Mientras aumentan las prepagas crece el reclamo de los médicos

Desde febrero regirán los incrementos mensuales en las cuotas de la medicina prepaga. Los profesionales, en tanto, con pluriempleo y honorarios bajos

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Las prepagas aumentaron en enero y volverán a hacerlo en febrero. Esto se da luego del desdoblamiento del incremento previsto para diciembre del 13,8 por ciento en dos cuotas de 6,9 por ciento, en el último mes de 2022 y el primero de 2023. Así el año cerró con una suba del 100,9 por ciento y no del 113,8 por ciento, igualmente ambos por encima del parámetro de la inflación.

Pero además desde febrero rige el nuevo índice mensual, con cuotas que subirán entre 4,91 por ciento y 8,21 por ciento. Aquellos que perciban ingresos de bolsillo inferiores a 6 Salarios Mínimos, Vital y Móvil (SMVM), hoy 371.718 pesos, estarán dentro del primer grupo. Esta cuota se ajustará al 4,91 por ciento, que es equivalente al 90 por ciento de la variación de los salarios formales según la Remuneración Imponible de Trabajadores Estables del mes inmediato anterior publicado. En ese caso fue octubre, que llegó al 5,45 por ciento. 

Aquellos que perciban más de 6 SMVM, la cuota se incrementará a un 8,21 por ciento, según la variación del Índice de Costos de Salud. Este indicador está conformado por la evolución de los costos de los medicamentos, los insumos médicos, los salarios fijados por las paritarias y los gastos generales, elaborados por la Superintendencia de Servicios de Salud.

En ese sentido, a través de la Resolución 2577/2022 del Ministerio de Salud, se "autorizan incrementos mensuales en el valor de las cuotas de las Entidades de Medicina Prepaga inscriptas en el Registro Nacional de Entidades de Medicina Prepaga (RNEMP)". En tanto, en el decreto 743/2022 se fijó un plazo de 18 meses a partir del 1º de febrero de 2023.

 

 

Pero mientras se autoriza el incremento a las prepagas, el descontento de los trabajadores del sector de la salud también va en aumento.

 

“El profesional es el que paga el plato roto”

 

El secretario general de la Asociación de Médicos de la República Argentina (AMRA), Eduardo Taboada, explicó en diálogo con Ecos365: “Todo médico hace el pluriempleo, es decir que aquel médico que trabaja en un hospital o en relación de dependencia a la mañana, a la tarde trabaja en un consultorio o sanatorio, o viceversa”. 

“Cuando empezaron las obras sociales una consulta médica valía 15 litros de nafta, que serían unos 2 mil o 3 mil pesos hoy. Pero no hay médico que cobre más de mil pesos una consulta en el presente”, dijo. “Si un médico cobra 800 o 900 pesos una consulta y está en un consultorio privado tiene que pagar el consultorio, secretaria, teléfono. Pero en el caso de quienes están en un sanatorio, se quedan con el 70 por ciento de lo que produce el médico. Y hay consultas de IAPOS que no solo se pagan atrasadas, sino nunca”, agregó. 

En ese sentido Taboada recordó: “En el Gobierno de Carlos Menem con una medida neoliberal se desreguló el sistema y se creó lo que nosotros conocemos como gerenciadores”. “Hoy hay un tercero más que cobra, cuya finalidad es hacer dinero a través de la salud y el que paga los platos rotos es el profesional”, criticó y resaltó: “Las prepagas han aumentado más del 100 por ciento y a los médicos le aumentaron el 50 durante todo el año”.

Al respecto, el secretario general de AMRA indicó: “Ya pasa que no hay pediatras, que trabajamos por lo general por la boleta. Te la tenés que pasar trabajando para poder vivir. Y evidentemente va a pasar con los clínicos, que no tienen alta complejidad. Los médicos deberían ponerse de acuerdo y decir por menos de esto no se trabaja. Pero estamos con la Ley de la Oferta y la Demanda”. 

