Islas callejeras vs permisos de calzada: crece el debate sobre los bares que ocupan la vía pública

En el 2017 se aprobó un proyecto de islas callejeras del concejal Martín Rosúa que quedó sin implementar. La pandemia obligó al intendente a regularlas por decreto, en un esquema diferente a los puntos de la normativa original

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En el 2017, obtuvo luz verde en el concejo de Rosario un proyecto de concejal, Martín Rosúa, para regular las denominadas "islas callejeras". Se trata de espacios de descanso y estructuras que se podían montar en la vía pública, ocupando los boxes de estacionamiento con el objetivo de ampliar la actividad de los comercios e instituciones culturales de la ciudad. Sin embargo, el mismo quedó sin implementar por la entonces intendenta, Mónica Fein.

La urgencia que enfrentó el sector gastronómico durante la pandemia llevó al actual intendente Pablo Javkin, a regularlas por decreto pero sin respetar dicha ordenanza original, aún siendo esta "normativa vigente y obligatoria" en palabras del propio Rosúa. De esta forma, se distorsionaron los permisos y puntos originales contemplados en dicha ordenanza, lo cual, en palabras del propio edil y comerciantes del sector, terminó por afectar la seguridad de los clientes y el normal tránsito de los vehículos por la calle.

"Con la urgencia de la Pandemia, Javkin regula el tema por decreto pero, a mi juicio, de una manera mucho más incompleta y desordenada y sin respetar la ordenanza mía vigente desde el 2017", señaló Rosúa a Ecos365.

Islas callejeras vs permisos de calzada

Por su parte, Jorge Sauan, dueño del bar Gorostarzu (Catamarca e Italia), indicó que la medida que llevó adelante el municipio en pandemia es un "permiso de calzada", mientras que su caso es uno de los pocos que se adapta a la normativa de islas callejeras del concejal Rosúa.

"Yo tramité el permiso de islas callejeras antes de la pandemia y ateniéndome al proyecto de Rosúa. El problema fue que como tardaban en habilitármelas terminé pudiendo instalarlas durante la época del Covid 19, cuando ya el intendente había sacado por decreto estos permisos de calzada para los distintos bares de la ciudad", explicó Sauan.

La normativa de Rosúa preevé entre sus puntos principales que el espacio a ocupar en la vía pública no pueda extenderse más de 2 metros de ancho (el lugar que ocupa un auto), que se deban separar las mesas de la vía por donde circulan los autos con estructuras sólidas y decorarla con plantas y que incluso se lo provea de un piso artificial, es decir que no pueden colocarse las mesas y sillas sobre el piso de la calle. Esto último sucede hoy en Gorostarzu que tiene montada una estructura con piso de madera.

Sin embargo, los ítems recién mencionados no son respetados por la mayoría de los comercios que solicitaron el permiso para extenderse sobre la vía pública durante la pandemia. Según Sauan la diferencia radica en que la propuesta del edil buscaba principalmente desincentivar la circulación de vehículos en las calles, mientras que la disposición del intendente fue llevada adelante por una cuestión de necesidad, en tiempos donde se buscaba impulsar el consumo al aire libre.

Al no atenerse al proyecto original,´comerciantes señalan que en la actualidad hay bares que ocupan mucho más espacio del que deberían, afectando la normal circulación de vehículos. De este fenómeno dio cuenta Ecos365 unos meses atrás y en relación a un corredor en específico que es el ubicado en calle Alvear entre Salta y Jujuy, el cual tiene una gran cantidad de locales pegados uno al lado del otro, con mesas y sillas ocupando casi todo el largo de la calle y dejando, en consecuencia, una franja muy reducida para que los autos puedan pasar.

A su vez, gastronómicos sostienen que algunos han llegado a utilizar conos, lo cual es peligroso para la seguridad de los comensales que no tienen ninguna estructura sólida que los proteja de un posible accidente que sucediese o que incluso han llegado a extenderse hacia esquinas en donde doblan colectivos, otro factor que suma peligrosidad.

"La ordenanza del 2017 es muy completa en lo que refiere al orden y al tema de la seguridad y contempla un seguro de responsabilidad civil que te protege como comerciante en caso de un posible accidente. También estas islas callejeras como las mías son desmontables, ese era otro de los requisitos, son módulos que se pueden levantar y se retiran y está regulada la higiene por debajo y por donde pasa el agua al lado del cordón, yo tengo una rampa que posibilita limpiarla", indicó Sauan.

El Concejo toma cartas en el asunto

Tal como explicó Ecos365 en una nota el día de ayer, el Concejo Municipal se puso más firme con los espacios de la calle que son utilizados por bares y restaurantes. Por esto, viene de aprobarse un pedido de informes para saber cuántos son los locales habilitados, si abonan mensualmente o no una tarifa por gestión diferencial de residuos generados en su comercio, por el espacio de más que les fueron habilitados para utilizar, y en tal caso, el destino que se le da a esos recursos.

En este sentido, la concejal Fernanda Gigliani de Iniciativa Popular, indicó a Ecos365 que seguir ocupando la calzada para poner mesas y sillas amerita un nuevo debate que incluya tanto a los locales gastronómicos, como a la convivencia diaria de los vecinos de toda la ciudad. “Creemos que lo que se implementó como una solución excepcional, temporal y provisoria para evitar la propagación del virus, hoy atenta directamente contra la convivencia”, consideró.

Coincidió a la hora de afirmar que existen bares que han triplicado en forma gratuita su factor ocupacional por el cual fueron habilitados y no son pocos los que señalan que de esta forma se privatizan espacios que deberían ser públicos, se afecta la normal circulación y visión de los autos en las calles, y la posibilidad de encontrar estacionamiento.

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