Una biotecnológica santafesina logró pasar del laboratorio a la industria y validar dos aditivos para biodigestores, con los que es posible abaratar costos e incrementar hasta 30% la producción de energía. La aceleradora Gridx Exponential invirtió en esta startup que ahora planea abastecer a todo el país con su desarrollo y llegar a Brasil.
El crecimiento de la población es cada vez más acelerado, las fuentes convencionales de energía no dan abasto y pese a su importancia creciente, las renovables están desaprovechadas. Un ejemplo de ello es lo que ocurre con el biogás, que se produce a partir de desechos orgánicos sumamente abundantes y que sin embargo representa un porcentaje minoritario en el aporte a la matriz energética.
Es por eso que la firma santafesina Hiamet se fijó como objetivo mejorar la eficiencia de las reacciones producidas por los microorganismos que habitan los reactores para maximizar el rendimiento. “A diferencia de la energía solar o la eólica, con el biogás es una combinación de equipos y microorganismos. Podés tener la última tecnología, pero si lo de adentro no funciona del todo bien, no sirve de nada”, indicó Braulio Kreczmann, uno de los socios de la compañía.
Para que se entienda, es como si al mejor deportista del mundo se le brinda una suplementación inadecuada. Más allá de sus dotes técnicos, no rendirá al máximo y encima correrá el riesgo de desgarrarse. “Hiamet desarrolló aditivos biotecnológicos específicos para obtener un máximo rendimiento no sólo en nuevas plantas, sino también en las que ya estaban en funcionamiento”, dijo a Ecos365.
Los primeros datos indican que esta tecnología, que ahora ya pudo ser probada a escala industrial, permitió sustituir importaciones e incrementar entre un 15% y un 30% la capacidad de generación de energía. El dato no es menor porque este tipo de sistemas suelen ser inestables, lo que genera grandes inconvenientes a quienes convierten el biogás en energía eléctrica, y por contrato, deben abastecer con un mínimo al sistema interconectado o de lo contrario son multados.
“Estos aditivos le permiten despreocuparse del nivel de aporte energético, que estará optimizado”, manifestó Kreczmann y añadió que la startup apunta a llegar a clientes medianos y grandes de todo el país, para luego dar el salto internacional. “En Argentina hay unas 40 plantas, mientras que en Europa hay 12 mil, por lo que hay mucho margen de crecimiento. Brasil está traccionando mucho pero les falta tecnología, y nosotros también podemos atender ese nicho”, explicó.

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