A poco más de 200 kilómetros de El Calafate se encuentra El Chalten, un pequeño pueblo nacido en 1986 (seguramente el más joven del país) que no tuvo fundador porque fue producto de un decreto nacional buscando afirmar una población cerca de los límites con Chile para afirmar soberanía.
El Chalten es completamente distinto a todo, por su origen y porque el pueblo, entero, está dentro de un Parque Nacional. El Parque Nacional Los Glaciares.
La imponente vista del Fitz Roy lo domina todo y es referencia indiscutida en esta meca de escaladores, gente de trekking y amantes de la naturaleza.
A pasos de cualquier lugar, seguramente, comienza un sendero, una huella, un camino para recorrer maravillas cercanas o lejanas, dependiendo del tiempo, las ganas y la experiencia que uno tenga.
No hace falta alejarse demasiado para quedar extasiado con cascadas y bosques y montañas. Aunque también caminando lejos se puede llegar a parajes indescriptibles como Laguna de Los Tres, Poincenot o La Loma del Pliegue Tumbado.
El pueblo es acogedor por donde se lo mire, así como su gente. En cuanto a alojamiento, hay mucho y muy diverso, pero una referencia casi indiscutida podría ser ese hotel al que todos indican como "allá arriba" o desde donde todo queda "allá abajo".
El Hotel Los Cerros es un exquisito lugar, con habitaciones con ventanales descomunales y tamaños que salen de lo común, un servicio dedicado, sin grandes lujos pero un escalón por encima del resto.
Sin duda, el mejor momento para ir de vacaciones a El Chaltén es en verano. El Chalten es un destino de vacaciones completo, solo hay que animarse a vivirlo y ser ambicioso con eso que uno busca, paisajes, tranquilidad, experiencias únicas y felicidad al final de todo.
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