La historia del "mejor dulce de leche" de Santa Fe, que ya trasciende fronteras

“El Rosquinense” es una empresa ubicada en el centro oeste santafesino que desde 1977 elabora productos destinados a la industria alfajorera y heladera. Esta semana fue premiada con el máximo galardón en la muestra láctea más importante del país. Ecos365 habló con su dueño, Hugo Bearzotti, sobre la trayectoria, consolidación y los desafíos.

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“Industrias Lácteas El Rosquinense S.A.” es una pyme con más de 30 años de historia y prestigio en la elaboración de Dulce de Leche en sus diferentes variedades. En efecto, desde 1977 abastece con su materia prima a la industria alfajorera y heladera, contando con reconocidas empresas como clientes que confían en la calidad que presentan los diversos productos.

Con un predio predio industrial cuya extensión es de 8.000 m2 , la firma se encuentra ubicada en la zona central de la mayor cuenca láctea del país, más precisamente en la localidad de Cañada Rosquín.

Esta semana cobró trascendencia, una vez más, por haber obtenido el máximo premio en el concurso de Dulce de Leche realizado en el marco de Todo Láctea, la muestra lechera más grande del país que convocó a toda la cadena durante tres días en la ciudad de Esperanza, un nombre que se identifica plenamente con el espíritu que ostenta “El Rosquinense”.

Para conocer más sobre su historia, su consolidación y desafíos, Ecos365 dialogó con el dueño de la firma, Hugo Bearzotti, que se mostró “muy satisfecho” por la obtención del “Gran Campeón”. Al respecto, expresó: “uno entiende que está haciendo las cosas bien y son reconocimientos que valoran el esfuerzo de todo el personal. No es la primera vez que obtenemos un galardón, pero considero que nos marca el camino para seguir trabajando en en la misma dirección”.

La empresa ha desarrollado una amplia línea de productos de alta calidad que se adaptan a las necesidades de los clientes industriales más exigentes. Así llegó a contar con un portafolio integrado por 12 productos con diferentes características y perfiles reológicos, y con un sólido know how que le permite desarrollar nuevos productos a medida a fin de dar respuesta a los nuevos desafíos tecnológicos.

Precisamente, la línea “Sublime” es uno de los reposteros de mayor calidad que tiene la firma y fue la que obtuvo la máxima distinción en la muestra desarrollada esta semana. “Es un producto muy bueno que entregamos a fábricas especiales (por ejemplo a Havanna). Tenemos varios modelos de dulces de leches reposteros, cambia el sabor la consistencia y la penetración del sabor”, explicó.

El Rosquinense se quedó con una de las copas más preciadas en "Todo Láctea".

Cabe remarcar que más del 80% de la producción está destinado a industrias alfajoreras y heladeras (helados). Nosotros hacemos repostero y heladero en grandes volúmenes. “El volumen de producción es relativo, dependiendo de la época también, pero estamos trabajando casi 50.000 litros diarios de leche en producción”, contó. Y agregó: “en Rosario somos grandes proveedores de Montevidiana y somos casi exclusivos o muy importantes en todas las fábricas que hacen magdalenas [muffins] en Buenos Aires”.

Eso constituye una de las principales ventajas competitivas de la empresa: la alta capacitación de su personal permite desarrollar productos a medida ofreciendo soluciones a los altos requerimientos de los clientes. Adicionalmente ha desarrollado una amplia línea de productos navideños (turrones y confitados), delicias creadas artesanalmente para ser disfrutadas en todo momento.

Trascender fronteras

El Rosquinense comenzó como una pequeña fábrica que producía Dulce de Leche para el consumo de la zona. Con el paso del tiempo, los productos surgidos fueron ganando nuevos mercados, expandiéndose en nuestro país debido a su excelente calidad y gusto sin igual. La marca comenzaba a posicionarse.

Por supuesto que hubo años difíciles, con contextos macroeconómicos que han impactado en el negocio, pero aún así la empresa rosquinense fue creciendo y cumpliendo con las metas establecidas.

Consolidada en el mercado local, el año pasado surgió un nuevo desafío: la posibilidad de exportar. Y así fue como, con volúmenes “no muy grandes”, la firma comenzó a enviar productos a Chile por primera vez. “Se hace por una apertura de mercado, a modo de prueba, para insertarnos de a poco”, destacó Bearzotti. No obstante, aclaró: “hoy no es un negocio de importancia y sabemos que el mercado de exportación prácticamente da pérdidas en la actualidad”.

Hugo (Derecha) junto a parte de la nómina de empleados. El esfuerzo de todos tiene sus frutos.

Orgullo santafesino

“Somos una pyme en crecimiento, con larga trayectoria y experiencia en el mercado, expertos en dulce de leche y tratamos de satisfacer las distintas exigencias de los clientes”, definió el empresario que actualmente brinda puestos de trabajos a 30 personas.

“Hoy toda la industria del alfajor y del helado tienen como característica volúmenes muy especiales y no cualquier producto puede funcionar en máquinas que son de alto volumen de producción. Más allá del valor del dulce de leche, se necesita calidad”, ponderó.

De hecho, “El Rosquinense” se destaca también por las normas de calidad, la tecnificación y controles de diversa índole, para tratar de mejorar día a día la calidad del producto. El desafío continúa y la meta es clara: llegar a mejores clientes, más importantes y con mayores volúmenes.

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