La provincia de Santa Fe, que intentaba recuperar los picos de actividad de la última década, “chocó” contra la realidad: en el segundo trimestre de 2025 el nivel de actividad cayó 0,2% frente al trimestre previo, incapaz de igualar los máximos alcanzados en 2017 y 2015. A nivel nacional, el EMAE también mostró contracción (-0,1%), confirmando un escenario de estancamiento generalizado. Así se desprende del informe mensual elaborado por el Observatorio de la Coyuntura Santafesina de la Fundación de Estudios Políticos y Estratégicos (Funepe).
Inflación y consumo: los bolsillos bajo presión
La inflación provincial de agosto se ubicó en 1,6%, apenas por debajo del índice nacional. Aunque menor que el 4% de un año atrás, su impacto es relevante en rubros inelásticos como vivienda (+40,8% interanual), educación (+35,8%) y servicios básicos. Estos aumentos golpean el ingreso disponible, ya que representan una porción clave de la canasta de gasto familiar.
Las ventas en supermercados muestran una suba interanual del 3,5% en junio, pero al desagregar rubros aparecen retrocesos en consumos esenciales: limpieza (-5,1%), bebidas (-4,2%) y frutas y verduras (-1,7%). Solo crecen segmentos no esenciales como indumentaria (+35%) y electrónicos (+17%). En perspectiva histórica, las ventas apenas regresan a niveles prepandemia, lejos de los techos de 2018. Los números extraoficiales de estos sectores en julio, agosto y septiembre son mayormente con caídas.
El consumo de servicios públicos tampoco arroja números positivos: en mayo cayó 11,1% interanual, con fuertes bajas en transporte de pasajeros (-9,6%), electricidad, gas y agua (-11,5%) y peajes (-11,8%). La caída en movilidad urbana y uso de energía expone el ajuste forzado de hogares y empresas. Según los relevamientos la baja del consumo se extienden hasta septiembre.
Mercado laboral: dos realidades opuestas
El empleo también refleja contrastes. En el Gran Rosario, la Población Económicamente Activa (PEA) subió de 50,8% a 52,8% interanual, con 31.000 personas nuevas buscando trabajo. Sin embargo, el mercado no absorbió esa presión y la desocupación creció al 7,7%, con 101.000 rosarinos ocupados demandando otro empleo. En contraste, en el Gran Santa Fe la PEA cayó en 7.000 personas y el desempleo bajó a 5,5%, aunque más por resignación que por creación de puestos.
El informe señala que en Rosario, 3 de cada 10 trabajadores están “con problemas”: buscan más horas, un empleo mejor o directamente un trabajo. En Santa Fe capital, en cambio, los desocupados y subocupados se reducen, pero en un contexto de bajo dinamismo que desalienta a los potenciales trabajadores.
Exportaciones: el único respiro
El frente externo aparece como la única nota positiva. En julio, las exportaciones crecieron 9,1% interanual, aportando 118 millones de dólares adicionales respecto al mismo mes de 2024. El impulso provino de productos primarios (+49,5%) y manufacturas agropecuarias (+8,1%), que compensaron la caída de las manufacturas industriales (-31,6%). Sin embargo, el precio promedio de las toneladas exportadas cayó 4,1%, mostrando límites al crecimiento de divisas.
Cuentas públicas: adiós al superávit
El informe confirma que la provincia prácticamente consumió el superávit fiscal de 2024. Entre enero y agosto de 2025, los ingresos crecieron 7,5% interanual en términos reales, pero los gastos subieron más, impulsados por erogaciones de capital (+70%). Esto es inversión en obra pública, principalmente. El superávit financiero de 5% de los ingresos del año pasado se redujo a un miserable 0,1%, casi equilibrio.
La mejora de ingresos vino en gran parte por las contribuciones a la seguridad social, gracias a la Emergencia y Reforma Previsional sancionada en 2024. En paralelo, los impuestos nacionales como IVA o Ganancias aportaron poco y mostraron el freno de la actividad económica.
Santa Fe 2025: ¿amesetamiento o recesión en puerta?
El Observatorio sintetiza el panorama: Santa Fe está al borde de una recesión, con una economía provincial que no logra superar los registros de hace 10 años, una inflación que erosiona ingresos, un mercado laboral fragmentado y cuentas públicas al límite. Solo las exportaciones agroindustriales ofrecen oxígeno, pero insuficiente para compensar la fatiga general.
“Algo no está funcionando bien”, concluye el informe. El desafío es cómo romper con la inercia de la última década y lograr que Estado y privados retroalimenten un ciclo virtuoso, capaz de sacar a la provincia de la trampa del estancamiento

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