Milicic: “Soy un hacedor de cosas que en los momentos más adversos me he multiplicado”

La historia detrás del hombre que pasó de cosechar verduras a mano en la quinta familiar a comandar una de las empresas más grandes de la provincia, hoy en manos de las nuevas generaciones

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Detrás de cada gran empresa hay un gran recorrido. Carlos Milicic compartió su inspiradora historia de vida desde sus humildes comienzos hasta convertirse en un exitoso empresario. Con una determinación inquebrantable y un espíritu emprendedor, Milicic superó obstáculos y se abrió camino en el mundo laboral. Cómo fue para él tomar el legado de su padre y trasladarlo a las nuevas generaciones.

Cuando se le preguntó por qué no continuó sus estudios secundarios, Milicic explicó que había completado la escuela primaria en una modesta escuela de la zona oeste de Rosario debido a la migración de los estudiantes a trabajos rurales en la zona.

A pesar de no haber continuado su educación formal, destacó la calidad de los maestros y la vocación que tenían para enseñar en su pequeña escuela. “Mi título es hacedor de cosas y la verdad que disfruto haciendo cosas. En los momentos más adversos es cuando me he multiplicado hasta controlarlo o darlo vuelta y no relajarme”, expresó Carlos.

Milicic proviene de una familia que vivía en una quinta de ocho hectárea cerca de donde hoy es la sede de una compañía en todo el tiempo van y vienen máquinas de gran porte. En esas tierras se dedicaban a la agricultura de hortalizas y el cuidado de los animales que contribuían en la producción. Desde una temprana edad, asumió responsabilidades en la quinta cuando su hermano mayor se mudó y su padre estaba ocupado en el mercado. A los 13 años, se encontraba a cargo de tareas como ordeñar la vaca y alimentar a los animales.

Después de hacer casi dos años el servicio militar en la Marina, Milicic regresó a su hogar sin un futuro claro. Sin embargo, su espíritu emprendedor y la necesidad de hacer algo lo llevaron a involucrarse en diversos trabajos, incluyendo el uso de un camión de la familia para realizar tareas de transporte. Con el tiempo, logró ahorrar lo suficiente para comprar su propio camión y expandir sus operaciones comerciales.

Inicialmente, Milicic trabajó en el puerto de Rosario, descargando barcos y vendiendo materiales de construcción. A medida que establecía relaciones con empresas constructoras locales, amplió sus actividades comerciales y comenzó a realizar excavaciones y demoliciones.

Durante los años 80 y 90, Milicic experimentó un crecimiento significativo en su empresa. A través de su trabajo con empresas como Nidera y la participación en proyectos de desarrollo de los puertos privados en la región, logró expandir su flota de camiones y adquirir maquinaria pesada. A medida que su reputación crecía, se convirtió en un referente en su campo y obtuvo contratos importantes.

La década de 1990 fue un período desafiante debido a las fluctuaciones económicas y cambios en las reglas del juego. Sin embargo, Milicic logró sortear los obstáculos y mantener una empresa sólida. Su enfoque conservador y ordenado en la toma de decisiones le permitió navegar por las crisis y adaptarse a las circunstancias cambiantes.

A medida que su negocio prosperaba, Milicic reconoció la importancia de rodearse de personas leales y talentosas. Uno de los ellos y muy importante es su socio Federico Luft. Valora todo el mérito y el esfuerzo de su equipo, y se asegura recompensarlos. Su empresa se convirtió en un referente en la industria de la construcción y las excavaciones.

- Cuándo fue que hiciste el clic de decirles a tus hijos ¿van a venir? Sino veo qué hago. 

- A los hijos en una familia los padres lo conocen, los quieren a todos por igual. Pero sabemos que no son todos iguales. Marian es la más líder, se parece a mí. Flavia es impecable, está en el área financiera, pero tiene un carácter distinto. Marian estaba trabajando en un estudio jurídico. Yo veía que para seguir haciendo cosas, quería prever que la empresa pudiera continuar más allá. Entonces la invité a desayunar una mañana de 2004. En esa época todavía estaba soltera, ya vivía en forma independiente y trabajaba independiente. Y le estaba yendo muy bien y con una gran persona, como fue con el abogado Víctor Corvalán, que la educó a trabajar para sus clientes y no vivir de sus clientes. No es un tema menor. Un día la invité a un desayuno y le dije mirá nos está yendo bien, si vos estas cómoda y querés seguir con el estudio, yo quiero que seas la abogada más importante del país, pero yo tengo que tomar una decisión de qué hacer. Si te interesaría incorporarte en la empresa de familia. Así que habló con Víctor y planificaron un tiempo las cosas que tenían abiertas juntos para terminarlas y se incorporó.  

- Hiciste hasta sexto grado, pero tuviste una cuestión de intuición. Fuiste haciendo negocios, fuiste un hombre comercial. ¿Pero tenías a alguien en quien te inspirabas?

- No, al contrario. Miraba a mis clientes, cómo se administraban las corporaciones internacionales. Hay compañías que tienen en el mundo infinidad de camiones, de equipos, lo que sea y ninguno maneja esos camiones. Todos son empleados y funciona todo. Hay compañías como Cargill, que tiene en cada ciudad importante del mundo una industria y todo funciona. El gerente reporta a un directorio y si no trae el resultado previsto, tiene que explicar muy bien porque no lo logró. Y si no sirve, lo van a cambiar.

Copiar ese método que tienen las organizaciones que cumplen y trabajan con clientes que no renegás para cobrar, hace muy previsible la compañía. Y te empezás a hacer querer de un montón de proveedores también porque pagás puntualmente. El 98% de nuestra facturación está con el sector privado. Yo no tengo nada que envidiarle a las empresas que trabajan para el gobierno. Porque por ahí sí, tenés algo muy bueno, tenés algún acomodo y te enriquece fácilmente. Pero también después te derrumbás cuando te dejan de pagar.  

- ¿Y cómo ves la economía? Lo que queda del 2023 y para el 2024.

- Durísimo y necesario si se implementa una certidumbre futura seria. Si no vamos a empeorar más todavía. Argentina está en una situación económica financiera muy delicada. Muchísima gente en Argentina se adjudica a derechos que no les corresponden, como que vivir sin trabajar o comer sin trabajar. Fijate que terminamos siendo como país exportador de commodities en bruto. Tenemos que cambiar en la forma de pensar porque no va a haber inversión destinada a vender un valor agregado argentino. 

- Para los jóvenes emprendedores ¿cuál es el ABC que tiene que tener en cuenta? 

-Qué hay que trabajar. Hay que tratar de superarte todos los días, de hacer las cosas siempre al menor costo y de la mejor calidad. Mejorá calidad con optimización de costos. Y la gente tiene que trabajar. Cuando alguien te confía un contrato, te da un anticipo de plata, tenés que hacerte querer, para que te siga eligiendo. Y así hemos llegado.

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