Le encontraron la vuelta a la basura domiciliaria y armaron proyecto de compostaje casa por casa

El emprendimiento no para de sumar adeptos y terminó en los primeros puestos de una competencia de negocios de la Municipalidad

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Crear consciencia sobre la contaminación que generan los residuos y la posibilidad de reaprovecharlos, pero a la vez lograr montar un negocio sustentable son las premisas de Comunidad Compost. Se trata de un emprendimiento a cargo de dos jóvenes que se convirtió en uno de los tres más destacados en la competencia de negocios de la Municipalidad.

“Buscamos que la gente se haga cargo de los residuos que genera, especialmente los orgánicos, y para eso empezamos a armar composteras con productos reciclados como baldes de pintura”, comenzó diciendo Ornella, creadora del emprendimiento, a Ecos365. La tarea es artesanal, implica ir convenciendo a cada persona de la importancia de esta labor, y el esfuerzo de a poco va dando sus frutos.

“De a poco fuimos creciendo en materia de clientes, y lo interesante es que no sólo compran la compostera, sino que también se interesan en otras formas de reducir el impacto ambiental”, reconoció la graduada en Biodiversidad por la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y lo vinculó a un cambio de actitud de la sociedad. “Empezamos a ver que todo lo que está ocurriendo en el ambiente, con el cambio climático, la pandemia, entre otras cosas, empezó a influir en el accionar de muchas personas”, sostuvo.

Con la basura obtenida, avanzan en un proceso biológico a través de microorganismos que degradan la materia orgánica en unos seis meses. Para acelerar el proceso, también abastecen con lombrices que bajan los tiempos a cuatro meses. El resultado final es abono, fertilizante o un líquido para regar y fortalecer las plantas.

“Para mi tesina trabajé en una fórmula para compostar residuos agropecuarios a partir de una mezcla de cáscara de arroz, restos de pollo y aserrín que permitía evitar contaminación y enfermedades, así como también alejar roedores”, comentó. Ahora la fórmula fue adecuada a los residuos orgánicos domiciliarios, y de a poco empieza a ganar adeptos.

“El proyecto surgió en 2020 y empezamos a sumar interesados, por lo que agregamos al esquema de trabajo conferencias, talleres y asesoramientos porque la gente está cada vez más interesada, sobre todo a partir de que los efectos del daño ambiental ya son muy notorios”, explicó. Durante todo el año pasado, Comunidad Compost participó de una serie de mentorías con las que se le fue dando forma de negocio al proyecto.

“Es la primera vez que nos presentamos a un plan de negocios, fuimos cumpliendo una serie de condiciones y quedamos terceras de 30 iniciativas que llegaron a esas instancias”, manifestó Onella, a cargo del emprendimiento junto a su amiga Quione. “Ahora con esta experiencia, y el incentivo obtenido, queremos que el proyecto siga creciendo para llegar a más gente, y una de las ideas es visitar escuelas e instituciones para avanzar en la concientización”, resaltó. El objetivo, claro está, es un mundo más sustentable.

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