Falta de arena: se zanjó el conflicto sindical, pero preocupa la bajante del río

La escasez de agua en el Paraná dificulta la navegación de los buques de las empresas, que buscan remontar los 20 días de parate

     Comentarios
     Comentarios

El conflicto sindical que tenía paralizada la extracción de arena, y que tenía en vilo a la construcción de la región, ya fue solucionado. Sin embargo el sector debe hacerle frente a otro problema que ya lleva varios meses y todo indica que se mantendrá: la bajante del río Paraná.

La escasez de lluvias y férrea postura de Brasil al no levantar las compuertas de sus represas afecta a buena parte del país, particularmente a la región. Se calcula que el promedio histórico del río Paraná es de 2,5 metros, y que se requiere como mínimo para navegar 1,8 metros, pero hoy hay muchas zonas que están muy por debajo de esas marcas.

Hay áreas en las que se debe trabajar por largos periodos con dragas, que no todos tienen disponibles, para que los buques areneros puedan ingresar y descargar la arena. En otros casos la solución pasa por estirar la cañería de descarga más de la cuenta, u operar con barcos de menor porte para refular en la cabecera.

Pero también hay veces en las que nada de esto funciona, y muchos sectores resultan inaccesibles porque la sequía es total o la bajante sumamente pronunciada. Entonces hay que cambiar de zona y eso dificulta y demora el trabajo. Claro que este problema lo sufre todo tipo de embarcación, pero en el caso de las areneras la complejidad es mayor porque buscan ponerse al día tras el prolongado parate que hubo por la dura medida sindical, que secó la plaza de arena por 20 días.

Actualmente muchas firmas que integran la Cámara de Arena, Piedra y Navegación Fluvial del Litoral (Capnaf) están trabajando doble turno, y si bien desde esta semana retomaron el depacho a los corralones, la demanda es grande por parte de las constructoras que habían retomado con fuerza la producción, tras la flexibilización de las medidas sanitarias. De esta manera, la naturaleza suma un obstáculo más en un sector clave para la construcción, y por ende, para la economía.

Comentarios