Luego de dos años el balance de las ventas vuelve a ser positivo y estos signos de reactivación reducen el pesimismo sobre el futuro de la economía, cuyos resultados empiezan a coincidir con las expectativas de los empresarios. Sin embargo esta recuperación se afronta con mayor uso de la capacidad instalada, sosteniéndose en bajos niveles la inversión proyectada para el 2022 y el saldo neto de empleo sigue siendo negativo.
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Estas son algunas de las principales conclusiones del estudio que D’Alessio Irol realizó para Idea a 250 ejecutivos de compañías entre el 16 y el 29 de noviembre. Un dato relevante que destacaron los autores de la encuesta es la gran dispersión de opiniones y realidades según el sector al que se consulte, y que en muchos casos lleva a que su realidad micro condicione su visión macro.
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En lo que hubo una coincidencia fue en que la reapertura de actividades y el consumo pospuesto apuntalaron la reactivación económica, y como las expectativas eran muy moderadas, la brecha entre lo que se esperaba y lo que realmente ocurrió cayó a valores mínimos. Ya sobre el cierre de 2021, se detecta una leve mejora tanto en expectativas como en la realidad.
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La recuperación fue sobre todo en precios (26%), pero también en unidades (10 puntos), y aunque se destacó una mejora de las exportaciones, las importaciones están subiendo diez puntos por encima. La inversión mejoró, pero sigue en mínimos históricos, habiendo pasado de -22 a -14 entre junio y noviembre de 2021, implicando menos de 10 puntos de inversión del producto, número que se sostendrá en 2022.
El empleo sigue teniendo una tasa neta negativa, aunque bajó de -16 a -14, y esto puede tener que ver con el creciente reclamo de empresarios para que se avance con cambios en el marco normativo e incentivos en el marco laboral. No obstante, el factor que tendría el mayor impacto positivo sobre la economía sería una reducción del déficit fiscal, según la encuesta.
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Para que haya más inversiones, haría falta más estabilidad institucional, revisión del marco laboral, revisión del marco impositivo, financiamiento a largo plazo e incentivos fiscales. El problema es que, aunque los números son mejores, persiste la creencia de que la rentabilidad se verá reducida (pasó de -39 a -34). Otros dos datos significativos de la encuesta: el 63% mantiene un esquema de trabajo híbrido con algunos días de teletrabajo (igual número que en julio) y la retención de talentos será el principal desafío interno para el 2022.
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