La Argentina vive un intenso reacomodo financiero tras el abrupto fin del cepo cambiario. El ministro de Economía Luis Caputo viajó a Washington para participar de las reuniones de primavera con el FMI, el Banco Mundial y el BID, en busca de afianzar apoyos tras un reciente desembolso de USD 20.000 millones. Al mismo tiempo, en el frente interno, los bancos y fintech locales celebran la apertura al negocio cripto luego de años de restricciones, mientras inversores reactivan el carry trade aprovechando la nueva estabilidad cambiaria. Se vienen nuevos negocios en el mundo fintech.
Caputo en Washington, en un nuevo contexto global
Caputo emprendió su primera visita oficial a Washington tras el acuerdo financiero que permitió la salida del cepo cambiario. En la capital estadounidense, asiste a las Reuniones de Primavera del FMI y el Banco Mundial, acompañado por su equipo económico: Santiago Bausili (presidente del BCRA), José Luis Daza (Secretario de Política Económica) y Pablo Quirno (Secretario de Finanzas). El objetivo central es agradecer el respaldo internacional, repasar los avances del plan económico argentino tras las reformas recientes y analizar los desafíos de la economía.
En la agenda de Caputo figuran reuniones con figuras clave como Kristalina Georgieva (directora del FMI), Ajay Banga (presidente del Banco Mundial) e Ilan Goldfajn (presidente del BID). El contexto internacional de las conversaciones está marcado por tensiones comerciales globales: las políticas arancelarias de Estados Unidos han generado incertidumbre en los mercados. De hecho, se espera un clima tenso en ámbitos del G20 debido a estas medidas proteccionistas de Washington, que han generado roces con otras potencias.
Caputo también aprovechará su estadía para seducir a inversores privados. Participará en un encuentro organizado por JPMorgan con grandes fondos internacionales, donde presentará los pilares del ajuste económico argentino y evaluará el impacto que podrían tener en el país las disputas comerciales entre EE.UU., China y la Unión Europea. En suma, la misión de Caputo combina gestiones diplomáticas de alto nivel con la promoción de Argentina ante el mundo financiero, respaldado por la reciente inyección de fondos del FMI y otros organismos multilaterales.
Cripto con la banca: del cepo a la apertura y alianzas fintech
El fin del cepo cambiario trajo aparejada una transformación inmediata en el ecosistema financiero local: despejó el principal obstáculo para que bancos, billeteras virtuales y sociedades de bolsa ofrezcan criptomonedas de forma legal. Hasta ahora, el Banco Central (BCRA) mantenía prohibido a los bancos operar con criptoactivos, atando cualquier flexibilización a la normalización del mercado de cambios. Con las restricciones cambiarias finalmente eliminadas, la autoridad monetaria está lista para levantar esa veda: “Habilitar a los bancos para operar con criptoactivos sería una señal clara de que la adopción avanza en Argentina y llega a nuevos usuarios que históricamente operaron en canales tradicionales”, señaló Juan Pablo Fridenberg, director de Asuntos Públicos de la fintech Lemon.
Efectivamente, a los pocos días de liberarse el cepo, directores del BCRA reiteraron públicamente su intención de autorizar a bancos y fintech a vender criptomonedas en el corto plazo. Pedro Inchauspe, miembro del directorio, había anticipado el 9 de abril que habilitar estos servicios estaba en la agenda “ojalá lo podamos hacer lo más rápido posible”.
Dos jornadas después de dichas declaraciones, el Gobierno eliminó el cepo y “con él, la traba principal para que los bancos ingresen al negocio cripto”. En realidad, más que un ingreso es un regreso: en 2022 y 2023 varias entidades ya habían incursionado en ofrecer Bitcoin y otros activos digitales, hasta que el BCRA de la gestión anterior lo prohibió de golpe al ver riesgo para las reservas.
Banco Galicia y Brubank, por ejemplo, lanzaron servicios cripto a mediados de 2022 y la demanda fue tan alta que el regulador revocó el permiso apenas 48 horas después. Lo mismo ocurrió luego con las billeteras digitales: Ualá llegó a tener 300.000 usuarios comprando cripto y la plataforma Prex también ofrecía ese servicio, hasta que todas debieron cancelarlo por orden oficial.
Hoy el panorama es muy distinto. Sin el cepo, el ecosistema fintech argentino se prepara para un relanzamiento masivo del negocio cripto. Las entidades tradicionales están más abiertas a alianzas con firmas especializadas, bajo modelos de "Crypto as a Service" (cripto como servicio llave en mano).
