En el marco de las reuniones anuales del FMI y el Banco Mundial, Kristalina Georgieva realizó este 8 de octubre declaraciones que generaron gran repercusión política y financiera en Argentina. Al ser consultada sobre el futuro de la relación entre el país y el organismo multilateral, sostuvo que “si me pongo mi sombrero de optimista, tal vez pueda decir que podría ser el último programa del FMI con Argentina”.
La funcionaria explicó que esa posibilidad dependerá de que Argentina logre acumular reservas suficientes para afrontar sus obligaciones externas y ejercer sus políticas con mayor autonomía. “Cuando el país pueda afrontar las obligaciones del servicio de la deuda y las presiones internas, con una sólida posición de reservas … podrá continuar implementando sus programas y mantener a la población argentina comprometida”, dijo. También añadió: “Mi sueño es que Argentina se valga por sí sola. Tiene todos los ingredientes para prosperar. Lo que le faltaba era en el ámbito político”.
Georgieva respaldó una vez más el programa de ajuste que lleva adelante el gobierno de Javier Milei, y enfatizó que su éxito dependerá en gran medida de que la población “acompañe” las medidas fiscales. “Argentina está llevando adelante un programa de ajuste muy drástico. El éxito va a depender de lograr que la gente acompañe”, dijo, haciendo referencia a la necesidad de legitimidad social para sostener reformas profundas.
Al contextualizar su mensaje, Georgieva recordó experiencias históricas en Europa Central y del Este, donde gobiernos que aplicaron recortes severos lograron conservar poder político al ganarse la confianza ciudadana. Luego, al ser consultada sobre las negociaciones con EE. UU. y otras entidades (Banco Mundial, BID) para un paquete de asistencia, mencionó la posibilidad de que Estados Unidos preste sus Derechos Especiales de Giro (DEG) al país, modelo aplicado previamente con Qatar.

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