Carrefour Argentina atraviesa uno de los capítulos más decisivos de su historia: tras abrir el proceso de venta de su red —unos 700 locales entre hipermercados, supermercados tradicionales, formatos Express y mayoristas—, ya recibió siete ofertas no vinculantes de jugadores interesados, tanto operadores tradicionales como fondos, nacionales y extranjeros.
Entre los aspirantes, los nombres que más resuenan son Coto, liderado por Germán Coto, que apunta a quedarse con los locales más grandes e hipermercados; Grupo De Narváez, que ya ganó terreno con Changomás/Walmart y busca consolidarse; y Cencosud (que en la Argentina posee la cadena Jumbo y Easy, el gran favorito silencioso, con experiencia reciente en la región y capacidad para absorber redes.
Otros competidores incluyen fondos como Klaff Realty, Sophia Capital; grupos con experiencia local como Newsan; e inversiones de capital extranjero que ven en la red de Carrefour —distribuida por casi todo el país— un activo clave para capturar escala, sinergias y poder de negociación.
El mandato de venta y la ingeniería financiera están siendo manejados por Deutsche Bank, que ya descartó algunas ofertas tras la primera ronda de propuestas; lo que viene será un due diligence para quienes sobrevivan al primer filtro.
Más allá de quién gane, la operación tendrá impacto directo en precios, empleo, red de proveedores y competencia: si Carrefour se redistribuye entre varios actores locales, podría “equilibrarse” el mercado; si un gran jugador absorbe la mayoría de la cadena, la concentración sería inevitable.
En paralelo, la coyuntura pesa: inflación persistente, caída del consumo, ruido político y financiera inestable podrían afectar el valor final de las ofertas y los plazos del proceso; algunos analistas no descartan demoras hasta después de las elecciones para clarificar el panorama económico.

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