La carne subió fuerte, pero creció su consumo: ¿qué ocurrirá en los próximos meses?

El precio de la carne fue clave para una nueva aceleración de la inflación. ¿Cómo afecta la sequía y qué va a pasar con las exportaciones?

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La inflación sigue siendo un duro escollo para los argentinos. El ritmo vertiginoso de los aumentos de los precios no se detiene sino que por el contrario se acelera. Lejos parece quedar la meta del 4 por ciento para abril ya que desde noviembre al último reporte el porcentaje fue en aumento.

En febrero “Alimentos y bebidas” fue el segmento que más traccionó, con un alza del 9,8 por ciento. El principal impulso estuvo dado por la carne, que tuvo incrementos que llegaron al 35 por ciento. La carne picada común fue la que más aumentó; seguida por el cuadril (34,3 por ciento); paleta (33,5 por ciento); nalga (32,8 por ciento) y asado (28,6 por ciento). Pero en contrapartida, en febrero hubo un crecimiento del consumo en comparación al mismo mes de 2022.

El alza en los precios de la carne en febrero fueron levemente inferiores a todo el acumulado de 2022. Esos incrementos de 2022 estuvieron por debajo de la mitad del promedio inflacionario. La carne picada común había aumentado un 45,05 por ciento; el cuadril un 43,44 por ciento; la paleta un 43,70 por ciento; la nalga un 44,13 por ciento y el asado, un 39,25 por ciento.

Ecos365 charló con Victor Tonelli. El licenciado en Ciencias Agrarias, productor ganadero y consultor privado en área de ganados y carne explicó las razones de este fuerte salto en los precios, la situación del sector y qué puede pasar en los próximos meses. 

¿A qué atribuye esta marcada suba en los precios de la carne?

Básicamente estuvo totalmente amesetada en los últimos ocho meses del año 2022. Hubo prácticamente un ajuste respecto de la inflación. Hasta diciembre llevaba un atraso muy significativo y en enero tuvo un incremento leve, según el INDEC. En febrero aproximadamente un 30 por ciento. A pesar de estos aumentos cuando uno acumula el interanual está 15 puntos debajo de la inflación, que lejos de impactar en el IPC todavía la está ayudando, aunque parezca un contrasentido respecto de lo que fue febrero. Ahora se recuperó una parte importante de lo que venía retrasado pero cuando lo mira con una mirada más larga en realidad todavía sigue atrasado. Si hay una buena noticia en todo esto es que la carne va a volver a amesetarse como mínimo en un período de no menos de 3 a 4 meses, es que no va a volver a ajustar. Puede ser que en marzo pegue algo muy menor, como parte inercial de febrero, no más que eso, y después va a quedar amesetada. Por lo tanto nuevamente se va a volver a retrasar cualquiera sea la inflación, que venga que no será muy baja por cierto. 

¿Cómo impacta esto en los productores?

El precio de la carne tiene un factor de correlación directa con el precio del ganado. En general cuando uno lo mira en períodos largos la correlación es de 0,98, por lo tanto cuando sube la carne es porque subió primero el ganado. A veces hay un delay o un anticipo según los momentos pero en definitiva se queda planchada la carne y se atrasa frente a los costos y la inflación, se atrasa el precio del ganado. Y de alguna manera esta perspectiva de que no se ve la posibilidad de ajuste del precio del ganado o subas (o recuperaciones, según cómo se mire) y por lo tanto la carne al consumidor tiene que ver con la enorme oferta que va a haber por la sequía y por la escasez de forraje para mantener a los animales en el campo. 

¿Cuál es el grado de influencia de la sequía en esta situación?

Es total. No hay otro factor que esté incidiendo en que se esté vendiendo más o vendiendo menos. El productor tiene sus ciclos productivos medianamente regulados salvo un factor catástrofe como está ocurriendo con la sequía. No recuerdo otro igual: el desastre que estamos viendo desde abril o mayo, primero con intensas heladas que quemaron buena parte del campo, y luego con una primavera y un verano que no han dado tregua. Yo no recuerdo un período tan largo que por supuesto va a dejar secuelas muy serias en el proceso productivo.

