El académico liberal español, Lorenzo Bernaldo de Quirós, señaló a través de una publicación que las reformas positivas del gobierno de Milei se han visto acompañadas de un sistema de tipo cambio fijo pero ajustable, que no sólo es inconsistente con la filosofía del líder argentino, sino que es una fuente peligrosa y potencial de inestabilidad.
En ese sentido, compartió cinco razones para que el peso flote. Según el economista español hay cinco razones de naturaleza económica en pro de la implantación de un sistema de tipos flotantes en Argentina, que se ven reforzadas por la incertidumbre político-electoral reinante.
* En primer lugar, actuaría como un amortiguador automático frente a shocks externos o cambios en las condiciones económicas internas, por ejemplo, una caída en los precios de las exportaciones no requeriría una devaluación abrupta y desordenada, ya que la moneda se depreciaría gradualmente, ayudando a preservar la competitividad de aquellas.
* En segundo lugar, si se permite al peso ajustarse libremente, se evitaría la acumulación de desequilibrios y presiones que suelen derivar en devaluaciones masivas y crisis, así las correcciones se producirían de manera continua y menos volátil, reduciendo el riesgo de "estallidos" cambiarios.
“Si el Presidente Milei no consigue unos buenos resultados en las elecciones legislativas del próximo mes de octubre, su capacidad de avanzar en la aplicación de su programa se complicará de manera significativa. En este contexto, la flotación aparte de ser conveniente por lo apuntado sería un instrumento muy útil para no poner en riesgo los logros macroeconómicos alcanzados hasta la fecha”
* En tercer lugar, al no tener que defender un tipo de cambio fijo, el BCRA recuperaría el control sobre su política monetaria, lo que le permitiría centrarse en su principal objetivo: controlar la inflación, y en lugar de usar las tasas de interés y las reservas para defender el dólar, podría emplearlas para estabilizar los precios internos.
* En cuarto lugar, dejar que el peso flote sería la señal más clara de que el Gobierno confía en que su plan de saneamiento fiscal y monetario es sostenible a largo plazo, y mostraría a los inversores y a los ciudadanos que la estabilidad macroeconómica alcanzada es genuina y que el tipo de cambio no necesita ser sostenido de manera artificial.
* En quinto lugar, en un sistema de cambio flotante, no hay un valor fijo de la divisa a mantener, porque se determina constantemente, lo que hace que sea muy difícil identificar una debilidad específica para ser explotada por los especuladores, en consecuencia, éstos tienen menos incentivos a actuar porque, entre otras cosas, se elimina la posibilidad de que las reservas se agoten.

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