Qué dejó IDEA 2025 y qué esperan los empresarios tras el 26 de octubre: dólar, reformas y pulseadas regionales

La cumbre empresaria dejó un mensaje claro: el modelo económico se define después de las elecciones. Mientras el agro pide reformas, el dólar presiona, sube la mora y en Rosario se mueven fichas claves entre Vicentín, Fisfe y nuevas rondas de negocios

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La economía argentina vive un momento de alta tensión y expectativa, con varios frentes abiertos que convergen hacia una encrucijada político-económica de alto riesgo y, potencialmente, de definiciones clave.

Por un lado, durante el 61° Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA) en Mar del Plata, los principales empresarios del país ante la consulta de Ecos365 dejaron claro que la reactivación no vendrá por sí sola: la actividad se encuentra “frenada”, la demanda interna está débil y las tasas de interés siguen “altísimas”. Plantearon que sólo una agenda de reformas —fiscal, laboral, previsional— podría marcar un cambio de ritmo hacia 2026. El reclamo trasciende: se habla de adaptarse a la logística internacional, a la inteligencia artificial, de modernizar normas, de generar certidumbre. Otros, los más golpeados, insisten en nivelar la cancha.

También reconocen que el consumo seguirá planchado durante el 2026, que los motores para mover la rueda llegar de los sectores estratégicos: agroindustria -que viene con un panorama de cosecha récord- pero con márgenes más que ajustados, y si avanzan las inversiones en Vaca Muerta y minería. El resto complejo, particularmente la industria y el comercio. En este último caso más que por la importación por las compras online en un escenario de aumentos de costos fijos.

Simultáneamente, la plaza cambiaria se ha convertido en un foco de fuerte inquietud. A pesar de la intervención del Tesoro de los Estados Unidos, que habría vendido cientos de millones de dólares para contener la escalada del billete verde, el mercado no se calma: el dólar mayorista cerró cerca del techo de la banda cambiaria y los dólares financieros ya superan los $1.500. Analistas advierten que lo que está en juego es la finalización del esquema de bandas cambiarias, que —de modificarse— podría impulsar un salto del tipo de cambio.

La presión combinada de una moneda que se deprecia, inversiones que se dudan y tasas de interés que ahogan genera efectos adicionales: la morosidad bancaria sube y alcanza un máximo desde que comenzó el actual gobierno. En agosto llegó al 4,3 % en créditos prendarios, mientras que los atrasos en préstamos personales y familiares también se amplían. Esto añade una capa de fragilidad al sistema financiero y actúa como foco de preocupación para entidades bancarias, familias y empresas.

Y como telón de fondo político-internacional aparece el apoyo explícito del presidente Donald Trump a Javier Milei, recibido con sorpresa por los inversores. En Washington, el mensaje fue que ese respaldo financiero podría depender del resultado de las próximas elecciones: “Si pierde no seremos generosos con Argentina”, dijo Trump. Esa advertencia pone una lupa sobre la relación entre política y economía en el país, y condiciona la mirada de los mercados.

En este contexto, los empresarios reunidos en IDEA anticiparon que lo que Argentina necesita es un cambio de marco: reglas tributarias simples, modernización laboral y potenciación del sector agroindustrial que ya reclama “queremos competirle a los productores de EE.UU.”. Ese reclamo se conecta también con la agenda productiva: si no se generan condiciones, la inversión seguirá en espera, el empleo privado no se acelerará y la competitividad internacional quedará rezagada.

Rosario y la Región: Vicentín, industria y nuevas rondas

Mientras tanto, en Rosario y Santa Fe la agenda empresarial también se recalentó. Molinos Agro y Louis Dreyfus Company formalizaron su propuesta conjunta para quedarse con el 100 % del paquete accionario de Vicentín, en una puja que ya tenía a Grassi S.A. como otro de los oferentes. Se espera que en los últimos días de octubre surjan nuevas presentaciones de los grupos que manifestaron interés en quedarse con la compañía santafesina, cuyo desenlace podría definir el futuro del mayor caso concursal de la historia argentina.

A su vez, la Federación de Industriales de Santa Fe (Fisfe) presentó su último informe con datos preocupantes: la producción manufacturera cayó en agosto, y la utilización de la capacidad instalada volvió a niveles de 2020. Las pymes industriales santafesinas alertan que la recuperación “no despega” y que los costos financieros y logísticos siguen en alza.

En paralelo, el Foro Regional Rosario celebrará su 30º aniversario con una fuerte apuesta a la innovación empresarial para el desarrollo regional. Esta semana, el presidente Carlos Cristini presentó un programa de cooperación con el grupo consultor alemán CES/SES, vinculado a la Federación Alemana de Industria, que actualmente asesora a Paladini en procesos de reconversión productiva. El objetivo del Foro es revitalizar su rol como “caja de resonancia” de las inquietudes sociales y empresariales, conectando oportunidades con necesidades de innovación y desarrollo.

La semana también habrá otro encuentro para las pymes de un sector que intenta buscarle la vuelta: el próximo 23 de octubre, en La Fluvial de Rosario, se realizará la Tercera Ronda de Negocios de Supermercadismo y Consumo Masivo, organizada por el Ministerio de Desarrollo Productivo de Santa Fe. Participarán más de 350 empresas de 40 rubros, entre supermercados, mayoristas, distribuidores e industrias pymes de toda la Región Centro.

Y para el 5 de noviembre, la Bolsa de Comercio de Rosario prepara una jornada de charlas y asesoramiento especializada en Activa PyME, con el foco puesto en financiamiento, digitalización y oportunidades de internacionalización.

Mirada final

Todo esto ocurre en vísperas del 26 de octubre, una fecha que no solo definirá el mapa político sino también el ritmo de la economía. El mercado lo sabe: cambios de gabinete, variaciones en el respaldo externo, el fin del régimen de bandas cambiarias, morosidad que sube, tasas que estrangulan… Todo se conjuga para que la Argentina transite una fase de alta vulnerabilidad, pero también de oportunidad.

Si se logran las reformas y se estabiliza la política económica, 2026 podría marcar un nuevo arranque. Si no, la curva descendente que los empresarios advierten podría prolongarse.

En definitiva: la economía está esperando más que una recuperación espontánea. Está en vilo. Y el reloj corre.

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