Ante esta situación ¿se están vendiendo muchos animales?

Sí, con niveles de faena 8 o 9 por ciento por arriba y no para, no va a parar y va a haber una liquidación importante. En términos del corto plazo vamos a ver una caída fuerte en el stock, que probablemente sean entre 500 mil y un millón de cabezas. Pero lo que deja para 2024 es que probablemente haya un millón, 1.300.000 terneros menos, que significa una pérdida de terneros en términos de 7 u 8 por ciento. Esos terneros son los que generan después la máquina de producción de carne hacia el futuro. Vamos a tener una oferta en 2024 tremendamente complicada.

En este contexto inflacionario, ¿cómo se explica el crecimiento en el consumo de carne en comparación con febrero de 2022?

Tiene que ver con la sobreoferta de carne. El consumo de carne se mide como la diferencia entre la oferta total, que tiene que ver con la faena por el peso, a la que se le restan las exportaciones. Las exportaciones se mantienen más o menos constantes, en torno de las 55 o 60 mil toneladas por mes en promedio, de modo tal que si se incrementa la faena y se resta las exportaciones constantes el resto va al mercado interno, se multiplica por 12 y se divide por los habitantes. A mayor faena, mayor consumo. En términos adicionales y que no es menor la carne se mantuvo retrasada respecto a los otros alimentos. 

¿Qué influencia puede tener en cuanto al consumo y los precios la gripe aviar?

Todavía está por verse. La gripe aviar ha generado una limitación de exportaciones. Por lo tanto el primer impacto va a ser más carne destinada al mercado interno y probablemente un ancla a cualquier otra suba de precios. Se exporta más o menos el 10 por ciento de la producción, que en total llega a las 2.200.000 mil toneladas al año. Esas toneladas que se exportaban están yendo al mercado interno con más oferta y atenuando eventuales precios.

Ud. destacaba en una entrevista reciente el beneficio que significaba para Argentina el hecho de que China dejara atrás las políticas restrictivas vinculadas al Covid. ¿En qué grado influye para nuestro país?

Las exportaciones van a volver a crecer sobre todo China, que representa el 75 por ciento del volumen total exportado. China no solo ha dejado atrás las restricciones por el covid sino que está mostrando signos de recuperación económica, o sea de mayor demanda de lo que se esperaba. Las exportaciones van a estar firmes, eso va a liberar de sobreoferta para que no termine siendo un enorme puré de carne y destruya cualquier tipo de resiliencia en los sistemas ganaderos. En definitiva va a ayudar y es una buena noticia, pero mientras siga la seca y creo que el efecto sequía no se va a solucionar hasta octubre mínimamente si vuelven las lluvias a finales del invierno, la situación va a ser tremendamente crítica. Para mí es de catástrofe.

¿Y en ese marco cómo evalúa las políticas públicas para el sector?

No existen. Es puro café, sarasa. Pura promesa. Hablan de cifras millonarias, que nunca aparecen. El Estado estuvo ausente en la peor sequía que recuerde. Va a haber una tremenda pérdida y visualizo problemas de carácter financiero, pagos, problemas muy serios. Las autoridades no tienen la menor idea de lo que ocurre o no les importa, solo le importa la política de corto plazo. El sector agropecuario es la columna vertebral de la Argentina y si no se generan políticas efectivas para resolver el problema no se merece ser funcionario.

¿Hay alguna esperanza para el sector?

Cuando vienen estas catástrofes hay revancha, si vuelve el clima favorable y el niño al final del invierno y vuelve el pasto va a faltar hacienda. Todo este serio problema económico y financiero que ha generado la sequía dará revancha en 2024. No va a ser bueno para la economía y el consumidor porque subirán los precios, pero le devolverá vida a los productores agropecuarios. 

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