Hace tiempo que Bill Gates se muestra preocupado por el planeta tierra y por promoer prácticas sustentables y de cuidado hacia el ecosistema. El empresario ahora apunta a desarrollar cuatro tecnologías para impactar positivamente en el planeta, en las que desembolsó nada menos que ochenta millones de dólares. 

El principal objetivo del fundador de Microsoft y líder de la coalición denominada Breakthrough Energy Ventures, de la que salió el dinero y que entre sus filas tiene a  otros magnates como Jeff Bezos o Michael Bloomberg, es reducir las emisiones de carbono, eliminarlas para el 2050 y lograr la desaceleración del cambio climático. Para eso, decidió invertir en empresas que, según su juicio, pueden lograr algo significativo en la pelea contra la contaminación.

Inversión sustentable

Entre los principales proyectos de Gates está el programa Catalyst, que tiene el propósito de acelerar el despliegue de tecnologías limpias. Estas tecnologías sustentables y futuristas son cuatro: captura de aire directa; hidrógeno verde; almacenamiento de energía de larga duración y combustible de aviación sostenible.

Para esto, quien fue por mucho tiempo el hombre más rico de Estados Unidos depositó 80 millones de dólares en una nueva empresa estrella: Verdox. Según explicó la compañía en un comunicado, actualmente "está haciendo realidad la captura y eliminación de carbono escalable y rentable".

Los productos que fabrica son completamente innovadores y apuntan al bien común, como sucede en casi todas las inversiones de Bill Gates. Esta startup apunta a fabricar un tipo de plástico que puede extraer dióxido de carbono de forma selectiva de una mezcla de gases cuando se carga con electricidad. Una vez atrapado, un cambio en el voltaje libera el CO2 y podría reducir la energía total utilizada en la captura directa de aire en un 70% o más.

Este procedimiento es diferente al tradicional, ya que la mayoría de las tecnologías actuales utilizan disolventes líquidos que atraen al CO₂ como si fueran un imán. Una vez capturado, los líquidos se calientan a una temperatura que permite que se libere el CO₂. Luego, el CO₂ se puede comprimir e inyectar bajo tierra para su almacenamiento permanente.

Pero todos estos pasos requieren una gran cantidad de energía, lo que contribuye a encarecer la tecnología. Sin embargo, parece ser la mejor alternativa para pelear contra el dióxido de carbono, ya que las compensaciones basadas en la naturaleza, como los bosques, se volvieron un riesgo de incendio forestal (casualmente debido, en parte, al cambio climático) y podrían liberar cualquier CO₂ que pudieran haber almacenado. 

En cambio, Verdox dijo que su material podría reducir la energía total utilizada en la captura directa de aire en un 70% o más. La puesta en marcha, entonces, tendrá que depender de electricidad baja en carbono para impulsar el proceso.

Dentro de las cuatro tecnologías fundamentales a las que apunta Gates, hay una que se desarrollará en Argentina. Es la del hidrógeno verde, que se producirá en el país a través de una inversión récord de más de 8.000 millones de dólares. Sin embargo, no será Verdox sino Fortescue la empresa encargada del proyecto.