“La unidad hace la fuerza y no estamos unidos. En Rosario tenemos dos clases de médicos. Los que trabajan por su cuenta y los que trabajan para los sanatorios, donde hay una pseudo relación de dependencia. Entonces no tenés la posibilidad de decir por menos de esto no trabajamos. Hubo intentos de otras especialidades, pero no prosperaron por la diversidad de trabajo. También pasó con los urólogos o los traumatólogos porque trabajan en relación de dependencia en un hospital, el PAMI o son legistas. Hay algunos que pueden decir que no atienden más obras sociales porque tienen un respaldo económico. Pero en esta situación estamos desunidos y no hay medidas comunes”, planteó. 

 

Desgastados, con pluriempleo y honorarios bajos

 

Por su parte el presidente del Sindicato de Profesionales Universitarios de la Sanidad (SIPRUS), Diego Ainsuain, manifestó en diálogo con Ecos365: “Hay tres características en la actualidad. Una situación de desgaste enorme, que se arrastraba prepandemia pero que con la pandemia se profundizó notablemente; el pluriempleo, que aumentó muchísimo; y los honorarios, que son bajos en relación a la responsabilidad que tenemos tanto en el sector público como en el sector privado”.

Respecto al desgaste Ainsuain explicó: “Encontramos en distintos lugares compañeros que están buscando otra actividad en la cual desarrollarse o yéndose a otras partes. Alrededor de 400 profesionales emigraron a otros países”. Y agregó: “En los sectores en relación de dependencia aumentaron drásticamente las licencias sin goce de sueldo y las licencias por salud mental”. 

“El sistema está prácticamente estallado y con el vuelco a determinadas especialidades, hoy no se están cubriendo los lugares para formación de especialidades básicas como medicina general, tocoginecología, clínica médica y pediatrías”, sostuvo y dijo: “Quedan vacíos los lugares de formación porque la perspectiva laboral cuando terminás en esos lugares es más crítica todavía desde las condiciones de trabajo y lo salarial. Entonces hay una cuestión que es el desgaste”. 

Respecto al pluriempleo, Ainsuain indicó: “Aumentó muchísimo. Hay gente que trabaja en algún lugar del Estado y luego está en dos o tres del sector privado”. “Deben apelar al pluriempleo para tener un salario acorde a la perspectiva y a la responsabilidad que uno tiene cuando ejerce la profesión”, dijo. En ese sentido, recordó datos de la Organización Mundial de la Salud en el que se relevó que “lo que más generó cuestiones de morbimortalidad en personal de salud es el pluriempleo, ya que iban de un lugar al otro”.

Por último, el tercer punto crítico son los honorarios, que son bajos frente a la responsabilidad de la profesión. “En el sector privado se registran atrasos en los pagos, con una retención importante que se quedan las instituciones que actúan como intermediarias”, dijo y agregó: “En los convenios los propios empleadores tienen mecanismos para bajar los honorarios, cartelizándose, con cartillas cerradas para la atención en determinadas prepagas y obras sociales. Hay un montón de mecanismos de disciplinamiento que obviamente hacen que los honorarios sean bajísimos y se cobre a largo plazo, a 6 u 8 meses”. 

Si bien hay un arancel de referencia ético que fijan los colegios profesionales, muchas veces no se cumplen y terminan realizándose acuerdos individuales. “La gran mayoría de los compañeros tuvieron arreglos por debajo de la inflación. Solo tienen acceso a determinado nivel por la propia especialidad o determinados acuerdos que hacen. Y el 95 por ciento trabaja más de lo que permite la Ley de Contrato de Trabajo”, calculó. 

“El Producto Bruto Interno en salud es casi del 10 por ciento. Nadie discute qué pasa con ese 10 por ciento: quién lo paga, quiénes cobran, quiénes ganan. Es grande el porcentaje”, dijo y agregó: “Los Estados solamente invierten el 3 por ciento; el resto es plata que circula en la seguridad social o la salud privada”. 

“Estamos frente a un sistema de salud que en varios casos no resuelve los problemas de salud, que tiene a profesionales descontentos, con condiciones precarias de trabajo y bajos salarios. Mientras tanto las instituciones se expanden, prepagas que crecen, cada vez más grandes y concentradas, que diversifican su razón de ser y se han expandido a distintos rubros. E instituciones de salud que crecen con una población que plantea dificultades para el acceso y la calidad de las prestaciones y con los que trabajamos adentro que estamos cansados, desgastados, con pluriempleo y bajos salarios”, concluyó.

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