En lugar de desarrollar desde cero, muchos bancos buscarían asociarse con exchanges y startups cripto para integrar estas operaciones. Ya hay precedentes exitosos: en la breve ventana de 2022, Ualá permitió la compraventa de monedas digitales asociándose con el exchange mexicano Bitso, mientras Banco Galicia lo hizo mediante la tecnología de la firma europea Lirium. Ahora se espera que proliferen acuerdos similares, y las compañías del sector llevan meses preparándose. Proveedores globales como Lirium, Manteca y Emunah anunciaron servicios B2B para bancos; la española Bit2Me (socia del BBVA en Turquía) desembarcó en el país al igual que Coinbase, gigante que ya custodia activos de fondos norteamericanos. A su vez, exchanges locales como Ripio han desarrollado plataformas de finanzas embebidas para integrarse con la banca tradicional.
El nuevo BCRA, bajo la conducción de Santiago Bausili, comparte esta visión aperturista. “Desde que comenzó la gestión de Bausili se nos transmitió muchas veces que tras el levantamiento del cepo se iba a permitir que tanto fintech como bancos pudieran ofrecer criptomonedas... entendemos que cada día estamos más cerca”, afirmó Julián Colombo, CEO de Bitso Argentina. Si bien la prohibición formal sigue vigente mientras se ultiman detalles regulatorios, el mercado da por hecho que la habilitación llegará más temprano que tarde.
En paralelo, las fintech locales también celebran otros cambios. La unificación cambiaria destrabó proyectos que estaban en pausa: por ejemplo, se espera que Mercado Pago incorpore la compraventa de cripto en su app local, algo que ya ofrece en Brasil, una vez adaptada la normativa. Asimismo, el fin del cepo permitió reactivar la agenda de open banking (banca abierta) y otras innovaciones que el BCRA había supeditado a la normalización cambiaria.
No obstante, el flamante boom cripto local aún enfrenta desafíos. El sector advierte que persiste una pesada carga impositiva sobre las operaciones con monedas digitales, con hasta cuatro tributos diferentes que recortan la rentabilidad. Por ejemplo, hoy las transacciones pagan Impuesto al Cheque (1,2%) e Ingresos Brutos (hasta 4%), además del 35% de Ganancias y 21% de IVA sobre las comisiones. Las empresas del rubro aguardan un alivio: un decreto regulatorio para reducir esta presión fiscal está listo desde febrero, aunque su firma se demoró tras un escándalo vinculado a un token digital, según trascendió. Con la nueva estabilidad económica, confían en que Caputo y el presidente Javier Milei den luz verde a ese alivio impositivo en el corto plazo, completando así el círculo virtuoso para un despegue cripto-financiero pleno.
Vuelve el carry trade
El levantamiento del cepo no solo abre la puerta al cripto, sino que también reavivó una vieja conocida de la city porteña: la bicicleta financiera o carry trade. La introducción del nuevo régimen de flotación cambiaria con bandas entre $1.000 y $1.400 por dólar, sumada a tasas de interés locales elevadas, generó un renovado interés de inversores por obtener ganancias en pesos aprovechando la estabilidad cambiaria. En esencia, el carry trade consiste en vender dólares (o tomar deuda barata en el extranjero) e invertir esos pesos resultantes en activos que pagan altas tasas en moneda local, para luego recomprar las divisas más adelante. Si el tipo de cambio se mantiene relativamente estable, la ganancia en dólares puede ser considerable, superando por amplio margen lo que rendirían esos fondos en instrumentos conservadores en el exterior.
Con el nuevo esquema de bandas cambiarias, el Banco Central se comprometió a intervenir solo si el dólar perfora los extremos ($1.000 por debajo o $1.400 por encima, ajustados 1% mensualmente). Esta semiestabilidad brindó un marco para que analistas locales e internacionales recomienden la estrategia. JPMorgan destacó que la flexibilización del mercado cambiario crea un ambiente propicio para los carry trades, estimando que el tipo de cambio podría moverse en el corto plazo dentro del rango establecido.
De hecho, el banco de inversión sugirió aprovechar instrumentos en pesos de corto plazo, como Letras del Tesoro (Lecap) con vencimiento en agosto de 2025, las cuales ofrecen rendimientos internos del orden del 40% anual en pesos. Consultoras como Quantum, del exsecretario de Finanzas Daniel Marx, también señalaron que con una curva de rendimientos del Tesoro en pesos ofreciendo tasas efectivas mensuales de 3% a 3,5%, vuelve a tener sentido hacer carry trade si el dólar permanece dentro de las bandas previstas.
En los primeros días posteriores al fin del cepo, esta apuesta empezó a materializarse. El peso sufrió una devaluación inicial cercana al 10% al liberarse el tipo de cambio, cayendo a alrededor de $1.200 por dólar para converger con los valores del mercado libre. Sin embargo, luego recuperó terreno, e incluso llegó a apreciarse un 6,6% en la segunda semana de flotación, señal de que la banda cambiaria y la intervención mínima del BCRA generaron cierta confianza en el mercado. Con el dólar estabilizado en torno a $1.170-1.200 en el segmento mayorista, quienes se posicionaron en pesos a tasas altas comenzaron a ver ganancias en moneda dura.
