Con el acuerdo vigente del FMI (por US$ 20.000 millones), una de las claves es la acumulación de reservas netas. El Gobierno ya obtuvo un desembolso de US$ 2.000 millones tras la primera revisión del programa.
Sin embargo, pese a ajustes en la meta original, el país sigue enfrentando un déficit estructural de divisas frente a vencimientos, necesidades de importaciones y remediación de desequilibrios cambiarios.
Para los últimos meses del año —es decir, desde octubre hasta diciembre—, distintos analistas proyectan que el Gobierno deberá conseguir al menos entre US$ 3.000 y US$ 4.500 millones adicionales para cumplir su parte del acuerdo con el FMI y comenzar a revertir el déficit de reservas.
Esa cifra neta debe cubrir no solo acumulaciones positivas (ingresos de divisas) sino también contrarrestar salidas por pagos de intereses externos, vencimientos de deuda, así como compensar ventas que el BCRA pueda haber hecho ante presión cambiaria previa.
El aporte del agro: palanca esencial
El Gobierno lanzó una medida clave para acelerar ingresos desde el agro: retenciones cero en grano y subproductos hasta el 31 de octubre, o hasta que se alcancen US$ 7.000 millones en declaraciones juradas de ventas al exterior (DJVE), algo que finalmente ocurrió primero.
También se extendió el beneficio a carnes bovinas y avícolas en el mismo período.
El objetivo es inducir una “ola de liquidaciones”: que los productores vendan sus granos retenidos para recibir dólares, incluso sacrificando precio con tal de obtener liquidez.
No obstante, la medida tiene limitaciones prácticas: el cupo de US$ 7.000 millones se agotó en pocos días, generando tensiones sobre quiénes acceden al beneficio.
Este tipo de “apuro de ventas” implica que el aporte real del agro esté condicionado a que los productores estén dispuestos a desprenderse de sus granos en ese momento, aún con precios internacionales bajos.
Otras medidas ya implementadas o en estudio
* Se reinstauraron controles cambiarios para limitar maniobras especulativas (por ejemplo, restricciones de 90 días para operar en cambios financieros para personas físicas).
* Se negocian líneas de financiamiento externo, swaps o préstamos internacionales para reforzar la caja externa del BCRA.
* La baja temporal de retenciones implica un costo fiscal estimado: según IARAF, el impacto podría rondar los US$ 1.000 millones en pérdidas de recaudación. Rev
* Internamente, el Gobierno podrá recurrir a emisiones, swaps locales o instrumentos financieros para “adelantar” dólares.
* Está latente la posibilidad de que el FMI exija un tipo de cambio más flexible o devaluación para liberar presiones cambiarias.
Riesgos, condicionamientos y factores críticos
* Si los productores retienen aún más los granos por expectativas de mejores precios, no se logrará el flujo esperado.
* El agotamiento rápido del cupo de US$ 7.000 millones expone al sector agro a inequidades y conflictos internos.
* Las ventas aceleradas pueden deprimirse en precio internacional o local si hay exceso de oferta de divisas.
* La combinación de controles cambiarios y restricciones puede generar distorsiones en el mercado paralelo y fuga de capitales informales.
* Si el contexto político (elecciones) genera incertidumbre, el esfuerzo puede revertirse.
* Las medidas de financiamiento externo dependen de aceptación y condiciones de mercado, que pueden ser rigurosas.

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