El 4° Congreso Internacional de Maíz (CIM), que se lleva a cabo en el salón Metropolitano de Rosario, comenzó con uno de los focos de alto interés para los productores, enfocados en la innovación y los saltos en materia de productividad y eficiencia del cultivo.
“La próxima revolución” fue el título elegido para la presentación de Tony John Vyn, agricultor estadounidense y profesor retirado de la Purdue University, encargado de exponer sobre el desempeño y la perspectiva de los maíces enanos en el corn belt (cinturón maicero de EEUU) y las posibilidades que se les abren a los productores argentinos con esta tecnología.
“Una primera ventaja es la capacidad de poner nitrógeno y fungicidas con equipos terrestres. Si hay garantías de aumento de rendimiento e incremento en las eficiencias, son las dos grandes preguntas que estamos tratando de responder en estos momentos”, sostuvo Vyn, quien contó con ayuda en la traducción por parte de Lucas Borrás, senior research scientist de Corteva AgroSciences en Iowa, y que llevó adelante la segunda de las presentaciones en el panel.
“Hay una realidad, el maíz enano tiene menos vuelco en estado vegetativo, esto lo podemos ver en Indiana. La frecuencia de eventos con vientos fuertes, los productores americanos lo tienen muy presente. Luego, la capacidad de meternos en el cultivo y aplicar fungicidas en etapas reproductivas, lo que hoy en Iowa sucede en el 85% de los lotes”, anotó.
Como moderadores en la presentación intervinieron los coordinadores técnicos del congreso, Juan Pablo Ioele, asesor, productor y coordinador técnico del CIM, y Roberto “Tino” De Rossi, especialista en protección vegetal y fitopatología, docente e investigador de la UCC.
El referente de le Purdue University refirió que existen distintas maneras y tecnologías de generar maíces shorts, hoy un gen nativo y a futuro por edición génica o directamente una transgénesis.
En su carrera, Vyn fue profesor del departamento de ciencias de cultivos y durante sus 25 años de la mencionada casa de estudios. Jjunto con su equipo de investigación estudiaron la fisiología y respuestas de los cultivos, principalmente el maíz, a la labranza, a las rotaciones, las dosis, la distribución y el momento de aplicación de nutrientes, los factores de estrés abiótico y las poblaciones de plantas con híbridos modernos y de la era actual.
Resultados
Una conclusión fue que de cuatro sitios que testearon, en tres sitios aumentó el rendimiento cuando se fueron a un espaciamiento más corto (en Estados Unidos predomina la siembra a 76 centímetros entre líneas).
Uno de los problemas que se observaron con el maíz enano es la inserción de la espiga, sobre todo en ambientes que tienen estrés en período vegetativo; las plantas quedan muy cortas y hay un caso en el cual tiene la inserción de la espiga a menos de 50 centímetros.
“Donde vemos diferencias es que el maíz enano tiene mayor captura de nitrógeno en floración y en R6 y lo vemos en la espiga y en el tallo. Los resultados arrojan que el maíz enano muestra más eficiencia en la captura de nitrógeno del suelo, el nitrógeno disponible. Lo otro que vemos, aparte de la mayor eficiencia de captura de nitrógeno, es mayor biomasa a pesar de tener una altura menor”, mencionó el experto.
En relación con las perspectivas en nuestro país, Vyn opinó: “Lo que veo es un potencial de uso de esta tecnología en la Argentina porque ustedes están produciendo directamente a 52 centímetros, que es donde vemos un beneficio real. Estados Unidos tendría que estar cambiando de 76 a 52 cm, con lo cual realmente tiene que haber un beneficio”

Comentarios