Bitcoin acaba de romper máximos históricos, superando los u$s118.000. El oro, por su parte, si bien viene lateralizando hace algunos meses, también está en zona de máximos históricos. ¿Qué nos está diciendo el mercado?
Los déficits fiscales siguen creciendo en todo el mundo, especialmente en EEUU. Al mismo tiempo, la disciplina monetaria parece cada vez más lejana.
En este contexto, el dólar se debilitó fuertemente a nivel global y cuando las monedas pierden valor, los inversores buscan activos duros para preservar capital. Ahí entran en juego el oro y el Bitcoin, que están en zona de máximos históricos.
No por casualidad, sino como reflejo de un sistema que pierde credibilidad. Son activos con oferta limitada, sin riesgo político directo y cada vez más presentes en los portafolios que buscan cobertura.
Tendencia ascendente
En lo que va del año, Bitcoin no solo volvió a máximos. También viene mostrando una fortaleza relativa impresionante. Mientras las acciones corrigieron con fuerza por los aranceles de Trump, Bitcoin cayó relativamente poco. Y cuando el humo se disipó, aceleró con violencia.
Con respecto al oro, los fundamentos están intactos y es de esperar que continúe subiendo a largo plazo. El dato: hoy el oro tiene un Market Cap de casi u$s23 Trillions.
¿Cuál elegir?
No se trata de elegir entre uno u otro. Oro y Bitcoin tienen sentido en una cartera diversificada.
El oro es una reserva probada, reconocida globalmente. Bitcoin es su versión digital, más volátil, pero con potencial explosivo. Ambos tienen fundamentos sólidos, buena correlación con otros activos, y están en zona de máximos.
El contexto actual (déficits fiscales y desconfianza en las monedas) no hace más que reforzar su valor. La diferencia clave es la volatilidad: el oro puede tener un tamaño mayor en la cartera, mientras que Bitcoin debería tener una porción mucho más pequeña.

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