnita es si todas estas medidas alcanzarán para contener la volatilidad y sostener el modelo económico incluso después de las elecciones de octubre, pese a que Milei promete sostener la disciplina fiscal, pero se encuentra cada vez más condicionado por la escasez de dólares, la incertidumbre externa y la fragilidad del crédito argentino. Todo mientras el reloj avanza hacia el próximo gran test: el pago de USD 4.500 millones del 9 de julio. ¿Quedará algo de nafta para después?
Comentarios