Empresa biotecnológica rosarina se lanza a construir una nueva planta industrial

Como parte del Grupo Bioceres, la firma apunta a consolidarse en la producción de materiales biodegradables a partir del procesamiento de residuos derivados de la agroindustria

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Inmet S.A. es una empresa biotecnológica del Grupo Bioceres, fundada en el año 2011 por iniciativa de los investigadores del Conicet, Diego de Mendoza y Gustavo Schujman, con sede en el Centro Científico Tecnológico (CCT) ubicado al sur de La Siberia. Entre sus actividades, destaca el desarrollo de tecnologías de bajo impacto ambiental para la conversión de residuos agroindustriales en productos biodegradables.

Es en esta área de trabajo que la firma apunta a levantar una nueva planta, la cual le permitirá incrementar el procesamiento de desechos de la industria del biodiésel y atender los requerimientos de una mayor cantidad de clientes.

"La idea es que esté asociada al espacio donde se produce la materia prima por eso barajamos alguna localidad como Puerto General San Martín, Roldán o San Lorenzo donde están este tipo de empresas"

Actualmente se encuentra en el proceso de recaudación de fondos por parte de inversores privados que pasarán a integrar el proyecto como socios.

"Hoy tenés una demanda por el lado de generar procesos sustentables, una demanda de materiales biodegradables y cada vez hay más presión y más regulaciones con respecto a la necesidad de reducir el impacto negativo sobre el medioambiente, así que sin dudas nos movemos dentro de un campo que es rentable", detalló Schujman al ser consultado por Ecos365.

Incluso con algunas definiciones por cerrar, el plan es comenzar con su construcción este año y aunque todavía no hay plaza definida, estará adosada a alguna de las fábricas de biocombustibles cercanas a Rosario.

"La idea es que esté asociada al espacio donde se produce la materia prima por eso barajamos alguna localidad como Puerto General San Martín, Roldán o San Lorenzo donde están este tipo de empresas", señaló el investigador.

Si bien hace varios años que desde Inmet se encargan de transformar los residuos de la producción del biodiésel en material biodegradable como los bioplásticos, el científico destacó que todo lo que hicieron hasta ahora fue en escala piloto: "Lo que buscamos con esta planta es pasar de producir de kilogramos a toneladas".

Gustavo Schujman, cofundador y gerente de Inmet SA.

Un dato aportado por Schujman es que hoy en día los bioplásticos no llegan a representar ni el 2% de la producción de plásticos derivados del petróleo y es ahí donde radica la posibilidad de crecimiento. Este segmento a su vez plantea condiciones más favorables para el medioambiente ya que no precisa extraer carbono de la tierra para su fabricación, a la vez que reduciría la contaminación que generan los plásticos convencionales a la hora de ser descartados.

A su vez, los bioplásticos pueden ser utilizados para producir diferentes tipos de artículos, obteniendo una nueva utilidad dentro del mercado. En este sentido, desde Inmet ya establecieron una alianza estratégica con una empresa local para poder llevar su producción a un nuevo nivel. 

"Nosotros producimos el PHAs o biomaterial, es decir la materia prima, mientras que esta otra firma se dedica al paso siguiente que es transformar este PHAs en una resina que pueda tomar la industria del plástico directamente. La búsqueda de fondos la estamos llevando adelante en conjunto y si sale todo bien trabajaremos aunadamente para aportar valor al mercado", indicó Schujman.

Campo de acción

Inmet funciona como una unidad de negocios dentro del Grupo Bioceres, el cual es controlante del 60% de la empresa. Desde su fundación, se dedica a diversos desarrollos en el campo de la biotecnología, algunos de los cuales realiza de forma autónoma, otros en los que comparte la propiedad intelectual y un restante que realiza a pedido de diversas compañías.

En lo que respecta a los casos donde ingresan inversores a las iniciativas que llevan a cabo, desde Inmet buscan establecer un esquema asociativo donde pasar a compartir, en igual proporción, los riegos y ganancias. Así funciona en el área de PHAs, en la cual el laboratorio se vincula con algunas empresas productoras de residuos para invertir en determinado desarrollo.

"Nuestros inicios en este sector fueron transformando la glicerina cruda en biodiésel, eso lo arrancamos desde el Conicet y luego lo continuamos desde Inmet. Cuando empezamos a darle un sesgo más comercial nos dimos cuenta que al costo que tenía el biocombustible y nuestros rendimientos no íbamos a llegar al mercado. Ahí fue cuando decidimos orientarnos hacia los bioplásticos que tienen un mayor valor", precisó el investigador.

Con el tiempo, dejaron de trabajar solamente con desechos del biodiésel para incluir aquellos provenientes de industrias alcoholeras, como las vinazas de maíz y caña que son altamente contaminantes.

En este sentido, el trabajo que llevan adelante desde el laboratorio consiste en optimizar bacterias, modificándolas genéticamente para que puedan aprovechar el carbono y los nutrientes que hay en los residuos, transformando todo lo ingerido en material bioplástico que puede ser reutilizada por las industria o descartado sin causar daño ambiental.

"Durante este último tiempo estuvimos escalando el proceso y la tecnología que ya está lista para etapa industrial. A su vez, hicimos contactos con diferentes firmas del mundo de los biomateriales para que puedan aprovechar todo lo que hoy generamos desde Inmet y que tienen un gran potencial. Es un sector que tiene mucho por explorar y en ese camino estamos", consideró Schujman.

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