Con pronósticos de alta inflación y bolsillos más flacos, el 2022 puede ser el año de las segundas marcas

Supermercadistas y almaceneros destacan el crecimiento de proveedores locales, con los que es más fácil negociar, y cuyos productos tienen aceptación del público. El retail repuntó sobre el cierre de 2021, pero enfrenta un año con muchos desafíos

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La foto dice que el consumo masivo terminó el 2021 con una caída en volumen mayor a dos puntos, pero la película muestra que desde octubre comenzó una recuperación que tuvo su pico en diciembre: Fiestas mediante, se produjo un crecimiento interanual cercano al 8%, según un informe privado del sector. Otros datos destacados: el repunte fue mucho mayor en el interior que en el AMBA, bebidas alcohólicas fue el rubro más demandado y en diciembre estuvo liderado por autoservicios. Para el 2022 el desafío del retail consiste en al menos sostener este ritmo, pero la desbocada inflación amenaza con interrumpirlo. En ese contexto, segundas marcas y aquellas regionales tienen una buena oportunidad para ganar posiciones en el mercado.

Cambio de tendencia

Si en 2020 alimentos y artículos de higiene y limpieza lideraban el ranking de lo más consumido, un año después fueron desplazados por bebidas alcohólicas y productos de consumo impulsivo. “Las reaperturas de la última parte del año, y en un principio el freno a viajar, hicieron que la gente saliera más y consumiera más en la ciudad”, comenzó diciendo Juan Manuel López Raido, vocero de la Cámara de Supermercados y Autoservicios de Rosario (Casar), y agregó que las Fiestas, que siempre traccionan, en 2021 lo hicieron más que en otras ocasiones.

“Fueron aprovechadas como el momento de reunión después de tanto tiempo de encierro y esto se tradujo en más ventas”, manifestó a Ecos365. Resaltó que si bien el año terminó por debajo del anterior, de las expectativas iniciales y de la prepandemia, terminó con meses mejores que en otros momentos vividos desde la aparición del coronavirus. Pero los motores que encendieron el consumo en este último periodo corren riesgo de apagarse.

Precios sin techo

“Alimentos se mantuvieron porque el rubro es indispensable, pero vemos que el poder adquisitivo de la gente ha mermado mucho, y hoy los sectores más vulnerables se mantienen con ingresos mínimos que se destinan a lo básico”, sostuvo. Si bien en la base de la pirámide el impacto fue mayor, en los estratos medios también pegó fuerte un año en el que la inflación terminó por encima del 50%, con ingresos que lejos estuvieron de igualar esa marca. En Santa Fe, alimentos y bebidas subieron 3,6% en diciembre, y una familia de cuatro integrantes necesitó $76.146,13 para superar el umbral de pobreza.

Pero no sólo eso, sino que el 2022 empezó con remarcaciones muy encima de los últimos meses. Pese a que el Gobierno –en el marco de la renegociación con empresarios por Precios Cuidados- había establecido una pauta del 2% de ajuste, la gran mayoría de los artículos superó con creces esta cifra. Agro Aceitunera (ex Nucete), que casualmente tiene como uno de sus accionistas al jefe de Gabinete, Juan Manzur, planteó un aumento del 20% en el importe de sus productos, o sea, diez veces lo sugerido en el programa oficial.

Productos típicos de almacén, como fideos, aceites, harina, azúcar, yerba hasta aderezos, pan industrializado, bebidas gaseosas, lácteos, arrancaron el año con subas del 5% y en algunos casos ya se están acercando al 20%, como las mencionadas aceitunas. Además, hubo fuertes subas en fiambres y conservas. También destacaron los panificados, cereales y pastas, y algunas frutas y verduras, liderados por el tomate, que en verdulerías rosarinas superó los $500 el kilo la última semana. Desde la consultora EcoGo estiman que la inflación en alimentos alcanzará el 4,7% en enero, llevando el promedio general de la canasta básica al 3,7% mensual.

“Hay rubros como el de las cervezas que anunciaron otra suba del 12% que realmente es inentendible, porque ya venían de otros ajustes similares hace muy poco”, destacó Juan Milito, de la Unión de Almaceneros. “Creemos que el Gobierno tiene que empezar a poner en caja a estos grandes formadores de precios porque están haciendo lo que quieren con el bolsillo de los argentinos”, añadió.

“En enero siempre se produce una adecuación de los precios a la nueva realidad, y los ajustes llegan durante todo el primer trimestre”, aclaró por su parte el vocero de Casar y agregó que entre julio y agosto suele haber una revisión según cómo fue la inflación hasta entonces, se aplica otro incremento para el resto del año. “Si bien las cadenas tienen espalda para soportar los aumentos de los proveedores y otro poder de negociación, para autoservicios y supermercados locales resulta imposible no trasladarlos porque el riesgo es quedar al límite de las pérdidas”, planteó.

La incógnita del 2022

Con un porcentaje de bajas de trabajadores por coronavirus que oscila entre el 15% y el 20%, y otras tantas por vacaciones, almacenes y supermercados debieron rearmarse para mantener las puertas abiertas, haciendo frente a mayores gastos por reemplazos temporales. Pero el problema también se registró en la industria, hubo casos conocidos como el de la láctea Verónica que en las últimas semanas vio reducida a la mitad la cantidad de camiones operativos para distribuir la mercadería por contagios de trabajadores. No fue el único caso, y esto podría traducirse en faltantes de productos a la brevedad.

La inflación de enero de 2022 podría ser del 3,7% liderada claramente por el rubro alimentos con 4,7%", indicó una consultora

Con la incertidumbre acerca de cómo continuará la pandemia, una inflación que parte muy arriba, y que amenaza con escalar todavía más cuando se descongelen las tarifas de servicios públicos y el precio del combustible, paritarias del sector en marcha y programas de precios cada vez más difíciles de cumplir, lo que depara el 2022 para el retail se presenta como una gran incógnita. “Hay muchas puertas abiertas para saber a ciencia cierta lo que puede llegar a pasar, pero creo que se puede llegar a replicar el escenario de fines de 2021, dependiendo de si hay o no restricciones, y de cómo avanzan la recomposición salarial y los programas de precios”, consideró López Raido.

En este marco de alta inflación y bolsillos flacos, resaltó que marcas blancas, regionales y segundas marcas tienen una gran oportunidad de ganar participación en el mercado. “Es mucho más fácil negociar con ellas (mediante Precios Santafesinos a nivel provincial, y Precios Justos en Rosario) que con las grandes industrias, y vemos que tienen aceptación en el público”, dijo. Por su parte, Milito no dejó de subrayar la necesidad de acomodar la macroeconomía para que impacte favorablemente en la micro. “En el mientras tanto, la gente busca precio, y si puede calidad, pero ya no le interesa tanto la marca. En algunos productos de almacén encuentra alternativas fácilmente, pero en otros como bebidas se hace mucho más difícil”, cerró.

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