Las ganancias potenciales del carry trade hoy entusiasman a muchos, pero no están exentas de riesgo. Economistas advierten que esta estrategia requiere monitorear de cerca la evolución del dólar: si la cotización se dispara hacia el techo de la banda o más allá, cualquier ganancia en pesos podría evaporarse al reconvertir a dólares. Incluso algunos expertos cuestionan cuánto durará el compromiso oficial de mantener las bandas. El economista Carlos Rodríguez –exasesor de Milei– planteó si el Gobierno garantizará realmente la banda de $1.000-$1.400 sin alterarla, o si podría darse una devaluación brusca en unos meses que sorprenda a quienes se confían.
Por ahora, el consenso del mercado es que, con la ayuda del FMI y los nuevos préstamos internacionales, el BCRA tiene músculo financiero para sostener la flotación ordenada en el corto plazo. De hecho, el acuerdo con el Fondo incluye metas de acumulación de reservas, y la administración Milei apuesta a reconstruir credibilidad para atraer nuevamente inversión extranjera productiva, especialmente a sectores clave como energía y minería. En este delicado equilibrio entre confianza e incertidumbre, el carry trade ha vuelto a escena como la jugada favorita de quienes buscan rentabilidad rápida en la plaza local.
Empresas argentinas buscan expansión regional en Brasil y Chile
Mientras el equipo económico negocia en Washington y las finanzas locales viven una oleada de cambios, el empresariado argentino también mira al exterior en busca de oportunidades. En paralelo a las reuniones del FMI, esta semana decenas de PyMEs nacionales del sector alimenticio viajaron a Curitiba, Brasil, para participar en la Expo Apras 2025, la 42ª Feria y Convención Paranaense de Supermercados. Este evento, el más importante del rubro supermercadista en el sur de Brasil, se desarrolla del 22 al 24 de abril y reúne a cadenas comerciales de toda la región. Con el apoyo de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), los emprendedores argentinos montaron stands para exhibir sus productos locales y negociar su ingreso al competitivo mercado brasileño. La feria ofrece un showroom permanente impulsado por CAME en Curitiba, facilitando la internacionalización de marcas argentinas, especialmente de alimentos y bebidas. En un contexto de tipo de cambio unificado y sin trabas para exportar, estas empresas buscan aprovechar la nueva normalidad cambiaria para aumentar sus ventas al exterior.
Simultáneamente, en Santiago de Chile, representantes de la industria minera argentina asisten a Expomin 2025, la mayor feria minera de Latinoamérica. Del 22 al 25 de abril, el imponente predio Espacio Riesco alberga a más de 1.300 expositores internacionales del sector minero-metalúrgico. Se espera la presencia de delegaciones de al menos 35 países y decenas de miles de visitantes en este encuentro que exhibe el liderazgo chileno en minería a nivel global. Empresas mineras argentinas, proveedores de maquinaria e inversores del país viajan a Expomin para tejer alianzas y actualizarse en las últimas tendencias de una industria clave para la región. La feria es una vidriera tecnológica y comercial de punta: abarca desde equipamiento e innovación en exploración hasta debates sobre sustentabilidad minera. Para los empresarios argentinos, participar es estratégico en momentos en que el gobierno de Milei busca atraer inversiones a Vaca Muerta y proyectos de litio –recursos en los que Argentina tiene potencial–. La integración regional en estos eventos refleja un contexto más amplio de reinserción: con el cepo fuera del mapa, Argentina vuelve a conectarse con el mundo, tanto financiera como comercialmente.
Un nuevo capítulo financiero con mirada regional
En pocas semanas, Argentina pasó de la restricción cambiaria extrema a una apertura acelerada en múltiples frentes. La imagen de Caputo en Washington buscando refuerzo financiero internacional contrasta con la efervescencia que se vive en Buenos Aires, donde bancos tradicionales y fintech ultiman convenios para subirse a la ola cripto post-cepo. El retorno del carry trade y la salida de capitales locales en busca de rentabilidad en pesos muestran que las reglas de juego han cambiado drásticamente, para beneplácito de inversionistas arriesgados. Al mismo tiempo, los puentes comerciales con la región vuelven a tenderse: las PyMEs nacionales exploran mercados vecinos y la industria se integra en ferias globales, señales de una economía que intenta dejar atrás años de aislamiento.
Quedan, sin embargo, desafíos latentes. El éxito de este nuevo capítulo financiero dependerá de mantener la confianza: cumplir las metas pactadas con el FMI, domar la inflación que sigue alta y sostener un tipo de cambio previsible serán condiciones imprescindibles. También habrá que ver si la ansiada lluvia de inversiones productivas se concreta más allá de la especulación de corto plazo. Por lo pronto, Argentina inicia esta etapa con optimismo y cautela a la vez: con el cepo en el retrovisor, el país apuesta a que la combinación de apoyo externo, innovación fintech y apertura comercial marque el comienzo de un ciclo de recuperación y crecimiento tanto dentro como fuera de sus fronteras.
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