“La economía no se arregla con promesas, se arregla con tijeras”. Así fue la sentencia con la que Federico Sturzenegger, ministro de Desregulación y Transformación del Estado, cerró la jornada final del 60° Coloquio IDEA en Mar del Plata. Ante un auditorio lleno, y previo a la presentación del presidente Javier Milei, Sturzenegger no titubeó al poner sobre la mesa su diagnóstico: el alivio económico solo será posible con una baja drástica del gasto público. “No pidan menos impuestos, pidan menos gasto. Esa es la única salida”, disparó.
Durante su presentación, hizo un repaso histórico y trajo a colación casos de ajuste fiscal alrededor del mundo, como la reducción del 30% del gasto público en Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial.
“De los 24 casos de ajuste significativo desde 1946, 22 fueron después de guerras. Argentina es el único país que intenta hacerlo sin haber pasado por una”, subrayó.
Además, anunció la implementación de una nueva fase de control de gastos que denominó “deep motosierra”, una continuación del ajuste ya iniciado: “Hicimos motosierra, ahora viene la TIC motosierra, que implica revisar cada rincón del Estado para ver qué se está haciendo y qué no se debería hacer”. Según el ministro, esta etapa no solo busca eficiencia operativa sino también un replanteo profundo del rol del Estado.
Reglas claras para la economía privada
Otro de los ejes de la charla fue la necesidad de un marco macroeconómico estable para garantizar los derechos de propiedad. “Sin estabilidad fiscal no puede haber propiedad efectiva, y sin propiedad efectiva no hay riqueza duradera”, afirmó Sturzenegger. En ese contexto, el ministro destacó las medidas que ya se implementaron: la eliminación de cargos operativos y la reducción de la planta estatal en un 10%. Sin embargo, aclaró que “esto recién empieza” y que será necesario ir más allá para alcanzar el equilibrio fiscal necesario.
Un llamado al sector privado
Sturzenegger también fue enfático con los empresarios presentes: “No más pedidos de menos impuestos si no nos piden también menos gasto. Bajar un impuesto sin ajustar el gasto es simplemente cobrarlo por otro lado”, advirtió. La clave, según él, es entender que cada peso que el sector público ahorra es un peso que vuelve al sector privado.
“Nuestro éxito será tal el día que no tengan que invitar a ningún funcionario público a estos eventos. Ese día sabremos que el Estado es tan pequeño como debería ser”. Con estas palabras, Sturzenegger dejó clara su visión: un Estado mínimo, eficiente y con un gasto controlado, como la única vía hacia el desarrollo sostenible.
"La Administración Pública debe ser idónea y eficiente"
En su discurso, Sturzenegger abordó el futuro de la administración pública y anunció que en diciembre se tomará un examen de idoneidad a 40.000 empleados. "La estabilidad en el empleo público es un derecho, pero la idoneidad es el requisito innegociable", enfatizó. Según el ministro, se realizará una reestructuración integral del régimen de empleo, eliminando cargos transitorios y garantizando que cada área cumpla con estándares de eficiencia.
"Si una municipalidad puede hacerlo, el gobierno nacional no debería hacerlo. Si el sector privado lo hace mejor, el Estado no tiene por qué intervenir", afirmó, subrayando que la lógica de esta reforma es evitar redundancias y liberar espacio para que el sector privado asuma funciones que hoy dependen del Estado.
"Las sombras del Estado deben desaparecer"
Inspirado por Alberdi, Sturzenegger citó una frase que resume su visión: “Lo que la riqueza le pide a las leyes es que no hagan sombra”. En línea con esta premisa, propuso una revisión profunda del marco regulatorio, que incluirá la eliminación de normativas obsoletas. "Es ridículo que un fruticultor tenga que seguir especificaciones absurdas sobre el tamaño exacto de la fruta o que las inmobiliarias no puedan usar firma digital", ejemplificó con humor y cierto tono crítico.
Asimismo, anunció la liberación del tránsito aéreo para aeronaves de pequeño porte, permitiendo así una mayor conectividad en zonas menos urbanizadas. "Ya no hay excusas. El Estado dejará de ser una sombra para que ustedes puedan avanzar", sostuvo, apelando directamente a los empresarios presentes.
"Si no es ahora, ¿cuándo?"
Con su característico estilo provocador, Sturzenegger lanzó un mensaje claro: “Si no es ahora, ¿cuándo?”. Para él, este es el momento ideal para avanzar con las reformas, aprovechando un contexto político alineado con las ideas de un Estado más reducido. "No podemos seguir esperando a que la burocracia decida por nosotros", enfatizó, refiriéndose a ejemplos como la venta de medicamentos online, bloqueada por una medida cautelar.
"Es hora de que cada sector asuma su responsabilidad. Nosotros ya hemos dado las herramientas, ahora depende de ustedes utilizarlas", afirmó, alentando a los presentes a implementar la reforma laboral y adoptar herramientas digitales como la firma electrónica.
Un cierre con expectativas y desafíos
El discurso de Sturzenegger fue una combinación de propuestas radicales, autocrítica y llamados a la acción. Al cierre, dejó un mensaje contundente: “Nuestro éxito se medirá cuando ya no tengan que invitar a funcionarios públicos a estos eventos”. Con esta afirmación, dejó clara su visión: un Estado mínimo y eficiente es la única vía hacia un crecimiento sostenido.
El futuro de esta transformación dependerá de la voluntad política y del compromiso del sector privado en abrazar el cambio. Por ahora, la gran motosierra ya está en marcha, y la expectativa es que el 2024 sea el año de los cambios estructurales que la Argentina ha postergado por décadas.
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