Rosario perdió cinco mil empleados de comercio en los últimos cinco años

Crisis económica permanente, suba de alquileres, pandemia y tendencia a la compra online aceleran la salida de locales y los despidos

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La posible salida de Garbarino en Rosario puso otra vez en escena la aguda crisis que atraviesa el sector comercial en la ciudad. Si se confirma el cierre definitivo de sus cuatro locales, 56 empleados de comercios quedarán en la calle, sumándose a los 110 que dejará Falabella el 13 de junio, y a los 1.500 que se estima que perdieron el trabajo desde el inicio de la pandemia.

La situación no es nueva, pero se agravó en los últimos años. Primero fue la aguda crisis económica que ya lleva por lo menos un lustro, a la que se sumó la drástica suba en el precio de los servicios y de los alquileres, sobre todo de los locales mejor ubicados del microcentro. A eso le siguieron las duras restricciones de horarios aplicadas desde marzo de 2020 a raíz de la pandemia, y el brutal descenso en la circulación de la gente en zonas comerciales, con el centro como escenario más desértico.

Borsalino se fue y Falabella está por irse (Alan Monzón / Rosario 3)

Pero a estas cuestiones coyunturales se le suman otras estructurales que están golpeando duro al sector comercial. En primer término, el 2021 será el cuarto año consecutivo en el que la inflación le ganará a los salarios, achicando todavía más el poder de compra de una población económicamente activa que cuenta con 13,6% de desocupados (según datos del cuarto trimestre de 2020 del Indec, los últimos disponibles), la segunda tasa más alta del país. En segundo lugar, el financiamiento al consumo se redujo drásticamente, con algunas categorías como indumentaria ya sin los planes Ahora 12 y Ahora 18, y quedando sólo disponible las tres o seis cuotas sin interés para el cliente, siendo este absorbido por el comerciante.

Y en tercer término, la tendencia a la compra online se acrecentó notablemente en épocas de coronavirus, convirtiéndose Argentina en el país de mayor crecimiento interanual del e-commerce en 2020. Con muchas menos visitas a las tiendas físicas, y sin perspectivas de que eso vaya a cambiar en el corto plazo -más bien todo lo contrario-, el ajuste se hace sentir. Ya en 2019 Musimundo había arrancado su plan de achique, bajando persianas de su sucursal de Fisherton, prescindiendo de 20 empleados. Borsalino dejó su emblemática esquina de Sarmiento y Córdoba. Después de amagar durante buena parte de 2020, Falabella anunció su salida de la ciudad (ahora postergada hasta el 12 de junio), despidiendo a 110 personas, y ahora Garbarino parece seguir sus pasos, aunque todavía no comunicó nada a sus 56 trabajadores rosarinos. Y esto sólo por nombrar algunos casos emblemáticos.

Cerró la juguetería El Globo Rojo
Cerró la juguetería El Globo Rojo (@Belitaonline)

Un primer análisis parece dar cuenta que se está ante la caída de las grandes cadenas, que no desparecen del todo, pero que sí reestructuran profundamente su esquema de negocios. Sin tener necesidad de sostener los costos fijos de grandes locales comerciales, empiezan a dejarlos de lado, y con ellos a decenas de empleados, para concentrarse en unidades más chicas (una versión que corrió fue que Garbarino no se iría de Rosario, pero sí que reemplazaría sus locales por otros más pequeños) o en áreas logísticas para atender mejor la entrega virtual. El hecho de que comprar por internet muchas veces salga más barato que hacerlo en la tienda física no es gratuito, ya que precisamente esconde el ahorro en estas grandes estructuras que suponen las tiendas presenciales.

De un segundo análisis se desprende que la crisis golpea a todos, porque mientras los grandes se repliegan, muchos chicos, algunos con una dilatada trayectoria, directamente desaparecen. En las últimas semanas se produjo la quiebra del local de ropa masculina El Elegante y el cierre de la juguetería El Globo Rojo. Desde la Asociación Casco Histórico estiman que en 2020 hubo cierres definitivos de 300 comercios céntricos, lo que implica una pérdida del 10% de los ubicados en esa zona. Y la sangría no cesa. “Con el Gobierno anterior estimamos que se perdieron 3.500 puestos de trabajo registrados de mercantiles, y desde el inicio de la pandemia hasta ahora cayeron otros 1.500”, dijo Juan Gómez, secretario gremial de la Asociación Empleados de Comercio (AEC) de Rosario a Ecos365. Y a esas cifras habría que agregarles las del personal no registrado.

Con asistencias económicas mucho más acotadas respecto al año pasado (de los ATP se pasó a los Repro, por montos menores y aplicables a un universo reducido), descongelamiento de tarifas, aumentos de alquileres, impuestos y paritarias, la situación podría agravarse.

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