Omar Rambaldo es el maestro pizzero que le dio vida a Inmortales, una pizzería estilo porteña que encontró sus inicios en la zona sur de Rosario y ahora se prepara para desembarcar en la otra punta de la ciudad, con un bodegón en la esquina de Avenida Alberdi y Gorriti, en barrio Arroyito.
Ya en el 2016, la pizzería inauguró una sucursal con servicio de mesa en la esquina de 9 de julio y Alvear, lo que hizo que sus sabores se extendieran a nuevos paladares que no conocían la marca. Sin embargo, el lugar presentaba problemas edilicios y eso fue lo que precipitó este año su mudanza a la zona norte, a un local con historia ya que allí funcionó durante años el tradicional bodegón La Galera.
La marca, que cosechó una gran cantidad de adeptos por su pizza de molde y su variedad de gustos, además del clásico fainá, ya se encuentra en la recta final de las obras encaradas para remodelar el espacio. Su apertura está pensada de cara a octubre y la sucursal se sumará a otra que Inmortales tiene en Oroño y Amenábar para delivery y take away.
"Elegimos esta zona porque el local es espacioso y atractivo y siempre tuvimos clientes que nos pedían a través de las redes y en persona que viniéramos para estos lados. La realidad es que tampoco hay buenos locales para alquilar en el centro o te piden una inversión muy grande y nosotros donde estábamos ya no podíamos quedarnos por todos los problemas estructurales de la construcción", explicó Rambaldo.
Uno de los diferenciales con respecto al local anterior es que contarán con una cocina más grande y el maestro pizzero adelantó que están por recibir un horno especial traído de Buenos Aires donde cocinarán su producto estrella. En cuanto a la decoración, sostuvo que la idea es imitar lo mejor posible a los bodegones porteños, lejos de la moda gourmet y más cerca de las tradiciones barriales.
"Vamos a tener más variedad de pizzas y la fugazetta rellena va a seguir siendo nuestro emblema, con la variante del jamón o la rúcula. Aparte de contar con mayor capacidad para la cocina con la que vamos a fortalecer la elaboración para atender mayor cantidad de pedidos", indicó Rambaldo y agregó que el lugar cuenta con cerca de 150 cubiertos y tendrá mesas tanto dentro como fuera del local, para aprovechar las temperaturas cálidas que llegan.
Algo que todavía están evaluando es el trabajo con delivery ya que, en palabras del titular, "por una cuestión de humedad del ambiente en el nuevo comercio" la masa se ablanda y no es la misma experiencia que comerlas en el lugar. Aunque reconoció que es un servicio muy requerido, tanto por vecinos de la zona como por personas de otros barrios.
A su vez, habló de la posibilidad de expandir su sello pizzero hacia nuevos territorios. En este sentido, contó que le "llueven propuestas de inversores para abrir una sucursal de Inmortales en Funes y Roldán" y si bien ambas plazas la resultan interesantes para expandir sus pizzas, por ahora prefiere abocarse 100% a esta pronta inauguración.
"Estamos concentrado todas las energías en este espacio. La realidad es que tengo un socio, pero estoy solo en lo que es la elaboración entonces no doy a basto para atender tantos puntos y tampoco soy partidario de industrializar un proceso tan artesanal como lo es nuestra masa. Vamos a abrir un muy lindo bodegón y con un producto que a mucha gente le gusta, con eso estamos bien", confesó Rambaldo.
Más allá de la apertura inminente de Inmortales, Arroyito viene experimentando un crecimiento comercial que también es empujado por la construcción de nuevas torres y edificios. En el último tiempo, potenciado por la pandemia, se multiplicaron los permisos de edificación en esa zona que se caracteriza por contar con más verde, luminosidad y ventilación que otras áreas copadas por las grandes estructuras.

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